ROSAURA SOTO RESENDIZ ENSAYO ACERCA DEL ARTICULO 3º CONSTITUCIONAL FRACCION II, INCISO

        ROSAURA SOTO RESENDIZ

ENSAYO ACERCA DEL ARTICULO 3º CONSTITUCIONAL FRACCION II, INCISO a)

Es importante resaltar el gran avance que se logró con la Constitución de 1917 en el sentido de que fue creada por un grupo de personas que antepusieron el bienestar social al particular, con esto la igualdad de los mexicanos ante la ley se regularía de manera definitiva en el lugar más seguro: La Ley Suprema. Sin embargo, con el paso del tiempo pareciera que vamos más en retroceso, esto  en el sentido de que cada vez más nos olvidamos del verdadero significado de Democracia en cuanto a la búsqueda de mejoras económicas, sociales y culturales para el pueblo mexicano y lo entendemos más como una estructura política y participación en el proceso de elecciones.

La relevancia del el artículo tercero constitucional radica en que no se debe ver la justicia social como una mera situación utópica y quedar como simple aspiración de los mexicanos; dado que nuestra Constitución Política es resultado de un movimiento con arraigadas  raíces sociales, con ésta se asignó al Estado la responsabilidad de procurar la igualdad de oportunidades y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población.

Dicha Constitución, enlaza la libertad individual con los derechos sociales y concibe la democracia no sólo como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento político, económico y cultural del pueblo. Para ello, la constitución se basa en dos pilares fundamentales de la justicia social: la seguridad y la igualdad en el ejercicio de las garantías individuales que se pone de manifiesto en nuestra Carta Magna así como la disposición permanente del Gobierno de moderar las inequidades y procurar la igualdad de oportunidades.

La Ley Suprema con la que contamos, postula garantías y derechos específicos que se refieren a la igualdad de oportunidades y al establecimiento de condiciones para el desenvolvimiento de los individuos, las familias, las comunidades, los pueblos indígenas, los trabajadores y los sectores productivos. De este modo se establece el derecho de todos los mexicanos a una educación laica, gratuita y obligatoria; el derecho a la protección de la salud; el derecho a la igualdad entre el varón y la mujer, y a decidir sobre el número y espaciamiento de sus hijos; el derecho a la justicia y al trabajo; el derecho de las familias mexicanas a una vivienda digna y a la protección de la infancia. Además, en virtud de que la Nación mexicana es multicultural, la Constitución dispone que la ley protegerá y promoverá el desarrollo de los pueblos indígenas.

En la época en la que vivimos, el principal desafío que tenemos como mexicanos, consiste en disminuir la pobreza y moderar la desigualdad que existe entre los diferentes estratos de la población; hoy por hoy, parece increíble  darnos cuenta, cuanta desigualdad existe, no solo económica sino en cuanto a oportunidades de acceso a la salud, a la educación y a un empleo que permita la satisfacción de nuestras necesidades básicas (lo cual resulta irrisorio con la cantidad de $70.00  en que se encuentra el salario mínimo) mientras esta desigualdad se mantenga de manera tan pronunciada, será más difícil acceder al pleno ejercicio de las libertades democráticas así como al desarrollo de  las capacidades individuales en el proceso productivo, en la educación y en la cultura.

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