¿Tiene sentido ser mexicano?

18. ¿Tiene sentido ser mexicano?

Las deplorables condiciones en que nació y se desarrolló la clase obrera han inspirado en la burguesía un sentimiento de horror y repulsión. Aunque nadie puede negar que son el resultado necesario e inevitable de la industrialización.

El mexicano es un ser sin sentido, que lo niega todo sin razón alguna, que carece de principios, que desconfía de todos y que desprecia las ideas. Ramos se pregunta “Pero entonces, ¿por qué vive el mexicano?”. Puede vivir porque lleva una existencia irreflexiva y sin futuro.

Lo peculiar de la situación mexicana es que se produce una curiosa disociación del prototipo, con el objeto de fomentar el desarrollo de una identidad nacional.

Al prototipo del mexicano como ser sentimental y violento, pasional y agresivo, resentido y rencoroso. Otro aspecto esencial: el mexicano aparece además como un hombre que huye, que se fuga de la dolorosa realidad que le rodea.

Cantinflas es considerado el mejor representante del tipo psicológico mexicano, en el no hay ninguna aspiración a superarse y no quiere un mundo mejor ni como sueño; desea vivir como està. La gran popularidad de este personaje es que se debe a que con sus burlas, hace también una crítica de la injusticia social. Critica conformista que propone la huida y no la lucha, el escurrimiento y no la pelea. El mexicano se convierte en un maestro de las fintas y los albures.

Podemos reconocer el origen proletariado y aun lumpenproletario de las fintas, las elusiones, los albures y la desidia que se dice contribuyen a formar el carácter del mexicano; podemos observar un comportamiento cantinflesco en muchos políticos.

Los medios de comunicación reciclan los estereotipos populares fabricados por la cultura hegemónica; ejercen una influencia en el modo de vida de las clases populares. Si esto no ocurriese, la cultura nacional no tendría ninguna función legitimadora del sistema dominante.

Cantinflas no solo es el estereotipo del mexicano pobre de las ciudades: es un simulacro lastimero del vínculo profundo y estructural que debe existir entre el despotismo del Estado y la corrupción del pueblo.

Hay en los albures y fintas una sutil invitación al soborno.

El estereotipo del pelado que vive sumergido en un mundo corrupto debe de un espíritu atravesado por emociones, impulsos, quebrantos y excitaciones. El mexicano no tiene sentido…pero tiene sentimientos.

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