Trabajo: Historia de vida
Enviado por michelespinosa • 13 de Junio de 2017 • Trabajo • 687 Palabras (3 Páginas) • 161 Visitas
Alumna: Edna Laura Vargas Arce
Trabajo: Historia de vida
Doña Rosita es una mujer de 67 años, a esta persona ya la había ubicado desde hace un año atrás en las cercanías de mi trabajo (cuando me mandaban a dejar papeles a la zona escolar, en el camino estaba pidiendo limosna con su hijo el cual tenía una discapacidad mental; En algunas ocasiones le di algunas monedas, leches, galletas y manzanas. Ya en mi encuentro con ella, cuando la invito a comer, ella se extrañó y fue un poco desconfiada, pues no quiso que fuéramos a comer a un restaurante o una cocina económica, solo quiso que comiéramos unos sopes a dos cuadras de la esquina donde siempre se pone. Ya después de pedir le pregunte por su hijo, me dijo que ya había fallecido, no me supo decir bien que enfermedad tenia, pero si me comento algunas cosas que tuvo que hacer para tratar de alimentarlo y comprarle sus pañales de adulto, porque eran cuando menos tres al día; Entre las cosas que me platico es que también tenía una hija, la cual le ayudaba con parte de los gastos, pero tuvo que batallar mucho con la familia, pues decían que ella era la culpable del estado de su hijo, que era un castigo de Dios, que estaba pagando algo muy grande, pues al escucharla pude leer entre líneas que ella nunca se casó y el padre de su hijo era un hombre casado, (para esto ya estaba leyendo el libro de Octavio Paz y me acorde de como el mexicano toma la imagen de Jesús sacrificado, porque como pueblo fuimos ultrajado y tomamos sobre nosotros esa imagen de mártir). Me platico que vive en Tláhuac y viene hasta el metro periférico norte para pedir caridad, porque aquí no hay nadie que la juzgue y ha encontrado buenas personas, que cuando vivía su hijo, le regalaban ropa, zapatos, comida y el dinero que juntaba lo usaba en pañales. Cuando el metro todavía no estaba en funcionamiento el señor Nicolás de un microbús, la traía hasta la avenida las Torres y lo esperaba hasta que pasaba, me comento que en ocasiones no podía venir porque s hijo se enfermaba o los días estaban con mucho frío o lloviendo y esos días casi no comían; Estando en casa le ponía pañales de tela que ella los hacia: de jerga, camisas, medias toallas, o cortaba sabanas de franela de las mismas cosas que la gente le regalaban.
Pero le daba gracias a Dios porque su hijo ya estaba con él. Me conto historias de cómo su hijo se comunicaba con ella, que era bien entendido, que usaba diferentes tonos para hablarle y él ya sabía lo que su mama quería. Que su situación fue más conflictiva cuando el perdió la vista y para ella era más difícil salir con él a la calle, pues una cornea le salía en más de $10,000.00 pesos de una persona muerta. La verdad estuve a punto de llorar, y en algunas anécdotas que me contaba se me hacía un nudo en la garganta, en mi casa y recordé lo que platique con doña Rosita llore al ver el gran amor que tiene una madre a su hijo y que la ignorancia y la miseria hace estragos en las personas (entendí lo que menciono que hay que amar hasta que duela).
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