¿Qué es el neoliberalismo?
Enviado por Yanina Ramundo • 21 de Septiembre de 2020 • Síntesis • 1.930 Palabras (8 Páginas) • 141 Visitas
Ana María Ezcurra: ¿Qué es el neoliberalismo?
El objetivo de la autora es realizar una aproximación histórica -aunque al mismo tiempo crítica- del paradigma neoliberal, definiendo las ideas-fuerza que lo caracterizan como tal. Para ello devela una dialéctica, vigente hasta el día de hoy, basada en los conceptos de continuidad y cambio. Dicho de otro modo, intenta perfilar un tipo de evolución que se distingue tanto por la fuerza de algunas mutaciones como por el vigor y estabilidad de ciertas invariantes. Así, se marcan las distintas etapas que fue atravesando el neoliberalismo.
Durante la primera etapa, llamada fundacional (alrededor de los fines de la Segunda Guerra Mundial), se sostiene la tesis de la creación de un mercado que resulta ser el mejor instrumento y el más eficaz para asignar los recursos y para la satisfacción de las necesidades. Este mercado autorregulado conduce al mejoramiento social a través de la mínima intervención estatal. Sobre esta base se armó una agenda de políticas cuyo objetivo primordial es el crecimiento económico de libre mercado, el aumento de la ganancia de capital privado, reducción en el costo de la fuerza de trabajo y contención del gasto público social.
Son varias las críticas que puede trazarse ante estas ideas neoliberales. Primero que nada el crecimiento sigue siendo insuficiente por lo que deben replantearse las políticas y las acciones sociales para el progreso social. Esto marca la variación que ha ido sufriendo el paradigma, debiendo reformular sus tesis.
La finalización del crecimiento económico de posguerra, producido durante la expansión del Estado de bienestar, sumado al aumento del precio del petróleo a mediados de 1970, dio paso a la aplicación de políticas inspiradas en el neoliberalismo económico, corriente que considera que el único camino posible de gestionar seriamente la economía y de superar la crisis es aquel que deja libres las fuerzas del mercado y que restringe el poder de intervención del Estado. La ideología neoliberal sostiene, entre otras cosas, que la asignación de recursos a través del mercado, sin intervenciones o regulaciones de ningún tipo, provoca por si misma un crecimiento rápido y estable de la economía que, con el tiempo, beneficia a toda la sociedad. Esta es la característica principal de la etapa estatal de esta doctrina. El impulso original estuvo dado por las administraciones de Margaret Tatcher en Gran Bretaña y de Ronald Reagan en EEUU. Una cualidad distintiva de este período -al que se le suma el bagaje teórico anterior- es la búsqueda de competitividad externa mediante un conjunto de ajustes estructurales repensados desde el pensamiento neoconservador. De esta manera, el neoliberalismo se reorganizó ideológicamente, dando lugar a dos novedades: la incorporación de políticas sociales que marcó una transformación global, acercando el ideario neoliberal a ciertos valores democráticos (fundamentalmente el de libertad, ya defendido por el liberalismo político-económico clásico); y una voluntad internacionalista que apuntó hacia la expansión mundial del programa y a la hegemonía del mismo globalmente. Ahora sí que el programa neoliberal alcanzó una incidencia realmente planetaria, tejiendo las redes social y económica del globo.
Los cambios producidos en el sistema capitalista en las últimas décadas contribuyen a difundir la imagen de un mundo nuevo e interconectado en el que las principales operaciones económicas y financieras tienen un alcance planetario superador de las fronteras nacionales. A este espacio, sin límites para la circulación de bienes o servicios de cualquier tipo, se lo denomina “aldea global” y surge a partir de la globalización o mundialización de la economía capitalista. Algunos investigadores consideran la globalización como un fenómeno relativamente nuevo, pero otros sostienen que este proceso fue avanzando desde los inicios del capitalismo de manera paulatina e inexorablemente, aunque reconocen que la actual es una etapa de expansión geográfica sin precedentes, favorecida por el desarrollo de la tecnología. Se considera, además, que dicha expansión se realiza a través de diferentes estrategias, entre las que se pueden mencionar la exportación de capitales por medio de préstamos, la instalación de empresas en diferentes partes del planeta, el aumento del comercio internacional y -sobre todo a partir de la década de 1990- la especulación financiera. Sostiene Ana Ezcurra, entonces, que el neoconservadurismo-liberal se constituye en un proyecto de alcance mundial que es incitado por el Estado del capitalismo avanzado a través de instituciones económico-financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) que implementan los ajustes pertinentes y determinan el modelo de sociedad a seguir. En este punto la autora es crítica, ya que a pesar de que estos son organismos multilaterales, es decir, que sus miembros son Estados, la capacidad de tomar decisiones y llevar a cabo resoluciones al interior de estos organismos tiene que ver con el capital comprometido por cada uno, lo que equivale a decir que quien mayor proporción de capital aporte mayor será la posibilidad de tomar decisiones y el rol que cumpla. Evidentemente, los países menos favorecidos económicamente seguirán -ya de modo legítimo prácticamente- ocupando puestos de dependencia en la escala económica global.
Los opositores al neoliberalismo, por su parte, descreen que éste sea el camino posible. Por el contrario, consideran que les cabe a los gobiernos nacionales tomar medidas concretas y decisivas para modelar, orientar y, en algunos casos, neutralizar los influjos de la globalización, tal como lo hacen en la práctica, hoy en día, los países desarrollados. Sostienen, además, que la falta de aplicación de estas medidas termina por concentrar el poder de decisión sobre las actividades económicas y financieras con el consecuente traspaso de los criterios de distribución de la riqueza desde los Estados nacionales hacia los poderes financieros internacionales y las grandes corporaciones trasnacionales, quienes se trasladan libremente de una parte a otra de la “aldea global” en busca de beneficios propios cada vez mayores, en vez de propiciar el desarrollo nacional o regional del lugar donde se desarrollan.
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