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Rescate De Los Valores Por Los símbolos Patrios


Enviado por   •  3 de Marzo de 2013  •  6.972 Palabras (28 Páginas)  •  964 Visitas

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INTRODUCCION

El patriotismo es un concepto que refiere al amor por la patria, pudiendo ser entendida ésta en un sentido más amplio que la nación o el Estado. La vinculación emotiva del individuo respecto a la patria implica la constante defensa de ésta por aquél. El término patriotismo está relacionado con el de nacionalismo, en tanto que ambos se refieren a la subjetiva identificación del hombre o los grupos humanos con un ámbito geográfico y espacial. Es un valor que se debe enseñar a los niños y niñas desde temprana edad, es por eso que se inicia en el hogar a través de la familia y se continúa en la escuela a cargo de los maestros. Cuando los niños aún son pequeños su capacidad para asimilar la información que le llega del mundo que lo rodea es muy amplia y se debe aprovechar para lograr este aprendizaje.

Adquirir este valor es de suma importancia ya que los seres humanos buscamos un sentido de pertenencia o de vinculación hacia algo o alguien como parte de nuestra identidad, el amor a la patria alimenta el orgullo de pertenecer a una nación y fortalece aún más la autoestima de las personas.

En el Perú la celebración de las Fiestas Patrias trae consigo muchas actividades que reúne a las familias y les permite pasar gratos y amenos momentos juntos. Además permiten al niño conocer acerca de nuestra cultura y nuestras costumbres, las cuales deben mantenerse a lo largo de nuestras vidas, o por lo menos, no olvidarlas. Como es sabido, los niños aprenden a través de sus experiencias y de los modelos que observa, es por ello que padres y maestros somos el ejemplo a seguir. Si el niño observa que somos respetuosos con nuestros símbolos patrios, instituciones y todo aquello que nos identifica, él seguirá los mismos pasos. Quien sabe amar a sus símbolos patrios en pensamiento y en acción con sencillez y grandeza, sin actitud vanidosa, ese ha percibido un arroyo de equilibrio, adivinando que el equilibrio es un sustento de la felicidad. La felicidad también exige amor; el amor es resplandor de luz y alejamiento de sombras, porque quien alumbra a los demás se alumbra a sí mismo. Iluminar, prodigarse en pensamientos, en voluntad, en acción, amando a todos con la mente fija nada más en lo generoso y bello, es lo que sintetiza el contenido de nuestros símbolos patrios.

Los símbolos promueven la identidad de nuestro pueblo, distinguiéndonos claramente de las otras naciones del mundo. Son elementos que expresan nuestra unidad e identifican, frente a la diversidad y los contrastes étnicos, sociales, culturales y geopolíticos. Se definen por su pasado histórico, su solidaridad en el presente y su proyección hacia el futuro. Son símbolos que contienen ideales: la voluntad popular, la delimitación de la autoridad, el lograr para todos la mayor felicidad posibles, la extirpación de la corrupción, la buena educación, la práctica y rectitud de leyes justas, el logro de un buen arte, ciencia y técnica al servicio del bien y la vedad.

Además de la necesidad de formar ciudadanos críticos, pensantes, creativos, con autonomía moral, abiertos al conjunto de las ideas, es decir, libre pensadores. Para ello propone recurrir a pedagogías acordes con estos propósitos, donde construyan sus propios conocimientos, aprendiendo a aprender. Y de manera paralela, el maestro requiere desarrollar creatividad en sus propuestas didácticas, implementar aprendizajes cooperativos basados en métodos de enseñanzas que estimulen la construcción propia del conocimiento por parte del estudiante; estos son algunos aspectos propios de esta visión educativa, la cual no concuerda con la noción de la escuela tradicional. Por otro lado y de manera simultánea, la escuela tiene como encomienda desarrollar actividades para inspirar el patriotismo.

La escuela tiende con estas acciones sistemáticas, a generar en los sujetos automatismos sociales, reacciones condicionadas que, en el marco que lo une con el mundo simbólico del Estado, facilita una consecuente sujeción al poder del mismo. Según Ribas, C (1.996) dijo:

Que el mundo está urgido de una educación diferente con un fuerte contenido ético y principista que le permita facilitar la formación de convivencia con las nuevas dimensiones determinadas por aquellas concepciones básicas de la cultura y el saber científico y tecnológico. (p.17).

Según este autor, señala que la educación actual debe garantizar la formación de ciudadanos integrales con altos valores éticos, productivos, creativos y consustanciado con el desarrollo local, regional y nacional; a través de fuertes contenidos que constituyen el conjunto de saberes culturales, sociales, políticos, económicos, científicos, tecnológicos pero sobre todo basados en la ética y la moral, con el fin de facilitar la convivencia para su desarrollo y socialización.

Los valores son principios que nos permite orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas, los cuales los padres juegan un papel muy importante dando a los hijos enseñanzas significativas. La educación ciudadana como currículo tiene especial significación para la formación del ciudadano venezolano. Constituye esto un objetivo fundamental del trabajo de la escuela, la familia y la comunidad. No es posible concebir la educación en valores patrios sin la formación y desarrollo de profundos sentimientos venezolanos como es el amor a la patria y la disposición de defenderla en todo momento.

Educar con valores patrios significa preparar a nuestros niños y niñas desde temprana edad para amar a su patria, a sus héroes, símbolos patrios y sobre todo su cultura y tradición para que de esta manera sientan orgullo de ser venezolanos y sientan la solidaridad social, dignidad e Identidad nacional revolucionaria. Enrique José Varona (1849 -1933) dice:

“...no baste que sean meros transmisores de los conocimientos necesarios. Enriquecer la inteligencia es bueno, útil, es indispensable, pero hecho todo eso, aún queda lo mejor por hacer, reformar suavemente el corazón, dirigir con tino la conducta, templar el carácter. Esta es la grande obra que demandamos a nuestros maestros, esto es lo que exige imperiosamente la salud de nuestra Patria, en los críticos momentos en que trata de estructurar sus fuerzas”. Señaló con verdadero acierto que el maestro es el guía en la formación de los hábitos morales del niño.

(141: p).

Según el escritor Enrique José Varona dice que se debe ir más allá de enriquecer la inteligencia con un conocimiento procedimental, tenemos el desafío de transformar la escala de valores capitalista por una centrada en el ser humano, demandando al maestro como guía al fortalecimiento

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