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Readaptación social


Enviado por   •  12 de Marzo de 2014  •  1.606 Palabras (7 Páginas)  •  242 Visitas

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Introducción:

Readaptación social y reinserción social. Hablar sobre ambos términos es darse cuenta que existe una relación de medio y fin; se define readaptación social como acción y efecto de aplicar un tratamiento individual progresivo y técnico, con el cual revertir los factores criminógenos en el caso concreto, y a lo que se refiere a reinserción social se define como la última parte del tratamiento readaptorio, entendida como el regreso del individuo a la comunidad y al amparo familiar, en su caso asistido, orientado y supervisado técnicamente por la autoridad ejecutiva.

Desarrollo:

Por cuanto hace a la reinserción social, desde la perspectiva de la política penitenciaria organizada en los cinco puntos básicos que contempla la reforma, como son: El trabajo, capacitación, educación, salud y deporte, tal vez se requerirá además un cambio de mentalidad y actitud y empeño para lograr el objetivo, en este caso la reinserción del individuo a la sociedad a la cual pertenecía antes de delinquir, aunque no se justifica, pero es de entenderse el resentimiento que van acumulando y al salir de ese lugar solo piensan en devolver el mal que creen se les causó, también juega un papel muy importante la sociedad a la que se pretende insertar a dicho individuo, la sensibilización de la misma, para aplicar la reinserción social se tendría que reconocer en primer lugar que no se logró readaptación alguna sino que al contrario al convivir reos comunes mezclados con reclusos de más peligrosidad adquirían nuevas técnicas para delinquir, aunado a eso los privilegios que gozan los que pueden pagarlos, y el ambiente hostil que se ven obligados a sufrir.

Por otra parte, si se hacen públicos los juicios orales también sería conveniente que se dieran a conocer a la sociedad éstos cambios de los juicios orales en el sistema penal, ya que es la sociedad a la que se pretende devolver a un individuo, después de haberlo capacitado en base al nuevo programa consistente en el trabajo, capacitación, educación, salud y deporte. Contemplado en la nueva reforma, aunque lo deseable sería que esa reinserción en el campo laboral fuera en instituciones de gobierno en donde se pudiera supervisar su conducta y gradualmente disminuir esa supervisión hasta que fuera una persona más confiable, para que lo pudieran emplear empresas o particulares, lo que tal vez no fuera necesario, partiendo del supuesto que esa inserción no puede ser posible tratándose de individuos sentenciados por delitos graves, como lo sería el secuestro, homicidio, violación, terrorismo etc.

El origen de las penas

El derecho a castigar surge como una necesidad después de que los hombres cansados de vivir en continuo estado de guerra y de gozar una libertad de la cual no tenían una seguridad de conservarla. Decidieron entonces sacrificar una parte de ella para disfrutar la restante en segura tranquilidad, resultando de todas estas porciones de libertad sacrificadas al bien de cada uno, la Soberanía de una Nación, era necesario entonces defender ese depósito de la usurpación Privada. Para evitar estas usurpaciones se necesitaban motivos sensibles, estos motivos sensibles son las penas establecidas contra los infractores de aquellas Leyes. Motivos sensibles basados en la experiencia de que la multitud no adopta principios estables de conducta, sino con motivos que inmediatamente hieran en los sentidos y que continuamente se presenten al entendimiento para contrabalancear las fuertes impresiones de los ímpetus parciales que se oponen al bien universal. Toda pena que no se deriva de la absoluta necesidad es tiránica, constituyendo esto la base sobre que el Soberano tenía fundado su derecho para castigar los delitos; sobre la necesidad de defender el depósito de la salud pública; y tanto más justas eran las penas, cuanto era más sagrada e inviolable la seguridad y mayor la libertad que el Soberano conservaba a sus súbditos.

Asimismo para evitar los delitos, las leyes deben ser claras y simples y que toda la fuerza de la nación esté empleada en defenderlas, ninguna parte en destruirlas, haciendo que los hombres las teman, y que no teman más que a ellas, ya que afirmaba que el temor a las leyes es saludable, pero el de hombre a hombre es fatal y fecundo de delitos.

También la necesidad de acompañar las luces a la libertad, refiriéndose a las ciencias, manifestando que no es verdad que las ciencias sean siempre dañosas a la humanidad y cuando lo fueran era un mal inevitable para los hombres.

Otra forma de evitarlos es interesar al magistrado ejecutor de las leyes más a su observancia que a su corrupción. Si el soberano con el aparato y con la pompa, con la autoridad de los edictos y con no permitir las quejas justas e injustas de los que se juzgan ofendidos, acostumbra los súbditos a temer a los magistrados que a las leyes, estos se aprovechará de su temor más de lo que convenga a la seguridad pública y privada.

En torno a las penas que corresponden como consecuencia del delito, se ordenan de acuerdo en proporción del daño que causaban a la sociedad, por lo que consideraba

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