Tolerancia

Tolerancia

        Traído hasta mí, fue el título del tema recién nombrado, sobre el cual será redactado este trabajo. Actualmente no muy seguro de en qué forma, o que colores será plasmado, pero sí de con cuál intención es que proseguiré en su redacción. No estoy al tanto de cuál será la calidad del resultado que finalmente será obtenido en la completación del trabajo,  pero espero que con la siguiente reflexión al menos se logre plasmar lo que desde un principio imaginé al pensar en el título que me fue entregado.

¿Tolerancia? No se me había pasado por la cabeza redactar algo en relación a esa palabra, pero es innegable el hecho de que pienso en ese concepto a medida que pasa el día a día. Quizás no de forma consciente y consistente. Nunca pienso en la definición ni en lo que conlleva, pero siempre termina siendo una simple asociación situacional que formulo al momento de tomar en cuenta, pequeñas acciones de otros individuos. No importa si es algo positivo, una acción positiva, como ver a dos personas entenderse y aceptar que aunque todos somos diferentes y que tenemos percepciones que nunca, ni en la más remota de las realidades, será comprendida siquiera al 1%, igualmente logran entenderse y abrazar la discrepancia que los hace humanos. Tampoco importa si es algo negativo, como presenciar a dos individuos rechazarse, gritar y continuar escudriñando entre las palabras del otro para así con convicción, llegar a rebatir la realidad de la otra persona en lugar de respetar  su percepción. Casi todos los días, veo con mis luceros escenas donde la palabra ‘’tolerancia’’ puede ir escrita hasta en los poros de las personas que están involucradas. En todas partes se encuentra presente, ya sea al levantarse y esperar la ducha porque alguien llegó antes, o al estar camino al trabajo y aguantar a conductores que son incapaces de seguir las normas de tránsito establecidas. Está definida por la Real Academia Española, como el respeto por los pensamientos y acciones de terceros cuando resultan opuestos o distintos a los propios. Proviene del latín tolerare, el cual significa soportar, pero el término va más dirigido a la actitud que es adoptada, al momento de enfrentarse o toparse con algo que va en contra de nuestra propia moral, forma de pensar, percepción o valores. Así, el término es empleado en cada contexto donde existe algún tipo de discrepancia entre dos o más partes. Existe tolerancia, cuando conocemos a alguien y este alguien mantiene una visión política distinta a la de nosotros, y a pesar de esto, hay una convivencia y aceptación del otro y de su forma de pensar.  Existe tolerancia, cuando a pesar de que todo lo que creemos y aceptamos como una verdad y nuestra propia realidad es negado y declinado por otro individuo, hacemos un paso hacia adelante, damos la mano y asumimos y decimos, que está bien y que es parte de la naturaleza y del orden universal. Todo en el cosmos se encuentra desalineado, desparramado, disperso, y el único orden existente es la atracción de las cosas por las cuales está compuesto todo. Está bien, yo como carne y tú no, porque tú sientes que es más correcto vivir así. Está bien, yo no creo en una deidad, y tu sí, porque de verdad confías en otro orden y mantienes viva tu propia esperanza con la fe. En lo personal, ver que un mundo aparte, un individuo completamente diferente, con distintos valores, deseos, experiencias, pasiones, miedos, gustos, disgustos, ideas, aspiraciones, sueños, etc, sea capaz de tomar la mano de otro, de mirarlo a los ojos y aceptar su propia belleza y diferencia, es lo más humano que existe. Es lo que corrompe al universo en su caos, porque va en contra de todo orden natural. Todo choca con todo en nuestra realidad. Todo se esmera, universalmente, en afluir y en atraerse a un punto exacto, buscando con convicción y frustración un espacio inexistente de paz por medio de la ocupación del de otra molécula, partícula, compuesto, o materia en general. Pero en medio de todo este caos de colisiones y rupturas, nos vemos enfrentados con dos mundos distintos que se aceptan el uno al otro: que se toleran. Que son capaces de ver más allá de la propia barrera, observar algo distinto, y fluir con eso. Dos personas, que literal y metafóricamente rompen con lo instaurado desde un principio, y se llenan de humanidad como si se la hubieran bebido de una jarra llena. La Tolerancia, por sí misma, es una virtud y un valor esencial en el hombre. De no existir nuestra raza simplemente no resistiría. Me atrevo a decir que se encuentra relacionada con la solidaridad, ya que se complementan la una con la otra, y ambas son englobadas por la bondad, otro valor que señala la belleza y la capacidad de nosotros, los simples homo sapiens que actuamos acordes con lo instaurado y solicitado.

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