REDES SOCIALES; UN PROBLEMA DE TODOS

En la actualidad, vivimos en un mundo sin límites ni fronteras, un mundo donde las limitantes geográficas ya no existen. Esto es gracias a la implementación de las redes sociales.

A partir del 2004 hemos evidenciado que en el mundo inicio el fenómeno de las redes sociales, el cual tuvo un gran impacto y se difundió rápidamente, tal vez impulsado por el hecho de la naturaleza del hombre: ser Sociable por Naturaleza.

La implementación más llamativa de las comunidades sociales radica en interactuar con personas alrededor del mundo sin salir de su casa, uniendo de esta manera a los usuarios con ciertos intereses en común para que compartan sus puntos de vista.

Para muchos una idea como esta puede traer grandes ventajas, como por ejemplo, el hecho que podamos reencontrarnos con amigos o parientes que se encuentren viviendo en otra parte del mundo, o que por razones adversas, hayan sido distanciados por el tiempo. Además contribuir a causas sociales difundiendo en mensaje de manera rápida y masiva. Pero a pesar de lo benéfica y provechosa que podemos considerar esta herramienta, hay que tener en cuenta el otro lado de la moneda, el cual es más usado de lo que pensamos.

Una problemática a la que nos hemos venido enfrentando al querer unirnos a alguna de las redes sociales existentes, es el tener que suministrar información personal. Cuando se crea un perfil en una red social, ésta nos hace preguntas acerca de diversos gustos personales así mismo de posiciones políticas y religiosas. Esta información es apreciada por empresas que ven en ellas la oportunidad de vender e impulsar sus productos y prácticamente facilitarles el trabajo. Además de eso esta información la damos a conocer a todas aquellas personas que tengan acceso a nuestro perfil.

Es bien conocido que en promedio, una persona normal posee a rededor de casi 300 amigos en una red social, de los cuales muchos no son conocidos, únicamente han sido agregadas por vicio o por ser el amigo de mi amigo. El permitir a tantas personas tener acceso a nuestra información es un problema que atenta con nuestra propia seguridad e integridad.

También a esto se suma, la posibilidad de estar interactuando con una persona que no es quien dice ser. Aunque los niveles de seguridad en cuanto a la validación de información se han perfeccionado en los últimos años, siempre existe la posibilidad que la información suministrada sea falsa. Con esto empiezan problemas como lo la extorción, amenazas, entre otros. Los delincuentes sexuales recurren al uso de las redes sociales pues les permite la creación de vidas ficticias que usan como mascara para así poder lograr sus macabros objetivos. Recientemente se dio a conocer que miles de delincuentes sexuales, muchos de ellos previamente expulsados de MySpace, contaban con cuentas en Facebook. Estos 'refugiados cibernéticos' ponen de manifiesto que en una comunidad tachada de segura, miles de personas acusadas de abusos sexuales continúan manteniendo relaciones virtuales en la red.

Últimamente se dio a conocer un macabro negocio sexual, en el que Anthony Stancl, se hizo pasar por chicas de instituto que flirteaban con chicos menores de edad, convenciéndoles para que le enviasen fotos desnudas. Una vez que el joven, de 18 años, tenía las imágenes en su poder chantajeaba a los adolescentes, obligándoles a mantener relaciones

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