Salud Mental
Enviado por yannyla • 20 de Agosto de 2013 • 12.423 Palabras (50 Páginas) • 262 Visitas
Dra. María Ines Romero S.
Profesor Adjunto
Departamento de Salud Pública
Pontificia Universidad Católica de Chile
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MARCO CONCEPTUAL
1. Salud: bienestar, calidad de vida, desarrollo
La salud de los adolescentes y jóvenes tiene gran importancia para todas las sociedades, pues ellos serán los líderes del futuro inmediato y del medio siglo siguiente, constituyéndose en elementos fundamentales para el impulso al progreso y al desarrollo. La salud y el bienestar de adolescentes y jóvenes, así como los programas y servicios que contribuyan a alcanzar un óptimo nivel de salud y bienestar deben concebirse, entonces, como una herramienta básica para el desarrollo de los países.
Llama la atención, sin embargo, que a pesar del reconocimiento de la trascendencia estratégica de este grupo etario, no se han desarrollado políticas, planes ni programas de atención integral del adolescente y joven concordantes --en cobertura y calidad-- con dicha importancia en los distintos países, tanto de América como de otras partes del mundo.
La relativa postergación de adolescentes y jóvenes en términos de programas y servicios específicos se explica, en parte, por el enfoque biomédico que caracterizó a los programas de salud entre las décadas de los 50 y 90, centrados en la lucha contra la enfermedad y muerte, especialmente del menor de un año; dichos programas fueron exitosos al reducir la mortalidad infantil a la décima parte, en promedio, en el período señalado, en los países de América. En esos mismos años, la situación de salud básica del adolescente y joven que ya había sobrevivido a los altos riesgos de la niñez, mostraba baja susceptibilidad a las enfermedades y bajo riesgo de mortalidad. A pesar de lo anterior, adolescentes y jóvenes presentaban una gran cantidad de necesidades que, aunque algunas de ellas no amenazaban su vida inmediata, sí amenazaban su calidad de vida presente y futura cuando no eran satisfechas.
En dicha postergación, es probable que también haya influido la imagen que el mundo adulto ha tenido del adolescente y joven: energía, soberbia, autosuficiencia, conflicto (delincuencia, consumo de drogas, embarazos extemporáneos). Son muy diferentes de lactantes y preescolares (criaturas tiernas y adorables) y muy diferentes de los ancianos (en necesidad de ayuda). Esta imagen ha dificultado la creación de un clima apropiado para promover e implementar políticas, legislaciones y acciones programáticas destinadas a satisfacer sus diversas necesidades.
Al adquirir relevancia el concepto de salud integral, que agrega la consideración de los componentes psicosociales, se hacen evidentes otras necesidades y exigencias, probablemente más críticas en este grupo etario, haciendo muy importante su cumplimiento para que adolescentes y jóvenes sean saludables y puedan ejercer su rol de contribución al desarrollo y al bienestar social.
La adolescencia y la juventud son etapas turbulentas per se y que, idealmente, deberían darse en un contexto ambiental de estabilidad familiar y social. Sin embargo, en las últimas décadas, la familia y la sociedad también han estado sufriendo cambios más o menos turbulentos que han dificultado el logro de las expectativas de bienestar y calidad de vida de las comunidades. Como ha sido expresado en un sinnúmero de documentos, el bienestar y calidad de vida no se logran si no existen niveles básicos en derechos humanos, como paz, educación, vivienda, nutrición y buena salud física y mental, así como derecho al trabajo, recreación, oportunidades para uso del tiempo personal, derecho a la participación, etc. Del mismo modo el bienestar social no se logra si no se reducen las desigualdades en el acceso a las oportunidades de desarrollo integral, en un marco de solidaridad, justicia y equidad.
Como en toda etapa del ciclo vital, los programas y servicios de salud para adolescentes y jóvenes, deben asegurar la respuesta a las necesidades básicas en la enfermedad de predominio biológico -aguda, crónica, accidente, trauma- así como a las necesidades en el ámbito psicosocial, con enfoques promocionales, preventivos, de recuperación y de rehabilitación, incorporando al adolescente y joven como co-responsable de su salud.
Los adolescentes y jóvenes constituyen el periodo de la vida en que, de acuerdo a los indicadores clásicos de salud y enfermedad, se es más saludable, ya que se presentan las tasas de mortalidad más bajas y la menor frecuencia de episodios de enfermedad percibidos en un año. Es por lo tanto una etapa en que las demandas por servicios curativos son relativamente inferiores a otros periodos de la vida lo que, en teoría, debería facilitar la reorientación de los servicios hacia el énfasis promocional y de prevención contenido en el presente marco conceptual..
2. Impacto y trascendencia presente y futura.
Al considerar a adolescentes y jóvenes como "grupo objetivo", se define una etapa del ciclo vital como eje de categorización, a diferencia de otros programas cuyo eje lo constituyen problemas específicos. Con ello se hace énfasis en la condición de un eslabón -el periodo- de una cadena -el ciclo vital- y en la trascendencia de la perspectiva evolutiva.
En este contexto recobran validez los conceptos que aceptan que cada etapa del ciclo vital es una síntesis resultante de los acontecimientos vividos hasta esa etapa y un pronóstico de lo que será el futuro. Implica, asimismo, tener en perspectiva los procesos de crecimiento, desarrollo, maduración, diferenciación y adaptación y considerar los aportes que los microambientes de la familia, la escuela, la iglesia, las instituciones recreativas, ofrecen en las esferas educacional, social, psicológica, cultural, económica y afectiva. En la práctica, es la necesidad de que los programas de salud y de los otros sectores sean congruentes con el carácter de continuum de las etapas. Provee, asimismo, los elementos para diseñar programas con enfoque anticipatorio.
Siendo la adolescencia un periodo con características y necesidades inmediatas y futuras, es también una intersección de muchos caminos en la vida, en el cual la elección del camino saludable tendrá impactos positivos en la calidad de vida presente y futura.
3. Salud Integral
3.1. Integralidad biológico-psicológico-social
A pesar de la reiterada aseveración de
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