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Si la “Montaña Asesina” es un mito que solamente existe en la imaginación de quienes la desconoce


Enviado por   •  7 de Junio de 2016  •  Informe  •  8.449 Palabras (34 Páginas)  •  298 Visitas

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INTRODUCCION

Si la “Montaña Asesina” es un mito que solamente existe en la imaginación de quienes la desconoce, no es menos cierto que la montaña, efectivamente, peligros a quien intenta escalarla. Tan absurdo es considerar al montañista (montañero) un suicida temerario, como creer que el montañismo es un deporte absolutamente inocuo. Precisamente uno de sus atractivos, por qué negarlo, es el riesgo que asumido y controlado racionalmente por el alpinista difiere notablemente de un peligro ciego que acecha tras cualquier roca.

El tiempo en que se creía a las montañas habitáculo de dragones y demonios ha pasado. Por eso, vamos a señalar cuáles son los peligros que el montañismo presenta realmente. Solo de ese modo podremos aclarecer que parte de los accidentes corresponde a los alpinistas, a la montaña y a la fatalidad.

Hay que dividirlos en dos clases: Peligros Subjetivos y Objetivos.

Los Peligros Subjetivos dependen de la incapacidad física y moral del Montañista. Una preparación o un estado de ánimo deficientes, una sobrevaloración de las propias fuerzas, una infravaloración de las dificultades, he ahí las causas de multitud de accidentes que hubieran podido  evitarse. La montaña tiene unas reglas de juego que por no escritas no son menos precisas. Precisamente uno de los placeres que proporciona el Montañismo es ver vencida una dificultad gracias al propio ingenio y capacidad deportiva.

Los Peligros Objetivos son los que afectan a la naturaleza propia de la alta montaña. Podríamos señalar entre ellos: Las caídas de piedras, a causa del deshielo o a la descomposición de algunas zonas. En los corredores del hielo pueden someter al alpinista a un verdadero cañonero. La caída de seracs, que son bloques de hielo formados por el movimiento de los glaciares. Las grietas son otros de los grandes peligros que ofrece la montaña helada. Cuando el glaciar esta descubierto son fáciles de evitar.  A veces están cubiertas por puentes de nieve que no resisten el paso del montañista, por eso hay que marchar encordado por los glaciares, y, en caso de caídas, los compañeros pueden poner en práctica inmediata-mente técnicas salvamento.  En caso contrario es imposible salir por sus propios medios de la grieta, en caso de sobrevivir a la caída.  Los taludes de nieve son un peligro contra el que no hay defensa posible. Empieza a ser conocido el comportamiento de las masas de nieve susceptibles de avalancha, pero el glaciarismo todavía no alcanza a ser una “ciencia exacta”.   La  experiencia de los dotes de observación del montañista le permiten establecer cuando una ascensión que infiera este peligro es posible. Las cornisas de nieve quebradizas al paso del montañista acechan a la cordada cuando se acercan demasiado al borde de la montaña. Por último, el tiempo altamente cambiante de la alta montaña es uno de los factores principales de accidente. El viento, el frio, La nieve, la niebla, la tempestad son previsibles, gracias a conocimientos de meteorología, la demanda de partes meteorológicos y la observación del barómetro. No obstante, no existe nada más frecuente que verse envuelto en una tempestad súbita que a pesar de todo no ha podido preverse; el montañista debe saber desenvolverse en ella con prudencia, valentía y capacidad de tomar decisiones.

Desgraciadamente los accidentes de montaña no dejan e suceder. Sería de desear que su causa llegase a ser únicamente la fatalidad, pero todavía muchos inexpertos  siguen cometiendo el error mas terrible que hemos indicado más arriba: la falta de preparación adecuada y la toma de decisiones equivocadas.

Lo suicida no es practicar el montañismo, sino aventurarse a un terreno que ya de por si ofrece suficientes peligros sin contar con los medios suficientes para evitarlos. El verdadero montañista practica esta actividad por que busca en ella una exaltación de su propia vida; nada más lejos pues de su propósito de hallar la muerte en la montaña.

GENERALIDADES SOBRE LOS ACCIDENTES EN ALTA MONTAÑA

Las estadísticas de los accidentes en alta montaña en los países sufrieron un gran aumento después de la segunda guerra mundial. Por el contrario en los últimos años y a pesar del aumento de aficionados a la montaña a disminuido notablemente, esto es debido principalmente a dos causas:

  • Mejor calidad del material empleado
  • Aumento de las federaciones, clubs, asociaciones, etc…. que al impartir cursos de montañismo inculcan en el  principalmente una técnica y un espíritu que se lleva a conocer sus posibilidades y las del terreno que tiene que afrontar.

En Colombia en esta materia estábamos atrasados, pero últimamente se esta comprendiendo mejor que ir a la montaña  no solo significa el ponerse unas botas y empezar a caminar por el monte, sino que como todo deporte exige una serie de preparativos tanto técnicos como físicos y espirituales.

PUNTOS DE VISTA GENERALES

Hay que distinguir, los primeros auxilios prestados en un terreno llano o en la calle, en donde en un breve espacio de tiempo es posible llevar al accidentado a un centro y con unos medios adecuados, al que se practica en la montaña. El socorrista en la montaña solo tiene a su disposición lo que lleva puesto o en el morral. No existen límites para su arte de la improvisación. El montañista debe estrujarse el cerebro para discurrir el mejor tipo de vendaje, de entablillamiento y de trasporte de emergencia.

En la montaña al igual que en otro tipo de rescate, carece de sentido echar a correr hacia el refugio más próximo.

“la ayuda moral es tan importante como un vendaje correcto”. Una palabra de consuelo, unas frases consoladoras proporcionan al compañero, atormentado por el dolor y el miedo, una sensación de seguridad que le permite hacerse dueño de si mismo, luchar contra el dolor y participar en las medidas que se deben tomar.

Hay que destacar una medida fundamental, nunca hay tanta prisa como parece en un principio. Una herida, con tranquilidad y un transporte cuidadoso, con pausas,  son siempre mejores que un entablillamiento chapucero y a medias, y un viacrucis lleno de golpes hacia el valle.

PREVENCION Y EVITACION

Si se tiene en cuenta que no es la montaña la que se ha vuelto más peligrosa, si no el hombre el que se ha vuelto más irreflexivo, se puede comprender sin dificultad la importancia de la prevención de accidentes y enfermedades en la montaña.

Antes de la ayuda de los primeros auxilios, esta la prevención. Tanto esta como la ayuda presuponen un conocimiento exacto de los peligros y de sus causas. Antes de la salida a la montaña hay que tener siempre  en cuenta algunas consideraciones que en principio pueden parecer sin importancia y carente de significación (entrenamiento, equipo, alimentación, transporte, tiempo atmosférico, etc.)

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