Tiempos dificiles y el capitalismo cegador
Enviado por lechak26 • 11 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 3.493 Palabras (14 Páginas) • 232 Visitas
-Inglaterra (mediados del siglo XIX)-
Una niebla gris y árida cubría las calles de Coketown. El clima seguía siendo el mismo, muy frio y seco. La ciudad parecía estar de luto como todos los días, ya que un cielo oscuro y grisáceo se venia mostrando a lo largo del año, sin dar muchas oportunidades de que el sol iluminara la triste ciudad. El humo negro e intenso de las fábricas se abalanzaba sobre la mayor parte de la ciudad, dejando un aroma que aquel que lo oliera, sabría que aquellos monstruos enormes y grotescos, estaban en funcionamiento. La revolución industrial ya se había asentado, y se hacia notar de forma cada vez mas pesada y evidente.
Sonidos mecánicos y metálicos, provenían de distintas partes de las fábricas. Carros andando a toda marcha, sonido de martillazos, el clásico pitido de las maquinas a vapor, y de vez en cuando, el alarido de algún obrero que no podía resistir más el cansancio. Dentro de las mismas, se podían ver masas y masas de trabajadores operando constantemente, a lo largo de horas y horas, haciendo lo mismo sin parar, tratando de dar su mejor esfuerzo para poder llevar algo de comer a la casa y no pasar otro día mas de hambre, sintiendo la impotencia de pertenecer a la clase baja. Al sonar el pitido de la sirena, centenares de obreros se despliegan en fila en busca de su paga, unas pocas monedas, las cuales se podían contar en menos de 5 segundos.
Uno de estos obreros, después de haber cobrado su salario, sale caminando lentamente de la fábrica para poder dirigirse a su destino, el cual le quedaba diez calles de distancia desde su lugar de trabajo. Tenía la cara muy sucia, las manos temblorosas y el hombro dolorido de tanto trabajar. Con tristeza, iba contando la cantidad de monedas que había cobrado, haciendo cálculos para poder saber en que podría gastar y en que no. Tal vez esa noche sufriría el frio o tal vez no podría llenar su estomago.
Mientras iba de camino a su destino, este hombre pasaba cerca de una de las escuelas más famosas de la ciudad por su “excelente educación”. El mismo se detuvo al escuchar una voz que hablaba en un tono muy fuerte, siendo evidente de que se trataba de un reproche. Al acercarse a una de las ventanas, logro ver a un maestro retando a su alumno por no contestar bien a su pregunta, humillándolo mediante su reproche logrando que todos los demás niños se terminaran riendo de él. El hombre, a través de la ventana, mas allá de la tensa situación, envidiaba totalmente a aquellos niños, ya que los hijos de éste no tenían la posibilidad de estudiar en una escuela, debido a que tenían que ayudar a su hijo mayor en otra fabrica, para poder dar un sustento mas a la familia.
El hombre siguió su camino por las largas y opacas calles de Coketown. En su camino seguía mirando las monedas que tenia en su mano temblorosa, tratando de calcular bien con cuanto contaba. Pero, sus cálculos se vieron interrumpidos por una carcajada muy fuerte y exagerada. Al darse vuelta, notó que se encontraba frente a la casa de su jefe, ya que la pudo reconocer al instante. La misma tenia una fachada inmensa, la entrada se dividía en dos puertas muy grandes con picaportes de oro, unos ventanales cubiertos por cortinas de seda fina, etc. El hombre se animo a acercarse a uno de los ventanales, para poder mirar más de cerca la casa y su interior. Al mirar por al ventana, pudo observar que había dos hombres sentados en una mesa muy larga. Uno de ellos estaba contando una cantidad increíble de monedas, tenia media mesa llena de ellas, nunca en su vida había visto tanto dinero junto. El otro, el cual ara su jefe, estaba cenando . El mismo comía desmesuradamente y se reía a la vez. Sacaba comida de la bandeja constantemente, carnes, verduras, rodajas y rodajas de pan, tenía alimento en abundancia. También llamaba a su sirviente para que le llenara la copa con jerez. El hombre afuera, comenzó a sentir impotencia y rabia, y sabiendo que no había nada que hacer allí, se marcho para no sufrir más.
Al caminar cinco calles mas, llego a su hogar, una casa de madera, muy pequeña y desgastada, con una sola habitación y un baño destruido, el cual no se usaba mas porque su falta de agua. Sin más animo de moverse, el hombre se echo encima de la única cama que había en toda la casa, arropándose con un pantalón roto, se largo a llorar, sufriendo la realidad que le tocaba vivir en aquella injusta sociedad.
Charles Dickens en su novela “Tiempos Difíciles”, de la cual se hizo alusión en la introducción de este ensayo, creo literariamente la ciudad de Coketown para poder establecer una representación muy directa y detallada de la época donde el autor escribe. Se trata de la Inglaterra del siglo XIX, época donde el país se torna hegemónico con respecto a las demás ciudades europeas, y también con respecto a otros continentes, como América latina, el cual estaba entrando en el proceso de “occidentalización”. Faltaba poco para que llegara la segunda revolución industrial, la cual va a renovar profundamente los modos de producción. Sin embargo, cabe aclarar que, más allá que Dickens sea Ingles, ha elegido a Inglaterra por la importancia que tuvo en el desarrollo de los modos de producción que se fueron dando en el mundo a lo largo de la historia.
Casi a mediados del siglo XVII, el país dio sus primeros pasos para poder emanciparse de la tutela religiosa y del dominio que tenia la iglesia. Las revoluciones que se dieron en aquella época buscaban establecer un nuevo modelo de producción donde el Rey no sea quien predisponga enteramente del poder, sino que lo comparta definitivamente con el Parlamento, y también con la clase que va a destacar por sus logros, la Burguesía. “La Gloriosa Revolución” (1688) fue uno de los sucesos fundamentales para que esta clase en acenso permitiera preparar el escenario para que naciera por completo el modelo de producción en el cual nos encontramos actualmente: el modelo capitalista. No por nada el historiador Ingles, Eric Hobsbawm, denominó a este periodo, a partir de 1848 hasta 1875, “La era del capital” titulo que le da su libro, donde analiza a la época, enfatizado que mas allá de los sucesos y revoluciones en contra del modelo que se dieron en dicha época, el capitalismo siguió vigente, tanto en lo político como en lo económico, llegando hasta la actualidad.
Los avances en la ciencia y la salida del hombre de “la minoría de edad” con respecto a la iglesia, entre otros fenómenos, permitieron que este modelo creciera de manera rápida. El hombre y su razón estaban avanzando hacia el progreso, gracias a las artes y las ciencias. La primera revolución Industrial es un resultado de esto, significo la revolución de los medios de producción a través de la invención y utilización de las nuevas tecnologías, como las maquinas a vapor, que utilizaba por primera vez un recurso no-renovable: el carbón. Esto permitió que los países que se estaban industrializando crecieran a un ritmo superior a comparación del crecimiento anterior a la revolución industrial.
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