Trabajo Social Hoy

Desde siempre ha existido la necesidad, y con ella el deseo de bienestar. En las primeras civilizaciones la ayuda se otorgaba mutuamente, de manera espontánea y respondiendo a los roles que unos y otros se asignaron como organización social. Posteriormente, la condición humanitaria y filosófica condujo a pensar en su obligación para apoyar a los más desprotegidos, siempre desde una posición de poder, hacia una de necesidad e inferioridad. Nuestros precursores, iniciaron su actividad profesional a través de la beneficencia, ese ejercicio era una respuesta a las necesidades de esa época, más adelante, la profesión derivó en métodos orientados a la Asistencia. Hoy, se habla de Trabajo Social, no han cambiado nuestros principios fundamentales, centrados principalmente en la búsqueda de mejores condiciones de vida para todos los integrantes de la sociedad, lo que cambia, junto a la evolución de ésta, son los métodos como enfrentamos la intervención social. Atravesamos por la etapa de la promoción, cuyo objeto sigue siendo el problema social, sin embargo, el desarrollo de la sociedad, nos obliga a enfrentar e intervenir sus conflictos desde los propios beneficiarios, orientando nuestra acción, desde el conocimiento científico a la transferencia de estos, para que los propios afectados sean capaces de asumir y hacer realidad el cambio adecuado a sus necesidades. En un mundo globalizado, el trabajo social nuevamente, exige de la máxima atención a los procesos de la realidad social, y a la alineación de nuestros métodos con aquellos procesos. Nuestros desafíos son múltiples, tal vez en este escenario es una de las disciplinas más flexibles y con mayores oportunidades de desarrollo, sin embargo nuestra eficacia una vez más, resultará de nuestra aproximación temprana a procesos complejos, con bases científicas que nos permitan participar eficientemente de la globalización, productividad, tecnología, y de la construcción cultural por la que atraviesan actualmente las generaciones más jóvenes. La contribución que debiéramos hacer en aquellos espacios donde el trabajo social debe estar presente aportando con su conocimiento científico de la realidad social son los programas públicos orientados especialmente a los niños, jóvenes, mujeres y ancianos, la nueva administración de justicia, las áreas de recursos humanos de las empresas productivas y de servicio, la educación, la salud pública y en general todos aquellos escenarios en donde es necesario comprender integralmente al sujeto y sociedad para aproximar su coordinación a los mejores resultados posibles.

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