Relatoría del texto: “Liberalismo y democracia” de Norberto Bobbio.

Universidad Tecnológica de Bolívar

Facultad de ciencias sociales

Programa de Ciencia Política y R.R.I.I.

Relatoría del texto: “Liberalismo y democracia” de Norberto Bobbio

Por: Alix Garaviz y Jhon Jairo Padilla

Cartagena de Indias, 29 de Abril de 2016

Este texto trata de la historia y el avance de diferentes regímenes y sistemas políticos. El autor repasa diferentes valores tales como la libertad y la igualdad, indaga los mecanismos de distribución y ejercicio del poder, contrasta las diferentes formas de resolución de conflictos en una sociedad y explica el rol del Estado y sus complejas relaciones con la sociedad civil.

El estudio de estos contenidos promueve la formación de ciudadanos reflexivos, críticos e idóneos para lograr una mayor comprensión del mundo contemporáneo. Alienta, asimismo, la formación de ciudadanos pluralistas, comprometidos con los valores democráticos y con la participación social en defensa de los derechos fundamentales de las personas.

1. LA LIBERTAD DE LOS ANTIGUOS Y DE LOS MODERNOS.

Los regímenes de la actualidad hacen pensar que el liberalismo y la democracia son interdependientes. Cuando en realidad son muy diferentes, el liberalismo es una noción del estado, donde este tiene poderes y funciones limitadas; la democracia es una forma de gobierno donde el poder no está manos de uno sino de la mayor parte. Un estado liberal no es exactamente democrático o como en el mayor de los casos, un gobierno democrático no necesariamente es un estado liberal.

La antítesis entre liberalismo y democracia, dada como la libertad de los modernos y la libertad por los antiguos expuesta por Benjamin Constant (1767 – 1830) en el Ateneo Real de Paris en 1818, donde nace la historia de los estados contemporáneos, económicos y socialmente más desarrollados, las problemáticas entre limitar y distribuir el poder. Constant consideraba la libertad y la democracia incompatibles, es decir las decisiones colectivas conllevaban al sometimiento del individuo ante la autoridad, y lo convertía en no libre. En la actualidad, el individuo pide libertad.

A esta posición de Constant se oponía Jean Jacques Rousseau, el contrato social, su postulado, influenciado por los antiguos, era una república en la que el poder soberano después de ser compuesto por la voluntad de todos es infalible, y no es que Rousseau desconociera la necesidad de la división de poderes, al contrario plantea que el pacto social proporciona al cuerpo político un poder absoluto.

1. LOS DERECHOS DEL HOMBRE.

El supuesto filosófico del estado liberal es la doctrina de los derechos del hombre elaborados por la escuela iusnaturalista, doctrina en donde los hombres sin importar su condición tiene por naturaleza derechos fundamentales como derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad, a la felicidad, y quienes poseen el poder legítimo de la fuerza deben respetarlos y garantizarlos. Conferirle derechos a una persona se le da la libertad de hacer y qué no hacer, junto con los deberes da a entender la existencia de una norma o regla de conducta. Estos derechos enmarcados en la doctrina iusnaturalista en donde las leyes provienen de la naturaleza es decir, anteriores a cualquier grupo social, reconocibles mediante la búsqueda racional de las que derivan a las leyes, derechos y deberes que son, al derivar de una ley natural son derechos y deberes naturales.

El iusnaturalismo también sirve como supuesto filosófico del liberalismo, ya que sirve para establecer los límites del poder en base a una concepción general e hipotética de la naturaleza del hombre que desecha de toda verificación empírica. Esta descripción es fruto cuyo objetivo es aducir una buena razón para justificar los límites al poder del estado. La doctrina de los derechos naturales es base de las declaraciones de derechos de Estados Unidos de América (1776)  y la Francia revolucionaria (1789) en las cuales se afirma al estado liberal como estado limitado.

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