Resumen de "El príncipe"

Resumen

El libro El príncipe fue escrito por el filosofo político e historiador italiano Nicolás Maquiavelo, en el año 1513, pero fue publicado hasta el año 1531.

Para comenzar Maquiavelo nos plantea que todos los Estados han sido y son o Repúblicas o Principados, también habla sobre la división de los principados que pueden ser hereditarios o nuevos. Menciona que los principados hereditarios son cuando una misma familia ha reinado en ellos largo tiempo y los nuevos se adquieren por armas propias o ajenas, por la suerte o por la virtud. Maquiavelo dice que a su parecer conservar un estado hereditario es más fácil pues sólo basta no alterar el orden establecido por los príncipes anteriores y adaptarse con los cambios que pueden producirse después de manera adecuada. También menciona los principados mixtos, que son estados no nuevos, más bien un apéndice de un principado antiguo, en otras palabras, una conquista. La dificultad principal de los principados nuevos, es que los hombres cuando quieren cambiar de señor buscando una mejoría, se levantan en armas contra el ocasionando que el señor actúe de manera defensiva, así convirtiéndolos en sus enemigos. Maquiavelo, define el ansia de conquista como un sentimiento natural y común, pero hay ciertos aspectos que cubrir para que la conquista sea exitosa, cuando se adquiere un territorio con la misma lengua y provincia, el control es más fácil, aunque se tiene que asegurar de que la descendencia del anterior príncipe desaparezca y de que sus leyes ni sus tributos sean alterados; sin embargo, si se adquiere un territorio con idiomas, costumbres y organizaciones diferentes surgen las dificultades para conservarlo pues para lograrlo se deberían hacer diversos cambios, como la creación de colonias, pero lo más importante es nunca dejar a un extranjero entrar a su territorio, porque si el príncipe no está cumpliendo con un buen gobierno, el extranjero muy fácilmente puede ganarse a los súbditos ofreciéndoles aquello que esperaban del actual príncipe, como ejemplo de esto, Maquiavelo nos presenta como Luis XII de Francia pierde su territorio conquistado debido al incumplimiento de estos requisitos. Además Maquiavelo dice que los problemas del Estado deben resolverse cuando apenas están naciendo, pues cuando crecen y están expuestos es muy difícil que tengan remedio.

Para conservar un Estado, Maquiavelo dice que hay tres formas: destruirlo, radicarse en el, y dejarlo regir por sus leyes, obligándole a pagarle una contribución anual y creando en el país un tribunal de corto número de miembros, que cuide de consolidar allí su poder. Al establecer este consejo consultivo, el príncipe, sabiendo que no puede subsistir sin su amistad y sin su dominación, tiene el mayor interés de fomentar su autoridad. Además dice que para fundar un Estado, uno de los mayores obstáculos es la implementación de nuevas leyes y costumbres pues al eliminar las viejas leyes, los beneficiados de ellas se vuelven enemigos del nuevo principado y a los que benefician las nuevas leyes mantienen cierta amistad con el nuevo principado, pero según Maquiavelo, cuando ya no están firmes ante la idea con la que los convenció el nuevo príncipe en su conquista, simplemente es mejor usar la fuerza.

La adquisición de un Estado, según Maquiavelo depende de dos cosas principalmente, de méritos o suerte, respecto a la suerte implica también aquellos Estados que han sido adquiridos mediante la fortuna, pues los compran, o los que son adquiridos como un regalo, a estos Estados les faltan cimientos, pues brotar de la nada genera que tal vez crezca pero es necesario que el príncipe se prepare muy rápido para conservar el Estado y construir los cimientos que no se construyó antes de poseer el principado.

Otras formas de llegar al principado son dos: mediante delitos y por el favor de los conciudadanos. Para el primer caso, Maquiavelo nos dice que cualquier crueldad bien empleada, tiene que ser benéfica para los súbditos del príncipe y que éste debe estar consciente en el momento de la conquista, de todos los crímenes que le serán necesarios cometer, precisamente para mantener a su Estado en bienestar. En el segundo caso, cuando se llega al principado gracias a los compatriotas, se le puede llamar de misma manera principado civil, en este se llega mediante los nobles o mediante el pueblo. En el caso de los nobles, esto se da cuando al ver que no resisten al pueblo, eligen a uno de ellos para tomar el poder y en el caso contrario que sea por el pueblo, éste al verse intimidado por los grandes, decide ceder su autoridad a uno de ellos para que así lo defienda. Respecto a esto, Maquiavelo dice que es más fácil conservar un principado elegido por el pueblo, pues se sienten identificados con el príncipe, además de que el pueblo sólo pedirá que no lo oprima, pero en el caso contrario el pueblo será más difícil de manejar.

Otro tema que se aborda en el libro son los principados eclesiásticos, que a diferencia de los ya mencionados, son los únicos principados seguros y felices, pues estos principados tienen Estado, sin embargo no los defienden y tienen súbditos pero no los gobiernan, para poseer estos Estados basta tener una buena posición espiritual pues se apoyan en instituciones religiosas.

Además de la manera de adquirir un Estado, Maquiavelo habla sobre las formas de defensa y ataque que puedan ser necesarias en los Estados, pues las tropas, así como las leyes, son indispensables para que el principado no fracase. Las tropas son propias, mercenarias, auxiliares o mixtas, las mercenarias son las más inútiles pues los soldados mercenarios son desunidos, ambiciosos y leales y después de la guerra no dudan en hacer lo mismo que hicieron con el enemigo con el Estado. La idea principal sobre esto de Maquiavelo, era que en los principados y en las repúblicas debe haber milicias propias, en los principados, lo mejor es que el príncipe sea el capitán y en las repúblicas un individuo con capacidad para dirigir. Retomando las tropas, menciona que las auxiliares son por decirlo de otra manera, prestadas de un príncipe poderoso, pero aún así, según Maquiavelo son bastante inútiles, además de que un buen príncipe aceptará el riesgo de perder pero con sus propias tropas, pues victoria con armas ajenas ni siquiera es victoria suya.

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