Suecia y Brasil : experiencias en el desarrollo

Introducción

Para comenzar, es necesario hacer una diferenciación entre los conceptos de crecimiento y desarrollo económicos que si bien están relacionados observamos que en los últimos años se ha mostrado una evolución del concepto de desarrollo, alejándose cada vez más de su parecido con el concepto de crecimiento. Ahora es frecuente interpretar el desarrollo en un contexto mucho más amplio que la economía, acercándolo mucho a una suerte en donde prevalece lo subjetivo, lo intangible, el lado humanístico, por mencionar algunas características que se atribuyen al desarrollo mayoritariamente orientado a lo social.

El análisis del crecimiento económico, entendido como resultado de la dinámica donde se entrecruzan producción de formas de conocimiento, relaciones de poder e instituciones del desarrollo, han sido una preocupación de la ciencia económica, desde los diferentes enfoques y teorías. La emergencia del crecimiento económico como categoría, ha estado enmarcada, en las interpretaciones desde las diferentes escuelas, que de alguna manera han sido consideradas producto directo de una época, de una necesidad imperante, que emerge de las oscilaciones cíclicas y de una generación intelectual.

Por otra parte el crecimiento económico es una expresión más “dura” por decirlo de algún modo, en donde indica con números el comportamiento de una economía en su conjunto, el cual se refleja en la variable del PIB. Si el PIB crece a un ritmo superior al del crecimiento de la población, se podría decir que el nivel de vida de está aumenta. En contraparte si la tasa de crecimiento de la población es mayor al ritmo de crecimiento del PIB se diría que ha disminuido el nivel de vida de la población; pero esto sólo es en términos nominales y nos revela si crecen o decrecen las variables, en cambio el desarrollo económico es un concepto más amplio en donde el bienestar común tiene un papel fundamental.

El desarrollo es un proceso que abarca crecimiento económico y modernización económica y social, consistente ésta en el cambio estructural de la economía y las instituciones (económicas, políticas, sociales y culturales) vigentes en el seno de una sociedad, cuyo resultado ultimo es la consecución de un mayor nivel de desarrollo humano y una ampliación la capacidad y la libertad de las personas.

Sin embargo para lograr un crecimiento y desarrollo económicos sostenidos es importante el entramado institucional de los países, puesto que son la base fundamental y dan soporte a las políticas económicas, que apliquen los países para la consecución del aumento del bienestar social. Este soporte viene debido a que las instituciones van a proporcionar el marco regulatorio para que se lleven a cabo las relaciones económicas, en donde existan condiciones favorables para todos los agentes económicos dentro del mercado.

Es entonces teniendo en cuenta estos tres aspectos que se presenta este trabajo en donde el principal objetivo es analizar dos casos; uno de éxito y otro de fracaso en cuanto al crecimiento y desarrollo económico. Para el caso de éxito se hablara de Suecia y las reformas que se hicieron para incorporarse de manera rápida al desarrollo en Europa; y por otra parte se tomara como ejemplo de fracaso, o de un caso en el cual no ha logrado desarrollarse de manera adecuada a pesar de tener condiciones favorables para conseguirlo, Brasil.

Se hará primeramente una revisión de los antecedentes históricos que favorecieron o entorpecieron según sea el caso, de los aspectos claves y las reformas institucionales que se dieron, o no se dieron, para llevar al país al lugar en el que se encuentra en la actualidad. Seguidamente se destacaran cuales fueron estos momentos claves en cada uno de los países mencionados y se harán unas breves comparaciones entre ambos.

El éxito de Suecia

Suecia ha sido un claro ejemplo del desarrollo junto con los demás países nórdicos en donde la calidad de vida de la sociedad es muy elevada, y los servicios públicos que se brindan son de resaltarse. Suecia es un país de Europa del norte y forma parte de la Unión Europea. Limita al norte con Noruega y Finlandia, al este con Finlandia y el golfo de Botnia, al sur con el mar Báltico y al oeste con el mar del Norte y Noruega. Tiene fronteras terrestres con Noruega y Finlandia, y está conectado a Dinamarca por el puente de Oresund. Su ciudad más poblada es Estocolmo, que es también su capital.

Con una extensión de 449.964 km², es el quinto país más extenso de Europa. En 2012, contaba con una población total de poco más de 9.5 millones de personas, de las cuales el 93% cuenta con acceso a Internet, lo que lo convierte en el país con la mayor penetración del servicio en el mundo.

Dispone de una gran dotación de riquezas naturales: grandes bosques, extensos yacimientos de minerales principalmente el hierro, muchos ríos y tierras agrícolas de buena calidad.

La economía de Suecia es moderna y altamente industrializada. Tiene un sistema moderno de distribución así como excelentes comunicaciones, y una experta mano de obra. La madera, la hidroelectricidad, y el mineral de hierro constituyen la base del recurso de una economía orientada básicamente hacia el comercio exterior. Las industrias principales incluyen los vehículos de motor, telecomunicaciones, productos farmacéuticos y silvicultura. Cuenta también con una amplia cobertura de seguridad social, dedica cerca del 8% de su PIB a gastos educativos y además tiene bajos niveles de desempleo. En Suecia, el ingreso familiar disponible neto ajustado promedio es de 26 242 USD al año, cifra mayor que el promedio de la OCDE de 23 047 USD. En términos de empleo, más del 74% de las personas entre 15 y 64 años de edad en Suecia tienen un empleo remunerado, cifra mayor que el promedio de la OCDE de 66%. Cerca del 76% de los hombres tienen un empleo remunerado, en comparación con el 72% de las mujeres.

La participación electoral, una medida de la confianza pública en el gobierno y de la participación ciudadana en el proceso político, fue del 84% durante las recientes elecciones; esta cifra es mayor que el promedio de la OCDE de 72%.

Estos solo son algunos indicadores que reflejan de manera fehaciente el éxito del desarrollo sueco, pero como sabemos esto no surge de la noche a la mañana, o bien de manera espontanea, sino que anteriormente tuvieron que haber surgido una serie de cambios significativos y que aprovechados en el momento oportuno dieron paso a lo que Suecia es en la actualidad, un país prospero y con gran bienestar social. En ese sentido entonces vamos a revisar las reformas o los cambios históricos que se fueron dando a lo largo de la historia y que construyeron las bases para el crecimiento del

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