Si dios fuese una activista de los derechos humanos

Afinidades sorprendentes entre la globalización neoliberal y las teologías fundamentalistas

Hay muchas diferencias entre los procesos de turbulencia en la ecuación entre raíces y opciones (las sociedades occidentales y en las islámicas), existen entre ellas semejanzas curiosas:

LA PRIMERA SEMENJANZAS Los fundamentalismos cristianos e islámicos comparten un mismo miedo abisal al futuro.

El islam fundamentalista lo exorciza con el recurso radical y politizado al pasado, convirtiéndolo en un pasado todopoderoso y sin opciones,  transformandolo en una clase de futuro que se basa en experiencias pasadas.

Las teologías integristas cristianas en sus varias versiones, son incapaces de recurrir al pasado, tomando como opción radical la repetición del presente como única sustitución del futuro

LA SEGUNDA SEMEJANZA consiste en la polarización entre procesos autoritarios de despolitización y de repolitización, conducen al uso extremo de las cuestiones de principio, que se observa claramente en las teorías islámicas fundamentalistas, en las que el Estado moderno debe ser destruido u ocupado y gobernado de acuerdo con la lógica del gobierno religioso. El principio de la soberanía del pueblo no se admite  a la luz de la voluntad de Dios por esto solo rinden  cuentas ante Dios y no ante ningún foro democrático.

En los fundamentalistas cristianos, el desgate del contrato social hace posible el uso de todos los principios que de él provienen, especialmente el de la primacía del derecho, de la democracia y de los derechos humanos.

 Son múltiples los síntomas de esta instrumentalización: niveles extremos de desigualdad social, extremada concentración del poder por el que pierde fuerza el  proceso democrático y manipula la representación y la participación democrática, la disminución de los derechos sociales, económicos, el totalitarismo y la antidemocracia  hacen que la sociedad sea incivil, el estado de excepción permanente, que se sirve de pretextos tan diversos como la guerra contra el terrorismo o la austeridad económico-financiera para controlar a los ciudadanos y criminalizar la protesta social, hasta un punto tal que la condición de ciudadano se vuelve indistinguible de la de subdito.

La forma más perturbadora de extremismo se denomina violencia sacrificial. La violencia sacrificial es el sacrificio de lo más precioso con pretexto o con el propósito de salvarlo.

 En el caso del fundamentalismo islámico, la violencia sacrificial se enfoca contra lo que se considera una opresión y humillación intolerables por parte de los intereses del capitalismo y del imperialismo occidentales.

Las formas más agresivas de la globalización neoliberal es que  destruye la vida para salvar la vida; se violan los derechos humanos para «defender» los derechos humanos; se suprimen las condiciones para la democracia con el fin de «salvaguardarla. Concluyendo que  Las dos formas de violencia sacrificial tanto  la islámica como la occidental, por más que sean similares, no son simétricas.

La turbulencia entre lo sagrado y lo profano, lo religioso y lo secular, lo trascendente y lo inmanente

Esta turbulencia muestra las divisiones entre los derechos humanos y la modernidad occidental, por una parte, y las teologías políticas y las teologías políticas fundamentalistas, por otra.

Son evidente las diferencias radicales entre las concepciones que se confrontan:

Las teologías políticas fundamentalistas (o integristas) entienden la turbulencia como algo que proviene del hecho de que, no todo lo profano se ha reducido a lo sagrado, todo lo secular a lo religioso, ni todo lo inmanente a lo trascendente. La religión debe ser omnipresente y traspasar todas las dimensiones de la vida por igual

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