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Reflexiones


Enviado por   •  29 de Octubre de 2013  •  961 Palabras (4 Páginas)  •  295 Visitas

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Los Lobos

Un viejo indio estaba hablando con su nieto.

Le decía:

- "Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón.

Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador.

El otro está lleno de amor y compasión".

El nieto preguntó:

"Abuelo, dime, Cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?"

El abuelo contestó:

- "Aquel que yo alimente" . .

La leyenda del verdadero amigo:

Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.

El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:

“HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.”

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron

Bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.

Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:

“HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA.”

Intrigado, el amigo pregunto:

¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:

Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.

Luz para el camino:

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.

La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.

En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.

Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:

- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...

Entonces, el ciego le responde:

- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...

- No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.

Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...

¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás!

...

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