Ser docente hoy en Venezuela
Enviado por fannymonsalve • 2 de Abril de 2020 • Ensayo • 2.784 Palabras (12 Páginas) • 153 Visitas
“Ser Docente Hoy en Venezuela”
(Discurso al Recibir La Condecoración Orden Don Ramón Buenahora.)
Lcda. Fanny Mariela Monsalve Molina
Escuche a un motivador decir que paralelo a las cosas malas, suceden también las buenas y, que no las debemos dejar pasar, sin ser indiferentes ante todo lo demás.
Por eso, al ser llamados a recibir éste reconocimiento, pienso y siento que no lo podíamos dejar pasar, sin ser indiferentes a la grave situación que atraviesa nuestro país; tenemos derecho hoy a sentir un momento de felicidad por ésta bendición que Dios nos dio.
Aparte quería preguntarles: ¿Cuántos de ustedes aquí presentes, creen de corazón que valga la pena ser Docente hoy en Venezuela?
Con la anterior reflexión y ésta interrogante quiero darles los buenos días a todos. Ciudadana Gobernadora de nuestro Estado Dra. Laidy Gómez, Dr. Jorge Pernía-Secretario General de Gobierno, Dr. Enrique Noguera-Director de Educación, Prof. Julio Jaimes-Jefe de la División de Docencia, Querida Familia, Apreciados Compañeros y Colegas, Distinguidos Docentes Condecorados y acompañantes, público en general. Los saludo respetuosamente y que Dios Bendiga ésta ceremonia.
Representa un verdadero honor para mí, tomar la palabra en nombre de todos mis colegas en este día tan especial, con motivo de recibir la Condecoración Orden Don Ramón Buenahora. Ser considerados para un reconocimiento tan distinguido es un gran privilegio; condecoración instituida por La Gobernación del Estado Táchira destinada a reconocer y premiar a quienes por su dedicación se han destacado en el área educativa prestando sus servicios a nivel regional. La educación es la mejor herencia de nuestros padres; por ello en primer lugar damos gracias a Dios, a nuestros padres y a nuestras familias por recibir esta condecoración, también agradecemos a nuestra gobernadora Dra. Laidy Gómez y su equipo de trabajo por darle continuidad a la entrega de éste premio para nosotros los maestros pertenecientes al Estado; igualmente agradecemos a nuestro Director de Educación Prof. Enrique Noguera, a nuestro Jefe de Docencia - Prof. Julio Jaimes, a nuestro Jefe de Apoyo Educativo Prof. Luis Medina, a los Gremios Sindicales y al Consejo de la Orden por calificarnos para ello a los 22 maestros que hoy seremos condecorados; pues es una gran satisfacción pertenecer a los profesionales que ejercemos nuestra función docente para la Gobernación y más directamente para la Dirección de Educación de nuestro Estado Táchira. Por último y no menos importante agradecemos al Prof. Yeison Lamus, a Víctor Escalante y su equipo de Protocolo por organizar en este salón todos los detalles en la planificación de ésta importante ceremonia.
Hoy deseo en nombre de todos dejar este mensaje, el cual lleva por título: “Ser Docente Hoy en Venezuela”, en el que intento delinear con palabras el gran valor que tiene nuestra noble profesión.
Hay quienes dicen que hoy en día no “vale la pena” ser docente, además “los docentes ya casi ni se necesitan”, - dicen algunos- pues con un computador que tenga internet lo “tenemos todo – todo el conocimiento –“, así que, ya no falta maestros que enseñen y entonces, pareciera tristemente que cierto desmerecimiento en la sociedad y en los gobiernos se apoderara de nuestra profesión y de nosotros los maestros; cito aquí las palabras de un buen amigo – maestro por excelencia – Antonio Pérez Esclarín, cuando dice: “La sociedad exige mucho al docente y le da muy poco, todo el mundo quiere el mejor maestro para sus hijos; pero muy pocos quieren que sus hijos sean maestros”; se evidencia entonces la incoherencia y la contradicción al valorar en la vida diaria la importancia de los maestros; al maestro no se le reconoce la dimensión profesional de su trabajo, y, al mismo tiempo hay quienes conciben la docencia como un trabajo humano que requiere de pasión y creatividad. Y eso que, aun cuando los primeros y principales formadores son los padres; nosotros los docentes, somos formadores de todos los demás profesionales; formadores de abogados, médicos, ingenieros, presidentes, gobernadores, y de aquellos que también ejercen oficios como albañiles, carpinteros, mantenimiento, pintores, ¿qué persona no ha tenido un maestro a su lado en algún momento ayudándole? en fin somos formadores de la sociedad. Pero con esta contradicción al valorarnos, no nos desanimemos colegas.
Y sin ser menos cierto que avances como las computadoras y el internet son de gran ayuda; nada más incierto que decir que “el docente no hace falta”; entonces, llegamos a las preguntas: ¿por qué ser docente hoy, y más aún por qué ser docente hoy en Venezuela?, ¿vale la pena ser docente en nuestro país? No podemos apartar la escolaridad de la vida diaria; al igual que tantos venezolanos los educadores transitamos entre un sin número de dificultades; pero resistimos, salimos al encuentro, buscamos la solución y nos reinventamos. Poco a poco en las últimas dos décadas y más aceleradamente en los años recientes la hiperinflación y las nefastas políticas económicas nacionales han causado un grave daño a la profesión docente, al punto de deteriorar nuestros salarios volviéndolos minúsculos, y así, la economía vulnera en cierta magnitud el ánimo y la actitud positiva que queremos sentir al ejercer nuestra labor; por eso hoy se mantienen en pie de lucha los maestros estadales, para educar al gobierno nacional y enseñarlo a valorar la profesión docente.
Sin embargo, seguimos comprometidos, indeclinables, resistentes, democráticos, apasionados por la enseñanza, pacientes, dedicados, sintiéndonos “docentes”; porque para “ser docente” no solo hace falta serlo, también hay que sentirlo – hay que “sentirse docente”, “sentirse maestro” con la mente, el cuerpo y el corazón. Y éstos méritos los podemos tomar del maestro que llevó por dentro el tachirense “Superintendente de Instrucción” Don Ramón Buenahora; epónimo de éste premio, al revisar la biografía de él escrita por diferentes autores describen a un ciudadano ilustre y abnegado por la enseñanza, quien amaba la niñez y cuya vida entera dedicó a lograr su aspiración de que todos los niños, sin excepción, asistieran a la escuela; en él vemos la docencia como apostolado, trabajo y profesión y humanizamos la educación con valores como la paciencia, prudencia, respeto, amor, gratitud, humildad, responsabilidad, compromiso, sensibilidad; valores que le pido a Dios sigan lloviendo sobre nosotros y sobre todos los maestros de nuestro país.
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