Sobreinformacion del COVID-19 en México

INTRODUCCIÓN

La sobreinformación que existe actualmente sobre el Covid-19 en México y gran parte del mundo, puede ocasionar en la población estrés, ansiedad y hasta conflictos con su salud mental.  

El confinamiento y aislamiento social sabemos que es parte de las reglas que todos debemos seguir para evitar el contagio del virus e incluso lo vemos normal, sin embargo; debemos saber identificar cambios en sentimientos, pensamientos y emociones que experimentemos durante el encierro, para poder actuar a tiempo y evitar acciones que de no hacerlo podrían ser fatales.

Describiré en este trabajo, como afecta a la población y en algunos casos más a ciertos grupos vulnerables (adultos mayores) y como el mantenerse activo ayuda a mejorar y calmar la ansiedad y estrés.

Resumen.

LA PANDEMIA Y SUS EFECTOS EN LA MENTE DE LAS PERSONAS.

La pandemia por coronavirus provocaría que los meses de confinamiento, la situación crítica que se ha vivido en los hospitales, los duelos sin despedidas y la crisis económica den paso a otra crisis sanitaria, la salud mental. Aunque una de las recomendaciones más importantes fue el aislamiento social para evitar la propagación del coronavirus, esta acción puede tener un impacto emocional, de acuerdo con una alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El impacto emocional puede agravarse, esto sucede cuando estas emociones, que al inicio son una respuesta normal y esperada, continúan a lo largo de los días y persisten, provocando dificultad para el desarrollo de las actividades diarias. Además, puede llevar a síntomas más graves como depresión o sentimientos de desesperanza, tristeza, cambios en el apetito, insomnio o dormir demasiado, ansiedad, estrés agudo o incluso síntomas de estrés postraumático, ira, fastidio y agotamiento emocional intenso.

De acuerdo con un estudio publicado en Perspectives on Psychological Science, la soledad y el aislamiento social son dos veces más perjudiciales para la salud física y mental que la obesidad. “La falta de conexión social aumenta los riesgos para la salud tanto como fumar 15 cigarrillos diarios o tener un trastorno por consumo de alcohol”, explica la doctora en psicología y neurociencia de la Universidad Brighman Young, Julianne Holt-Lunstad. De acuerdo con informes retomados por la ONU, se está produciendo un aumento de los síntomas de depresión y de ansiedad en varios países. Algunos grupos poblacionales, se explica, pueden ser más proclives a sufrir malestar psicológico generado en el contexto del COVID-19, como los profesionales sanitarios de primera línea, que se enfrentan a una sobrecarga de trabajo, al riesgo de contagio y a la necesidad de tomar decisiones de vida o muerte.

El estrés, el aislamiento social y la violencia familiar probablemente afecten la salud cerebral y el desarrollo de los niños pequeños y los adolescentes, además, la reducción de la actividad física y la disminución de los estímulos intelectuales aumentan el riesgo de deterioro cognitivo y demencia en los adultos de más edad.

Ensayo.

LA PANDEMIA Y SUS EFECTOS EN LA MENTE DE LAS PERSONAS.

Finalizaba el 2019 y en China se daba a conocer la aparición de una nueva forma de coronavirus, el cual se caracterizaba por complicaciones respiratorias leves en algunas personas y en otras tantas resultaba una evolución fatal. A principios del 2020 esta nueva cepa ya alcanzaba niveles internacionales y en muy poco tiempo (Marzo 2020) la OMS declaró como Pandemia, pues su propagación era bastante rápida.

Conforme la pandemia del Covid-19 avanzaba, la población presentaba miedo e incertidumbre pues las muertes comenzaban a acumularse; específicamente en algunos grupos vulnerables: adultos mayores, médicos y personas con alguna otra patología.

La vida, usos y costumbres cotidianas de muchas personas ha cambiado a raíz de la pandemia; las medidas de confinamiento para evitar la propagación del virus acarrea incertidumbre, cambios en la economía, aislamiento social, temor a contraer la enfermedad y sobre todo efectos en la salud mental.

El Covid-19 puede afectar severamente la salud mental y el comportamiento de la población, la crisis ocasionada por la pandemia repercute en la vida social, el comportamiento, las emociones, la ansiedad y depresión. Uno de los grupos más vulnerables a padecer de salud metal son los adultos mayores, éstos en especial al estar en aislamiento pueden volverse: ansiosas, con mal humor, agitadas, retraídas, etc.

En ausencia de comunicación interpersonal, es más probable que los trastornos depresivos y ansiosos ocurran o empeoren. Por otro lado, la cuarentena reduce la disponibilidad de intervenciones psicosociales oportunas y de asesoramiento psicoterapéutico de rutina. En cualquier emergencia sanitaria los problemas de salud mental son comunes y pueden ser barreras para las intervenciones médicas y de salud mental.

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