Resumen cap.10 de las Ideas Políticas de Ricardo Donoso

Ricardo Donoso nos dice que el acta de instauración de la Junta Gubernativa del 18 de septiembre de 1810, la cual instaba a los 25 partidos de las provincias a elegir a sus diputados con el fin decidir el sistema de gobierno que debería regir en Chile a posteriori, constituyó el hito que marcó el inicio del derecho público chileno, siendo el esbozo del primer reglamento electoral de la temprana vida independiente de Chile. El 13 de octubre el Cabildo aprobó este proyecto, el cual especificaba que en cada provincia debía ser electo un diputado, con la excepción de Concepción en donde se debían elegir a dos, por ser esta la sede del obispado, y Santiago donde se debían elegir a seis. Además, por cada diputado se debía elegir a un suplente. El autor detalla que este proyecto inhabilitaba a los sacerdotes, a los oficiales veteranos o subdelegados, a los empleados de haciendas y a todo menor de 25 años para ser elegidos diputados, extendiendo el derecho a sufragar a los vecinos nobles, a los sacerdotes y diáconos, a los jefes de las corporaciones y a los prelados de las comunidades, siempre que tuviesen o fuesen mayores de 25 años, excluyendo con especificidad a los extranjeros, a los procesados por delitos que merecieran pena infamatoria y a los deudores de la Real Hacienda. Junto con esto se pregonaba la idea de excluir de los derechos políticos a los cohechadores que corrompan las elecciones a favor de una persona determinada, así como también a los mismos cohechados.

En base a estas disposiciones fueron elegidos los diputados que integraron el primer Congreso Nacional abierto el 4 de julio de 1811, el cual estuvo integrado por 42 miembros que se dividieron en tres corrientes que fueron conocidas como la innovadora o patriota, la conservadora o reaccionaria, y la conciliadora o neutral que tendía a inclinarse a favor de alguna de las dos anteriores según las circunstancias del momento y que a posteriori terminaría desapareciendo. Este Congreso fue disuelto por José Miguel Carrera el 2 de diciembre del mismo año. Donoso aclara que Carrera justificó esta intervención aludiendo a ciertas irregularidades que se habrían cometido durante el proceso electoral, tales como elecciones no consumadas en dos provincias o derechamente la elección de un no americano en algunas de estas.

Ricardo Dono prosigue señalando que el 6 de octubre de 1813 se llevó a cabo en Santiago una junta de corporaciones que calificó de ilegales tanto el reglamento constitucional promulgado con anterioridad, así como el proceso electoral realizadas en base a sus disposiciones, por lo cual se acordó convocar a la ciudadanía a nuevas elecciones bajo los preceptos de un nuevo reglamento cuya elaboración los historiadores chilenos atribuyen a Camilo Henríquez. Este reglamento, el cual debía aplicarse a todas las provincias del Estado desde Copiapó hasta Valdivia, incluso a Concepción y Santiago, estipulaba que una provincia debía elegir a un diputado si tenía menos de 15.000 habitantes, y sólo podía nombrar a otro cuando si su cantidad de habitantes llegase o excediese las dos terceras partes de la cifra mencionada anteriormente. Además, por cada diputado se nombraría a un suplente.  

El autor detalla que este reglamento habilitaba tanto para ser electores como para ser diputados electos a todo chileno que haya residido en el país todo un año antes del proceso electoral y a todo extranjero con carta de ciudadanía, con tal de que sepan leer y escribir, tengan o sean mayores de 23 años y que sean empleados de ministerios decorosos cuyos sueldos no bajen de 500 en Santiago y de 300 pesos en las demás provincias, excluyendo del sufragio a los deudores del tesoro público y los condenados a penas infamantes. Además, se ponía disposición de la ciudadanía en cada provincia un Tribunal de Calificación integrado por el jefe provincial y cuatro individuos para entender todo lo relacionado con el proceso electoral. Este proceso electoral se llevó a cabo de acuerdo con estas disposiciones durante el mes de enero de 1814, sin embargo, el Congreso no logró reunirse a causa de las vicisitudes que llevaron al fin del periodo conocido en Chile como la Patria Vieja, como bien señala Donoso.

Ricardo Donoso nos dice que bastante tiempo después, tras la abdicación de Bernardo O'Higgins el 29 de enero de 1823, su sucesor Ramón Freire convocó a elecciones de un Congreso Constituyente el cual quedó establecido el 12 de agosto de ese mismo año, y desde el cual se promulgó el 29 de diciembre una Constitución que otorgaba el derecho de ser elector a todos los chilenos mayores de 21 años, casados y que tuvieran una propiedad inmueble, una ocupación industriosa o un empleo del Estado, así como los militares con el rango de sargento u otro superior, excluyendo del sufragio así como del derecho a ser elegidos a los ineptos física y moralmente, a los jornaleros y sirvientes domésticos y los vagos. Además, suprimía el voto en cédulas con el fin de erradicar los aprovechamientos que en ocasiones se hacían valiéndose del analfabetismo de un gran número de electores, estableciéndose que los electores debían indicar verbalmente ante la mesa de elección el candidato a favor del cual quisieran votar. En relación con esto el autor trae a colación los planteamientos de Diego Barros Arana, quien postuló que este decreto contribuyó a fortificar el poder de los grandes señores territoriales en los campos y en los pueblos, y de las personas acaudaladas y prestigiosas de la capital. Un nuevo Congreso fue elegido en base a estas disposiciones, el cual se instaló en Santiago el 22 de noviembre de 1824.

Se convocó a nuevas elecciones el 15 de marzo de 1826, estableciéndose en aquella ocasión que no podría efectuarse la elección a diputado de un candidato que no fuese natural del pueblo que lo eligió o que no llevase viviendo ahí a lo menos cinco años seguidos antes del proceso electoral, excluyendo además del sufragio aquellos individuos que se hubiesen aprovechado de la ignorancia de los analfabetos para que estos votasen por un determinado candidato. En base a estas disposiciones fue establecido un Congreso en el que las ideas federalistas tendrían gran peso.

En noviembre de 1927 fue dictaminado un nuevo reglamento el cual rigió las elecciones del Congreso de 1828. Ricardo Donoso detalla que durante aquel proceso la prensa de la época denunció irregularidades tales como la imposición de partidarios del gobierno en las mesas escrutadoras, el impedimento de sufragar que habría afectado a posibles detractores del liberalismo y falsificaciones de votos. Nuevamente el autor cita a Barros Arana, quien estipuló que en dichas elecciones la tradicional influencia de los terratenientes fue reemplazada por la audacia de los agentes electorales.

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