Sistemas Socioculturales de América I
Enviado por Juan Manuel Fernandez Barone • 27 de Septiembre de 2016 • Apuntes • 6.932 Palabras (28 Páginas) • 370 Visitas
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Facultad de Filosofía y Letras
Departamento de Ciencias Antropológicas
Sistemas Socioculturales de América I
Tim Ingold 1988. Notes on the Foraging Mode of Production. Hunters and Gatherers 1.
History, evolution and social change. T. Ingold, D. Riches, y J. Woodburn (eds.) New York:
St. Martin's Press, pp.: 269-285.
Revisión de la traducción: Fernando Lynch
Notas sobre el modo de producción predador 1
Introduciendo un reciente volumen de artículos sobre sociedades de caza y recolección,
Leacock y Lee (1982: 7-9) se preguntan si existe un ‘modo de producción predador`. Ellos se
inclinan por la afirmativa en vista de las sorprendentes uniformidades entre los así llamados
predadores de ‘vida-en-banda’ a través del mundo, tanto en la forma de su subsistencia como
de su organización social. En este capítulo me gustaría dar una mirada crítica al ‘modo
predador’, examinando tres de las premisas sobre las que se apoya: que predación es un modo
adecuado de describir lo que hacen los cazadores-recolectores; que está más relacionado a su
modo de producción que a su modo de subsistencia; y que este componente adicional consiste
en las relaciones sociales que atraviesan la ‘vida-en-banda’. Argumentaré que si la segunda
premisa es verdadera la primera no lo es, y que en el campo de las relaciones interespecíficas
uno puede decir que la caza y la recolección son a la predación como el modo de producción
es al modo de subsistencia. Mostraré además que el mismo contraste se obtiene entre
compartir y cooperar, como aspectos distintos de las relaciones intraespecíficas de las bandas
cazadoras-recolectoras. Esto me lleva a concluir que la oposición entre los componentes
sociales y materiales (o ecológicos) del modo de producción no coincide simplemente con la
que existe entre las relaciones entre un ser humano con otro y con los recursos del medio
ambiente. Más bien, ambos conjuntos de relaciones tienen sus aspectos sociales y ecológicos.
¿Predación o caza y recolección?
Como una simple etiqueta descriptiva, la noción de predador tiene mucho de recomendable.
Es menos equívoca que caza y recolección, y evita discusiones acerca de la relativa
importancia de cada actividad o de la comida obtenida, así como si actividades como pesca y
trampeo están incluidas o excluidas. Pero también existen objeciones. Algunas son
meramente expresiones del prejuicio etnocéntrico, por ejemplo la extraordinaria queja de
Hunn y Williams según la cual, hablando de predadores, uno ‘trae a su mente los lentos
ungulados limpiando su camino a través de un campo de frutas (1982: 8). Detrás de tal
absurdo está la observación más seria de que el concepto de predador está ampliamente usado
1 Si bien el término original inglés foraging significa ‘forrajero’, en tanto esta actividad refiere básicamente a la
obtención de alimentos para el ganado, se ha optado traducirlo por ‘predador’ (tal como ha sido realizado en
otras traducciones). Cabe señalar que, en tanto barbarismo de ‘depredador’, en lo que hace a la actividad humana
su significado es el de ‘saqueador’. No obstante, según una acepción ecológica amplia -como la aquí considerada
por Ingold-, predador es meramente aquel animal que mata a otros de distinta especie para comérselos,
definición que describe con justeza las actividades de los cazadores recolectores (N. del T.).
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y entendido en ecología cultural para denotar los movimientos físicos ejecutados por animales
de todas clases con el fin de conseguir su subsistencia del medio ambiente. En tal sentido una
abeja preda néctar. ¿Podemos comprender la actividad de los cazadores recolectores en los
mismos términos?
Ciertamente no, si el dictum de Marx y Engels es algo a tomar en cuenta, que los
humanos “comienzan a distinguirse a sí mismos de los animales tan pronto como comienzan a
producir sus medios de subsistencia”. Lejos de negar la humanidad de los cazadores
recolectores debemos aceptar seguramente que cazar y recolectar es producir, y que hay más
que dicha producción que los abiertos patrones de conducta extractiva manifestada tano por
animales humanos como no humanos. Nuestro problema es entonces descubrir en qué aspecto
la producción de la subsistencia excede su extracción, para, según la misma prueba, ver que
caza y recolección deben exceder la predación.
Un posible abordaje al problema es, siguiendo a Engels, vincular producción a la
manufactura y al uso de herramientas. “La herramienta”, escribió Engels, “implica la
actividad humana específica, la acción transformadora del hombre sobre la naturaleza, la
producción”. Con proyectiles, los cazadores humanos son comúnmente capaces de obtener
presas sustancialmente más grandes que ellos mismos, un acto que pocos predadores no
humanos pueden realizar (Teleki 1975; Tanner 1981). Otros implementos, tales como
aquellos que permiten agujerear y quebrar, abren un amplio rango de nuevos alimentos,
fundamentalmente vegetales, aquellos que están naturalmente “incrustados en una matriz
sólida tal como es la tierra” (Parker & Gibson 1979: 371). Finalmente, las invenciones de
acarreo hacen posible que los productos acopiados sean transportados a la base hogareña, para
su posterior consumo en compañía de otros, incluyendo jóvenes, enfermos o ancianos
dependientes, quienes están inactivos en la búsqueda de comida. Se podría argumentar,
entonces, que así como la caza sobrepasa a la predación en el uso de proyectiles para matar
animales más grandes que el cazador, también la recolección lo hace en la agregación de
comida para su consumo pospuesto (Isaac & Crader 1981: 88), y representa no menos que un
nuevo modo de explotar plantas comestibles con herramientas (Tanner 1981).
Contrariamente a la creencia popular, la construcción y manipulación de herramientas
no está limitada a los seres humanos, ni siquiera a nuestros primos más cercanos, los
chimpancés. Ejemplos de ello pueden ser encontrados en cada rama del reino animal, con la
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