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Enviado por marikata04 • 3 de Marzo de 2014 • Ensayo • 1.695 Palabras (7 Páginas) • 232 Visitas
vestidos de coctelOportunidades y productos para disfrutar del arteHoy es Sábado 29 de mayo de 2010<< VolverMi nombre es Khan, no soy un terroristaUna película épica y emotiva del cineasta indio Karan JoharSábado 29 de mayo de 2010Javi Álvarez – la República Cultural.esMi nombre es Khan (pronúnciese la k como una g egípcia, esto es epiglótica, vamos una j castellana pero poco aspirada: jan) es ante todo una película conmovedora y humana. Es un largometraje de buenos y malos y de la manera sencilla de distinguir a los unos de los otros. Dibujado un monigote de un hombre pegando a un niño con un palo y otro de un hombre dando un caramelo a un niño no podremos distinguir quién es el musulmán ni quién el occidental. Pero todos señalarán al malo del bueno. Aquí a veces, sin embargo, somos más complicados: buscamos las intenciones para sancionar o no la bondad. ¿Por qué le regala al niño un caramelo?, ¿seguro que algo quiere de él?, ¿no será un pervertido? Claro si no hablamos de pureza en los actos el mensaje se oscurece. La culpa, no tengo la menor duda, es que nuestra mirada occidental todo lo ha complicado, haciendo de la sencillez una utopía. Por eso sorprende Mi nombre es Khan, porque habla directamente desde el corazón.Para representar esa pureza o sencillez de la que hablaba, generalmente se recurre a los niños. Sin embargo, cuando en una película queremos mantener esa pureza con adultos, se presenta un problema de credibilidad. El director Karan Johar encontró fácilmente la solución: el protagonista está marcado por el síndrome de Asperger, una enfermedad que supone un grado de autismo y que exige un tratamiento literal de las palabras, sin dobles sentidos, poniendo siempre el mayor cuidado. De esta forma lo que está bien y lo que está mal vuelve a ser fácilmente resuelto con una ecuación simple.Rizvan Khan es un honorable musulmán indio que nace padeciendo Asperger. Consigue sobrevivir a las burlas por el cariño protector con el que su madre le cuida y porque no encierra ninguna maldad. Es un incomprendido sin solución. Cuando la madre muere viaja a Estados Unidos para vivir con su hermano. Allí se se enamora perdidamente de la bella Mandira, una madre soltera hindú dueña de un salón de belleza. A ella le pasa como al espectador, ambos se ven atraídos por la sinceridad y el buen corazón de Rizvan Khan. Viendo la vida a través de sus ojos hasta lo imposible se hace real. ¿Quién puede resistirse a sus encantos?, ¿a alguien con el que tendrás problemas de comunicación pero que es capaz de remover San Francisco para encontrar la estampa irrealizable que le pide ella?Las cosas no son tan sencillas. Rizvan Khan ha tenido que luchar cada día, que sobreponerse, nada ha sido tan idílico. La pareja sabe que tendrán momentos difíciles, pero ese cariño está por encima de todo.En la película no todo es amor. Entra el 11-S con su trasfondo y todo lo cambia, surge la desconfianza, el odio y el rencor. Aquello que no se entiende se tacha de peligroso y hasta la persona con la mente más sana puede ser encarcelada. La vida es así. Las castas políticas se preocupan de atender la guerra, vamos su cartera, y se olvidan de los ciudadanos. Los someten, los utilizan y le convencen de que es necesario reducir todas las libertades a cambio de mayor seguridad. El principio básico de que todos somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario pasa a transformarse en todos somos sospechosos siempre. Hay en la película una pequeña crítica a todo esto, pero la presiento desde un cierto conformismo. Sí que habla del individuo, pero no se plantea una revolución sobre lo establecido. Es una película que asume la sociedad tal como es, pero que trata de sensibilizarla en algunos defectos que estamos a tiempo de corregir. Pide cambios y pone sus esperanzas en la llegada de un Obama como motor de esas transformaciones, porque quizá lo único que haga falta desde esta perspectiva "es una sutil conciencia que te diga que las sencillas verdades de la vida son las que más importan" como he oído decir a Shah Rukh Khan, el actor que interpreta a Rizvan Khan.Mi nombre es Khan no es una película revolucionaria, pero sí presenta actos de rebeldía y lo hace desde la ingenuidad más absoluta que se antepone a todo y va abriendo de manera inverosímil todos los corazones con los que se cruza. Paz y compasión son las armas empleadas. Todos caen rendidos dándose cuenta de que han aprendido una lección del diferente, del que tiene Asperger y ve el mundo con limpieza. Es esperanzador ver que una persona es capaz de despertar los corazón de una nación resentida y enferma, a través de un acto único para buscar el perdón por algo de lo que además no es culpable. Un gesto humilde que hace pensar a un país entero para que muy despacio vaya recordando un pasado de confianza y de bondad. Creo que para que ese mensaje triunfe es necesario apartar del poder al egoísmo, hace falta un cambio que el capitalismo no puede ofrecer a las personas.Es la batalla que emprende Rizvan Khan una lucha épica que se convierte en emotiva. Aquí es el punto más complicado de la película, pues bordea el precipicio desde el que se asoma lo sentimental.Ya lo dice su protagonista
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