Retazos del pasado
Enviado por giliberth • 9 de Mayo de 2014 • Ensayo • 286 Palabras (2 Páginas) • 200 Visitas
Retazos del pasado
Relinchos de caballo, alaridos de dolor infrahumano, entrechocar de metales, demonios de pelo largo y ensangrentado despedazándose
entre sí. Cuerpos mutilados, retorcidos, amontonados. Oscuridad rota por hebras rojizas, y una lluvia fina pero persistente.
Podía sentir las gotas que me golpeaban la piel, al igual que sentía el terror que me paralizaba, me sobrecogía.
Tirada en un charco maloliente, aterida y sin aliento, miré en derredor.
De entre aquella caótica masa de guerreros enfurecidos, surgió una figura amenazadora que se aproximaba con calculada lentitud,
mientras saboreaba el pavor de su presa y se deleitaba con aquel macabro preámbulo que precede al placer de matar.
Pude ver el gozo en sus crueles ojos y, por su peculiar brillo, adiviné que aquel preludio sería breve.
Mis sentidos, antes abotargados por el horror, despertaron a la vida con dolorosa agudeza. Iba a morir, y aquella certeza arrancó un grito
de mi interior, un “no” tan desgarrador que me quemó la garganta sin haberse hecho voz. No podía morir, no debía morir.
Jadeante, intenté incorporarme. En mi desesperación por escapar di la espalda a mi verdugo. Un silbido escalofriante me persiguió e
instintivamente me lancé de nuevo al lodo para esquivar, en el último momento, una estocada mortal. Giré la cabeza con rapidez, pero solo vi
un gigante abalanzarse sobre mí. El impacto me dejó sin respiración; no pude pensar en nada más, solo en las manos que me envolvían.
Aquel rostro se acercó al mío y me susurró algo en un idioma extraño al tiempo que alzaba su puñal. No lo acercó a mi garganta; lo apoyó
contra mi vientre. Al instante sentí la gélida hoja invadir mis entrañas; el dolor acudió envuelto en llamaradas devastadoras. Grité y grité, pero
él no sacó el puñal; solo susurraba: susurraba y sonreía.
...