Reforma Tributaria En Chile

Es sumamente difícil no hablar hoy en día sobre el tema de moda que ha inundado el país desde el tiempo de la campaña presidencial: la reforma tributaria. Ayer, 21 de mayo, nuevamente el tema volvió a la arena tras la cuenta pública de la presidenta Michelle Bachelet, quién efusivamente indicó en su discurso que esta reforma no la paga ni la PYME ni la clase media, y además, apelando a la emotividad, señaló que “Ustedes conocen a esta Presidenta y saben que impulsa políticas públicas a favor de la gente”. Pero nuevamente sus palabras no estuvieron acompañadas de una óptima argumentación cuantitativa, que es lo que tanto se le critica.

Volviendo al tema de la reforma y analizándola con mayor detención, es preocupante conocer que, tras un mínimo análisis y al contrario de lo que se dice, esta nueva medida puede llegar a representar un beneficio a los más grandes empresarios del país (llámense Luksic, Piñera, Angelini, Paulmann, Matte y demáses magnates nacionales) más que un cobro importante. Esto porque ellos, si bien deberán pagar el 40% de las utilidades de sus empresas gracias a la eliminación del FUT, tendrán una rebaja en sus impuestos personales del 40% a un 35%, lo que finalmente, sumando y restando, les genera un beneficio de aproximadamente un 8%

Otra de los efectos colaterales de la eliminación del FUT en el corto plazo es el desempleo que esto generará porque las PYMES si se resentirán. Según el gobierno, un 95% del FUT histórico ha sido utilizado por las grandes empresas y sólo el 5% restante por las PYMES. Pero este dato efectivamente es histórico. En la actualidad, más del 30% de este fondo es utilizado por la pequeña empresa, por lo que la eliminación de este instrumento de capitalización las resentirá significativamente, provocando recortes de presupuesto que generarán sin duda desempleo. Esto porque un 80% de la fuerza laboral chilena se desempeña en alguna empresa que entra en la categoría de pequeña o mediana. Además, hoy en día tan solo una de cada tres PYMES tiene acceso al financiamiento a través de la banca, por lo que el remedio de la reforma podría dejar muchos damnificados especialmente dentro de las clases trabajadoras de menores ingresos.

Suena realmente extraño decir que la clase media no paga, aunque sea en parte, esta nueva reforma. El aumento del impuesto a los timbres y las estampillas (de 0,4% a 0.8%) que grava los créditos subirá a las personas el pago que deban hacer por pedir dinero. La exención del 65% del IVA a las viviendas nuevas provocará inevitablemente un aumento en el precio de este bien. Con todo esto, es una falsedad decir que la clase media no paga, aunque sea en un pequeño porcentaje, la reforma tributaria.

Finalmente, el problema de forma dice que si bien el Estado chileno recaudará mucho dinero a cuesta de las grandes empresas, resulta inconcebible que grandes empresarios se vuelvan más ricos, y que en

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