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RELACIÓN ENTRE ETICA Y POLITICA


Enviado por   •  12 de Julio de 2017  •  Reseña  •  2.849 Palabras (12 Páginas)  •  206 Visitas

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DEFINICIONES

Ética:

La palabra ética deriva del griego “êthos”, cuya significación es costumbre. Es una rama de la filosofía que se ocupa de estudiar los comportamientos sociales valiosos y comparar las distintas costumbres sociales, ocupándose de identificar el comportamiento deseable de las personas, para reglamentarlo. Está vinculado con lo honesto, lo justo y lo bueno.

Los dos temas fundamentales de los que trata la ética son las normas y principios morales, y los valores. Establece a partir de las investigaciones de cómo son las acciones humanas, que son temas de los que trata la moral, cómo deben ser esas conductas para que sean éticamente deseables.

Aristóteles define la ética como el estudio del bien moral, equivalente a la felicidad, y consistente en el ejercicio del entendimiento. La felicidad es el fin último de todo el actuar humano, y la ética se ocupa del modo de alcanzarla, que es a través de la bondad y la virtud.

Kant formuló la ética del deber. Es bueno todo acto que se hace con la conciencia del deber, sin considerar sus consecuencias. Debemos actuar en base a un imperativo categórico que nos damos a nosotros mismos, y que pueda valer en todo tiempo y lugar como mandato universal.

En "Ética para Amador” Fernando Savater, sostiene que las conductas éticas son las que se adoptan con libertad, y no para lograr recompensas ni huir del castigo. (DeConceptos)

Política:

De acuerdo a su etimología griega, política, proviene del término “politike”, que a su vez proviene de polis, las antiguas ciudades estados griegas, queriendo designar a la actividad que ejercían los ciudadanos, animales políticos por esencia, según Aristóteles, participando en las decisiones políticas de la comunidad. El fin de la actividad política es el bien común, y por eso está muy estrechamente vinculado con la ética. Platón consideraba que los gobernantes, que deberían ser los más sabios, debían erigirse en guardianes del Estado. Maquiavelo analizó la realidad política dejando de lado el deber ser, las normas morales, para postular la necesidad de que el poder se ejerciera con leyes técnicas y utilitarias.(DeConceptos)

La política es una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos. También puede definirse como una manera de ejercer el poder con la intención de resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad. La utilización del término ganó popularidad en el siglo V A.C., cuando Aristóteles desarrolló su obra titulada justamente “Política”. (Definicion.DE)

RELACIÓN ENTRE ETICA Y POLITICA

Hoy más que nunca es necesario analizar la relación entre ética y política, debido a los cada vez más altos niveles de corrupción, por lo que se necesita de alguna forma ‘moralizar’ la política desde la sociedad.

Maquiavelo decía que era evidente que el objeto de la política no era otro que el poder, algo que, sin embargo, había sido velado durante muchos siglos; en parte, por la subordinación de la política a la ética y, en parte, también porque el poder estaba en manos de sociedades tradicionalmente jerárquicas, por lo que la asimetría propia del poder se justificaba por la condición social a la que se ingresaba en el momento de nacer. Pero en los inicios de la Modernidad, al generalizarse el desarrollo del mercado, comienza a diferenciarse una esfera privada de una pública, y el poder aparece, entonces, claramente separado de toda contención ética, donde lo único que importa es el poder. La ética “pública” no guarda relación alguna con los valores de la moral. (María de los Ángeles)

Un buen gobierno en la actualidad está regido fundamentalmente por la búsqueda de la eficacia, demostrada sólo en la capacidad del gobernante para conquistar y mantener el poder del estado.

Desde el punto de vista de la ética, Kant le impone al sujeto dos imperativos: la propia perfección y la búsqueda de la felicidad del otro, que necesariamente debe asumir el hombre moderno. Ambos imperativos ponen así límite a todo lo desarrollo meramente egoísta, ya que ambos permiten incorporar como exigencia la noción de deber: “en la ética el concepto de deber conducirá a fines y las máximas, relacionadas con los fines que nosotros debemos proponernos, tienen que fundamentarse atendiendo a principios morales” (María de los Ángeles)

Carl Schmitt define el concepto de lo político como “lo que es moralmente malo, estéticamente feo y económicamente dañino, no tiene necesidad de ser por ello mismo también enemigo; lo que es bueno, bello y útil no deviene necesariamente amigo, en el sentido específico, o sea político, del término”.

Una forma de entablar una relación entre lo ético y lo político es por medio de la democracia, que se describe como el régimen ideal para la realización del principio de autolegislación, satisfaciendo así, el sujeto político moderno la exigencia, y el sujeto autónomo, de darse su propia ley. También aparece como la única forma política posible que puede albergar en su seno la pluralidad de propuestas que pueden aflorar en una sociedad por definición compleja. Pero es aquí, en realidad, donde comienzan los problemas, si la convivencia entre distintas propuestas es posible, es porque ya no hay criterio objetivo alguno que justifique la primacía de una concepción por encima de otro, ya que desde quien adopta una concepción particular de bien, ésta siempre se entiende como superior a las demás, por lo que debería ser generalizada. La sociedad debe establecer relaciones de reciprocidad y de reversibilidad entre esas distintas propuestas. Pero, para sostener este tipo de relación se requiere, necesariamente, una distribución si no simétrica, al menos equitativa del poder entre las partes actuantes. Algo que, aunque no totalmente imposible al menos en teoría, el desarrollo de la lógica del poder tiende a desvirtuar desde un principio en el terreno de la práctica, ya que el poder por definición es asimétrico. Esto sin contar con que el estado tiene, además, por sí mismo, la capacidad de imponer un determinado punto de vista, llegando incluso a utilizar la fuerza para ello si así lo considerase necesario, estos aspectos son los que alejan cada vez más la ética y la política en la modernidad. (María de los Ángeles)

Como hemos visto a lo largo de nuestro trabajo, la democracia introduce un fuerte relativismo moral, relativismo que, si bien permite la coexistencia en un plano de igualdad de las distintas concepciones que circulan en toda sociedad compleja, no puede ser sostenido en la dimensión política. Las condiciones propias de la política en la Modernidad hacen necesaria la objetivación de algún criterio que permita establecer la sociedad. Y esto se hace más urgente aún en el contexto de una democracia, ya que la pluralidad de puntos de vista puestos en paridad de condiciones entre sí, en principio plausible como reconocimiento de la diversidad, dificultan aún más la constitución del espacio común. Es aquí donde las distintas concepciones de bien se politizan, ya que la posibilidad de poder generalizarse radica en la capacidad de cada grupo de posicionarse mejor en relación al poder del estado. De esta forma la lógica de poder penetra la dimensión ética distorsionándola. (María de los Ángeles)

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