ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

SAN EUDES


Enviado por   •  22 de Agosto de 2013  •  3.623 Palabras (15 Páginas)  •  488 Visitas

Página 1 de 15

Instrucción:

A partir de la observación del video del Padre Juliao y del texto del material de apoyo, en un documento realice las siguientes propuestas:

1. Construya su propia definición de praxeología, con sus propias palabras y a partir de su propia experiencia de vida.

2. Exprese cuáles son las cuatro fases del enfoque praxeológico y explique brevemente cada una.

3. Elabore un ejemplo práctico, a partir de su propia experiencia de vida como persona o como estudiante, en el que se exprese cómo se aplica el enfoque praxeológico en esa situación. Para ello, en un párrafo, usted debe primero narrar la situación que escogió como ejemplo y luego mostrar cómo se aplicarían las cuatro fases del enfoque praxeológico. Trate de ser muy concreto.

Forma de entrega:

Máximo 3 y mínimo 2 hojas en un documento, arial 10, espacio interlineal 1,5. Enviar el documento por la opción "Subir Archivo" que se encuentra al final de esta página.

Pregrado uniminutó 000249512- contraseña diegopabon

Video http://youtu.be/io48oJCFNeA

Archivo

¿Qué es eso de praxeología?

(1)

-No sé qué es lo que quiere decir con eso de la «gloria» --observó Alicia.

Humpty Dumpty sonrió despectivamente.

-Pues claro que no..., y no lo sabrás hasta que te lo diga yo.

Quiere decir que «ahí te he dado con un argumento que te ha dejado bien aplastada».

-Pero «gloria» no significa «un argumento que deja bien aplastado» -objetó Alicia.

Cuando yo uso una palabra -insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso—

quiere decir lo que yo quiero que diga..., ni más ni menos.

-La cuestión -insistió Alicia- es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

-La cuestión -zanjó Humpty Dumpty- es saber quién es el que manda..., eso es todo.

(Lewis Carroll. A través del espejo)

(2)

Tratar de definir la praxeología hace parte del juego mediante el cual, en los intercambios con los profanos, los

praxeólogos se reconocen. Que alguien que se presente como praxeólogo nos dé una respuesta clara y directa a la

cuestión “¿Qué es eso de praxeología?”, ese no es un verdadero praxeólogo. Un verdadero praxeólogo sabe que la

definición que él podría dar a un novato no podrá jamás ser comprendida directamente, de un solo golpe ni enteramente. Haría falta el contexto práctico, operacional, que da cuerpo y sentido a las palabras y que no se transmite

sino mediante la experiencia: “Ven, practícala y comprenderás” Las características del modo praxeológico de ver las

cosas, sin el entrenamiento requerido, no podrían ser captadas. Obviamente, los praxeólogos no son los únicos

profesionales que se encuentran en esta situación. Hecha esta distinción, intentemos aproximarnos al concepto.

La praxeología se entiende como un discurso (logos), construido después de una seria reflexión, sobre

una práctica particular y significante (praxis), como un procedimiento de objetivación de la acción,

como una teoría de la acción; por el tipo de análisis que realiza pretende hacer que dicha praxis sea más

consciente de su lenguaje, de su funcionamiento y de lo que en ella está en juego, sobre todo del proceso

social en el cual el actor o practicante está implicado y del proyecto de intervención que construye para

cualificar dicho proceso; todo esto con el fin de acrecentar su pertinencia y su eficacia liberadora. Ella es

el resultado, entonces, de un análisis empírico

(3)

y de un discurso crítico: la praxeología designa, desde

el principio, una reflexión práctica sobre los principios de la acción humana y de sus técnicas, pero busca, igualmente, los principios generales y la metodología adecuada para una acción eficaz y pertinente.

1 Para presentar la praxeología y facilitar una comprensión de lo que constituyen sus grandes ejes metodológicos, nos inspiramos en los capítulos

segundo y cuarto de Juliao (2002) y en el capítulo primero de Juliao (2007).

2 Alicia contempla el mundo adulto no como la realidad (como lo contemplamos nosotros) sino justamente lo contrario, como una inversión de la

realidad. Para entender esto hay que recordar dos palabras totalmente definitorias en el idioma inglés. Se trata del common sense y de su opuesto,

el nonsense. La sociedad victoriana, contexto de la obra de Carroll, estaba basada en unas normas de conducta que nacían del pragmatismo del

pueblo inglés, de su common sense. Pero esas mismas normas, vistas desde la mirada inocente de una niña, resultan desprovistas de sus sentidos

comunes, totalmente convencionales y arbitrarias. Del common sense hemos pasado al nonsense.

3 El saber fruto de la experiencia no está, como el conocimiento científico, fuera de nosotros; sólo tiene sentido en tanto que conforma una personalidad, un carácter, una sensibilidad, es decir, una forma humana concreta que es, a la vez, una ética y una estética.83

Anexos

Teoría y proceso investigativo sobre la acción práctica son, pues, los dos sentidos más usados alrededor

del concepto praxeología

(4)

. En todo caso, la praxeología supone siempre un proceso de reflexividad.

Ahora bien, independientemente del uso del término praxeología propiamente dicho, la preocupación, al tiempo económica, lógica y organizacional que se ha querido hacerle expresar (sobre todo en Norteamérica) corresponde al momento y se encuentra en la inmensa mayoría de las grandes corrientes que jalonaron el siglo XX:

el pragmatismo norteamericano, el marxismo, la epistemología de las ciencias humanas y sociales, tanto en J.L.

Moreno como en K. Lewin, o incluso en A. Moles con su teoría de los actos, o en Talcott Parsons o P. Bourdieu,

hasta llegar al “retorno del sujeto” bajo la forma de actor en las sociologías contemporáneas; efectivamente, todas

ellas se interesan por la eficacia del conocimiento y por su capacidad para mejorar la condición humana. Es ló-

gico, entonces, preguntarse por la utilidad de la investigación. ¿Para qué sirve? ¿A quién le sirve? Por su parte, y

de un modo bastante extraño, H. Garfinkel, el fundador de la etnometodología, cuando no reconoce más como

suyas sus propias criaturas teóricas, es decir cuando sus continuadores o discípulos remiten a él, y cuando se siente traicionado, porque luego parecen escapar de él, se pregunta, seriamente, si no debe rebautizar tal enfoque, si

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (23 Kb)
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com