Sistema político de la restauración

Tema 6 – SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN

(1875-1923)

REINADO DE ALFONSO XII (1874-1885)

Manifiesto de Sandhurst

En diciembre de 1874, Alfonso de Borbón (hijo de Isabel II) se está formando en la academia militar de Sandhurst. El 29 de diciembre, Martínez Campos da un golpe de estado mediante el cual pone fin a la república autoritaria dirigida por Serrano y Alfonso se proclama rey (restauración del linaje borbónico). Alfonso XII va a contar en todo momento con el apoyo de Antonio Cánovas del Castillo.

Antes de ser Primer Ministro en 1875, Cánovas ya había redactado un documento de importancia: el Manifiesto de Sandhurst (firmado por Alfonso), que sería la propuesta política de ambos para los próximos años en España (una monarquía constitucional) y donde se dice que Alfonso está dispuesto a ser un monarca parlamentario. Además, sabiendo (Alfonso y Cánovas) que la historia de España estaba repleta de golpes de estado debido a la presencia de espadones, todas aquellas fuerzas políticas que aceptasen el modelo monárquico y la dinastía de los Borbones tendrían acceso al gobierno sin hacer uso de las armas. Este mensaje tenía que servir para que los progresistas viesen que estaban aceptados en esta nueva época de España. Por supuesto, los carlistas, republicanos, socialistas y nacionalistas no cuentan con el apoyo de la monarquía para acceder al poder.

Ministerio-Regencia de Cánovas

De 1875 a 1880, Cánovas va a ejercer como Primer Ministro, y va a tomar numerosas decisiones enfocadas principalmente a fomentar el orden:

- Cierra algunos periódicos y restringe la libertad de prensa/expresión, ya que el pueblo español no está preparado para tener tantas libertades).

- Establece el sufragio censitario.

- Suprime el matrimonio civil.

- Algunos profesores universitarios, críticos con el Gobierno en sus aulas, son sacados de sus clases.

- Consigue poner fin a la Guerra Carlista en 1876 y a la Guerra de Cuba en 1878 (Paz de Zanjón).

- Elabora una nueva constitución, por lo que se renuevan las cortes en 1876, donde la mayoría de los diputados son del partido de Cánovas (conservador).

Cánovas veía el modelo británico como el modelo perfecto en el plano político y económico, y consideraba la clave de su éxito el turnismo, la alternancia pacífica en el gobierno entre conservadores y progresistas. Por ello, quiso lo mismo para España, donde Sagasta fue elegido como el líder del partido liberal.

Constitución de 1876 – Liberales (81-83) – Conservadores (83-85)

En 1876 se celebran unas elecciones marcadas por el falseamiento de donde sale ganador el partido conservador de Cánovas. Ese nuevo Parlamento redacta una nueva Constitución en 1876, y que ha sido la más longeva de la historia de España (1876-1923 y 1930-1931). Es una constitución ecléctica (recibe la influencia de constituciones anteriores), muy interpretable (variable en función de quién gobierne) y en la que se establece la libertad religiosa, aunque la católica es la religión oficial del estado. También implanta un sistema legislativo bicameral: Congreso (miembros elegidos por las corporaciones del Estado) y Senado (miembros elegidos por el rey, cámara destinada a reservar un sitio en el sistema a los más poderosos). También se establece que cuando el partido que se encuentre en el gobierno sufra una crisis interna, el rey podrá llamar al líder político de la oposición, el cual tendrá la capacidad de disolver las Cortes y convocar elecciones.

No obstante, la Constitución no decía nada acerca del modo de celebrar las elecciones, lo que llevó a falseamiento y corrupción. El nuevo jefe político encargaba al ministro de gobernación (ministro de interior), llamado popularmente “el elector”, establecer cuántos diputados tenía que conseguir cada partido en cada distrito electoral (“encasillado”). Este ministro enviaba los resultados planificados a cada gobernador civil (representante del estado en cada provincia), que los llevaba a cabo gracias a que contaba con el apoyo de un cacique local que ejercía un gran control sobre esa población. El cacique, a cambio, recibía beneficios por parte del partido que tenía que salir elegido. Para conseguir los resultados deseados también se usaban muertos como votantes activos, una partida de matones se acercaba para influir sobre los votantes, las urnas se ponían en hospitales infecciosos para que la gente no acudiera… Las elecciones no eran reflejo de la voluntad social.

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