Taller de Diversidad Sociocultural, Trabajo Final de Integración
Enviado por gpatagonia • 10 de Octubre de 2021 • Tarea • 1.972 Palabras (8 Páginas) • 94 Visitas
TALLER DE DIVERSIDAD SOCIOCULTURAL
Trabajo de Integración
Consigna
Para aprobar el taller, deberá escribir, en no más de 5 páginas, un ensayo en el que puedan relatar la experiencia del cursado destacando los temas que más interpelaron su reflexividad. Para ello deben utilizar los recursos (bibliografía, videos y guía de clases) trabajados en el espacio.
Se espera que puedan construir un escrito en el que pongan en juego sus puntos de vistas analizando o interpretando el eje que les interesa. Se trata de construir argumentos académicos apoyándonos en la bibliografía y recursos utilizados en la cursada. Puede ser escrito en primera persona. Es obligatorio citar la bibliografía que integra el cursado y agregar las lecturas que no lo están.
Introducción
Durante la cursada de este Taller de Diversidad Sociocultural, hubo varios temas que llamaron mi atención y que me hicieron reflexionar, tanto en lo referido a mi labor docente, como a mi propia persona. A continuación, dada la brevedad requerida en la consigna, comentaré solamente algunos de ellos.
La tolerancia NO es suficiente
Hasta cursar este Taller, pensaba que era correcto ser tolerante con los demás, que había que “aguantarlos cordialmente”, aunque fueran “diferentes”.
¿Diferentes a qué o a quién?, ¿Al ideal europeo, de hombre blanco, intelectual, pulcro, educado, varón, de buena posición económica, heterosexual, cristiano y sin discapacidad visible?
¡Que escaso mi horizonte de pensamiento! (Estaba repleto de prejuicios, lo reconozco, prejuicios propios de mi “cultura” porteña de clase media acomodada, si es que existe algo así, o es solamente un estereotipo más…).
Al ser oriundo de la Ciudad de Buenos Aires, vivir veinte años en la Patagonia abrió mi mente a un mundo distinto: Mismo país, misma nacionalidad, pero con culturas diferentes. Me quedó clarísimo también, que la cultura es polisémica.
Las luces de neón de la Avenida Corrientes, con el Obelisco de fondo, forman parte de mis recuerdos de la infancia (un escenario casi idéntico a la escena del “Famoso Filósofo con su chofer”, del video “El Otro”, del Programa Mentira la Verdad, de Darío Sztajnszrajber), mientras que mi señora, que es nacida y criada en estas tierras, y aunque es varios años más joven que yo, pasó sus primeros años de vida sin agua corriente ni energía eléctrica, viviendo en una zona rural.
En nuestra época de estudiantes de primaria, ella iba a estudiar a caballo, mientras yo viajaba en un tren subterráneo…
Pinto esas imágenes en mi relato, para comparar dos vidas distintas a una misma edad, que obviamente, por el contexto y las circunstancias particulares de cada una, generaron una diversidad cultural, pero que a su vez, como la práctica cotidiana lo demuestra, esa diversidad no es motivo ni razón para la exclusión o la convivencia, a que ambos estamos juntos, “con nuestras diferencias”, recurriendo a la “solidaridad”, expresada en el video de Darío Z. previamente comentado, y no, “a pesar de nuestras diferencias”, con la “tolerancia”, como forma transitoria de soporte del Otro, del extranjero, del diferente a mí, tal como bien lo expresa el filósofo contemporáneo en su video.
La discriminación en la fotografía histórica
Fue revelador para mí, el video documental “Discriminación. Fotos de ayer. Imágenes de hoy”, en el cuál, se expresa claramente, como quien está detrás de la cámara, decide en base a sus intereses y creencias, quienes estarán por delante de la misma.
Como dice el historiador de la fotografía Luis Priamo: “Uno saca fotos para recordarse, recortarte, recordarlos, y, por lo tanto, selecciona qué recordar, y qué no recordar”
Me hizo pensar en la cantidad de momentos históricos tan ricos e importantes que no fueron retratados en absoluto, y que pasaron al olvido, solamente, por no cumplir con los estándares relevantes del momento, para ser registrados y perpetuados en una fotografía.
¿Cómo puede ser, que, habiendo estudiado desde la escuela primaria, que se declaró la libertad de vientres en 1813 (lo que obviamente, implica reconocer la existencia posterior de descendientes de africanos esclavizados en nuestras tierras), que luego hayamos borrado de la memoria colectiva argentina a ese colectivo social afro-argentino?
¿Cómo pude pensar que “desaparecieron” todos esos descendientes afro-argentinos? Creo que la fotografía histórica, al menos, aquella a la que tuve acceso durante mi vida, en los libros de textos primero, en la televisión más tarde, y finalmente en Internet, se ocupó muy bien de excluirlos de la vista de la mayoría de nosotros.
Sucede aquí lo que nos comenta la escritora nigeriana Chimamanda Adichie, en el video “El peligro de una sola historia”, diciéndonos cuan vulnerables e influenciables somos, ante el hecho de conocer una sola historia, al mostrarnos que muchas veces, formamos estereotipos por desconocimiento de la “historia completa”, o bien, de la “multiplicidad de historias que integran una sociedad”, que llevándolo al ámbito del taller, nos hablan de la multiculturalidad y la diversidad, como constante, y no, como excepción, en la conformación de las sociedades.
Investigando un poco más sobre este tema, porque me resultó muy interesante, encontré otras formas de discriminación de los afro-argentinos en la fotografía en nuestro país, como se puede observar en el artículo de Nicolás Fernández Bravo, “Fotografía y nación: Reflexiones antropológicas sobre las fotografías con afro argentinos”, hablándonos de la “la invisibilización de los afrodescendientes” , y llevándolo a un enfoque más contemporáneo, podemos observar la intervención fotográfica “Negro sobre blanco, 200 años de racismo”, producida por Colectivo Manifiesto, que se expone en el Museo de Antropología de la FFyH de la Universidad Nacional de Córdoba, en el que se menciona lo que venimos desarrollando en este texto: “El racismo es parte de nuestra historia desde siempre. Constituir una nación blanca y europea fue sinónimo de ser civilizados y todo lo que no entraba en ese círculo virtuoso: indios, negros, mestizos; era malo, salvaje, oscuro y en el extremo pasible de ser eliminado”.
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