Soberanía

La costitucionalización del poder, su limitación y control responden, en definitiva, a la legitimación del mismo y a la garantía de libertad en el marco moderno del Estado Nacional, esto es, aquella comunidad de individuos dotada de una particular trascendencia, ordenada mediante una determinada legalidad. Por tal motivo, Montesquieu es quien marca el principio del Moderno Estado Constitucional, a través de la propuesta de distribución de los poderes del Estado entre distintos sujetos.

Los controles, son instrumentos versátiles y dinámicos. No siempre los mismos instrumentos producen los mismos resultados, incluso, dentro de los mismos sistemas constitucionales, con esto, entendemos la doble funcionalidad del control del poder: la defensa de las libertades, consagradas en la figura del Estado, y segundo, desde la perspectiva del interés del poder, la preservación de su legitimidad, la soberanía.

La estrecha relación que contraviene la forma de gobierno en un Estado, sus órganos de poder y su soberanía, contextualiza diversos elementos fundamentales de su sistema jurídico. Tal es el caso de estados contemporáneos donde la figura de soberanía, es la máxima en cuestiones políticas y de derecho internacional. Ta es el caso de México, que reconoce la máxima supremacía constitucional, pero admite la aplicación de tratados internacionales en materia de derechos humanos; esto nos releva al marco internacional, en el caso de nuestro país, reconoce una soberanía exterior, reconociendo la independencia y autonomía de los Estados exponiéndolos en un plano equitativo en la participación y convencionalidad de los asuntos de interés colectivo.

Es así que la figura de Soberanía como elemento inmutable del hoy agobiado sistema político internacional, detenta las facultades de cada estado para tomar sus decisiones, evitando así la imposición de un sistema jurídico-político externo, como sucedía en la antigüedad.

Es importante, entender los conceptos fundamentales, principios base de cualquier estado que pretenda vivir en un sistema político, democrático y autónomo, como lo son, Soberanía, poder constituyente, poder constitutivo, el margen de poder económico y la política económica en el mundo globalizado, y como actúan los estados ante los cambios social-monetarios que invaden su estado de derecho.

Marco conceptual:

SOBERANÍA

Bodino. “El poder supremo de la república -es decir-el poder que no reconoce por encima de sí mismo a ningún otro”.

Concibe a la soberanía como un poder absoluto y perpetuo del rey, de la nobleza o del pueblo, según sea la forma de gobierno; de igual manera la soberanía es un poder absoluto que no puede dividirse porque ´perdería su naturaleza. “la soberanía es un poder absoluto y perpetuo, limitado únicamente por las restricciones de los gobernantes”.

Sieyés establece que en toda nación libre -y toda nación debe ser libre-resulta imperativo recurrir a la nación misma ya que si no tiene constitución, hay que hacerla; la nación tiene derecho a ella. “una constitución supone ante todo un poder constituyente”.

Para Hegel, “el Estado es la manifestación consciente de espíritu en el Mundo. Su fundamento es la razón absoluta, manifestándose, a sí misma como la voluntad del Estado, y por consecuencia, la voluntad del Estado es la absoluta soberanía, y es también la única fuente de toda validez legal”

La soberanía es un elemento modal de la estructura dinámica de la forma política moderna. Cualifica el Poder y determina sus relaciones con el estado y los restantes elementos de la estructura. Convierte a un determinado poder político en supremo, adicionando a su capacidad de dirección, la de obrar como instancia final de decisión, acción y sanción. Como consecuencia de esto, el Poder determinado como soberano, dentro del ámbito de su actividad, no se encuentra subordinado a ningún otro; tiene superioridad, siendo, en su especie, el Poder más alto.

La revolución francesa, a través de la declaración de derechos de 1789 y de la constitución de 1791, proclamó a la Nación como soberana. Se dejó dogmáticamente establecido el principio político de que toda soberanía descansa esencialmente en la Nación y que ningún grupo o individuo puede ejercer autoridad, excepto cuando emana directamente de esa fuente. Su ejercicio pertenece a la Nación, y ningún sector del pueblo y ningún individuo pueden pretenderlo. El Poder político supremo en el estado, concentrado en manos del Rey a lo largo de un proceso de siglos,

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