TOLTECAS

Contenido

CAPITULO I: TOLTECAS        2

CAPITULO II: ESPEJO HUMEANTE        2

CAPITULO III: LA DOMÉSTICACION        2

CAPITULO IV: PRIMER ACUERDO “SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS”        4

CAPITULO V: SEGUNDO ACUERDO “NO TE TOMES LAS COSAS PERSONALES”        5

CAPITULO VI: TERCER ACUERDO “NO HAGAS SUPOSICIONES”        5

CAPITULO VII: CUARTO ACUERDO “HAZ SIEMPRE LO MAXIMO QUE PUEDAS”        6

[pic 2]

CAPITULO I: TOLTECAS

Los toltecas eran unos seres maravillosos e inteligentes que formaron una comunidad de maestros (Naguales) y estudiantes en Teotihuacán (el hombre se convierte en Dios) para estudiar ciencia, arte y esoterismo. Debido a la conquista europea tuvieron que esconder su sabiduría debido que algunos aprendices la usaron mal intencionadamente.

Por fortuna algunos Naguales transmitieron su sabiduría siendo por eso el gran motivo del cual el Dr. Miguel Ruíz nos las comparte.

Este estudio de los Toltecas parte de todas las tradiciones esotéricas sagradas del mundo, sin embargo, no es considerada una religión sino como una forma de vivir que se distingue por su fácil acceso a la felicidad y amor.

CAPITULO II: ESPEJO HUMEANTE

Hace tres mil años un ser humano que quería ser chaman se fue a dormir a una cueva y mientras dormía soñó que veía las estrellas llenas de luz vio su propio cuerpo lleno de luz así que definió que Todo está hecho de Luz, que es esa Luz la que crea las cosas y que el espacio que existe entre las estrellas no está vacío, supo que todo lo que existe es un ser viviente y que la luz es la mensajera de la vida.

Decidió llamar Tonal a las estrellas y Nagual a la luz que había en ellas, pero sin vida no existiría ninguna de las dos. Pero a su vez todo lo que existe es una manifestación del ser viviente al que llamamos Dios y dedujo que la percepción humana es luz que percibe luz.

La materia es un espejo que refleja luz, y el mundo de la ilusión, el Sueño, es el humo que nos impide ver lo que realmente somos. Lo que somos realmente es puro amor, pura luz. Descubrió también que La Vida mezcla el Tonal y el Nagual de distintas maneras para crear todas las manifestaciones diferentes de Vida.

Sin embargo, no encontró las palabras para explicarlo entonces decidió llamarse espejo humeante para no olvidarse de lo que había aprendido.  Se veía como un espejo en el que podía verse a sí mismo y además se veía a sí mismo en el espejo de los demás.

Descubrió que no sabía cómo explicárselo a los demás porque existe un humo entre toda la humanidad que no los dejaría entender, ese humo es el sueño de los seres humanos, vivimos en un sueño, nos encontramos soñando dormidos o despiertos, todo el tiempo soñamos y ese sueño es lo que nos impide ver lo que verdaderamente somos. 

CAPITULO III: LA DOMÉSTICACION

La vida es un sueño, sueñas con los ojos abiertos o cerrados sueñas las 24hrs del día. La diferencia sólo radica en que cuando estamos despiertos hay un marco material que nos hace percibir las cosas de forma lineal y cuando dormimos los sueños tienden a cambiar.

También existe el sueño del planeta o de la sociedad el cual sucede cuando un cierto número de personas comparten el mismo sueño. Sólo que el sueño externo viene integrado con reglas, costumbres, culturas, etc., a su vez lo podemos adoptar a través de la atención, que es la capacidad que tenemos para retener en nuestra mente lo que nos interesa. A través de la atención los adultos captaron nuestra atención para introducir en nosotros un sueño, por medio de atención aprendimos cómo comportarnos, lo que es bueno o malo.

Pero nos volvemos tan dependientes de la atención que Nosotros también aprendemos a captar la atención de otros seres humanos convirtiéndose en una competencia por atención.

Por medio de la atención aprendemos lo que sabemos hasta hoy en día y tan pronto como estemos de acuerdo con lo que aprendemos o creemos lo llamamos fe (creer en algo incondicionalmente).

En esta vida cuando éramos niños los adultos nos enseñan en que creer y nosotros estábamos de acuerdo con ellos y tanto les creíamos que ha controlado el sueño de nuestra vida, a veces no estábamos tan de acuerdo con lo que se nos decía y nos revelábamos, pero ya que no éramos tan fuertes para que nuestra rebelión triunfara nos rendimos a las creencias, mediante nuestro acuerdo a esto se le llama domesticación, de los seres humanos a través de ella el sueño externo se vuelve interno y crea todo nuestro sistema de creencias.

A través de la domesticación nos enseñan que es bueno o malo, nos premian si hacemos algo bien o nos castigan si hacemos algo mal. Pero gracias a esta técnica de aprender nos enseñaron a vivir con miedo de ser castigados o de no ser premiados con la atención y por ello terminábamos haciendo cosas que los demás querían olvidándonos de nuestra propia esencia.

Gracias a la domesticación aprendimos a decir que no para revelarnos y cuando éramos pequeños no funcionaba revelarnos ya que los adultos eran más grandes y fuertes, pero cuando crecimos ya no hacía falta la domesticación por que aprendimos tan bien la domesticación que nos empezamos auto domesticar con los mismos mecanismos que nos enseñaron.

Nuestro sistema de creencias es como el libro de la ley que gobierna nuestra mente. Esto hace que el nuestro juez interior salga basándose en nuestro libro de la ley y si llegamos a desafiar alguna ley de nuestro libro nos sentimos culpables, nos castigados haciéndolo muchas veces al día, pero para sentirnos menos culpables creamos a La víctima la que carga con la culpa, el reproche y la vergüenza. Este sistema es el que nos dice NO eres lo suficientemente bueno.

Cualquier cosa que hagamos en contra del libro de la ley va a ser que sintamos miedo ya que incumplir la ley abre heridas emocionales y reaccionamos creando veneno emocional. Este libro es tan fuerte que incluso si sabemos que el concepto es erróneo sentimos culpa y tan fuerte para controlar nuestro sueño personal. Nos volvemos jueces y víctimas sufriendo la culpa y el castigo, pero solo nosotros los humanos nos castigamos una y otra vez y aunque el 95% de las creencias del libro de la ley sea falsa sufrimos por qué creemos en todas ellas.

...