Transformación político–social de México, suma de ideales liberadores

Transformación político–social de México, suma de ideales liberadores.

“La naturaleza no ha creado un mundo para someterlo a los habitantes de una Península en otro universo” (Paine, 1839, p. 40). Mestizaje cuna del Nacionalismo, mestizos que reclamaban las tierras de la Nueva España como suyas, como la herencia de sus madres y abuelas, mestizos que tenían recorriendo la sangre nativa de estas tierras por sus venas y que sentían arrebatados sus derechos originales. Mestizos producto fuerte de una mezcla de razas y culturas, de carácter luchador, de orgullo alto y cansados de la represión del yugo español.

Mestizos que lucharon con armas y letras para dar soberanía e identidad a una Nación Mexicana herida por las constantes guerras extranjeras y civiles, una nación que anhelaba la preciada libertad y que encontró el camino hacia ello en la ideología libertadora del mestizo.

Movimiento iniciado por los ideales del patriotismo criollo que “emergió bajo la égida de la monarquía absoluta” (Brading, 1995, p. 1) y que reclamaba derechos en tierra lejana a las de sus padres con el fin de obtener la independencia política y social imperante. Ideales que sirvieron de inspiración y de abre caminos para la raza  heredera por sangre de estas tierras, dando así lugar a una nueva visión, el nacionalismo mexicano, cambiando de actores, pero no de anhelos ni de sueños de libertad.

Como producto de las armas y de los grandes estrategas militares “La dureza vengativa de los liberales en 1861 parecía presagiar actos terribles contra los muchos colaboradores del Imperio” (Krauze, 2002, p. 163) con el fin de dar lugar a una segunda Independencia, ella en contra del régimen conservador, pero el ideal liberador del nacido en Oaxaca y de origen indígena era otro, Juárez no veía sentimiento en contra, rencor o venganza contra los que había combatido, contemplaba  en cambio la unión y llamaba al encaminamiento de esfuerzos para obtener y consolidar los beneficios de la paz.

Juárez transformó esa ideología liberal de arrebatos y sangre, cambio armas por letras y apegado siempre a los lineamientos y facultades del derecho emprendió la transformación del país para prepararlo hacia un nuevo modelo de sociedad, una sociedad libre de opresión y pensamiento, apartando al clero de la política y retirándole  facultades adquiridas por costumbre, inculcando el derecho a la democracia, aunque al final de su periodo y preocupado porque aún no veía el México soñado decidió utilizar esas mismas facultades adquiridas para seguir al frente de la transformación emprendida dando pie de nuevo a las armas a mano del general Porfirio Díaz.

Díaz, hombre de visión emprendedora y de absoluto orden logró establecer una cálida paz en el país ayudado de mano dura y fusil latente. Díaz trajo consigo un nuevo Mexico, un país con tintes de primer mundo, un país que criticó en Juárez el estacionamiento en el poder, pero que veía en Díaz a un padre protector de sus hijos, un padre que traía el orden y el progreso.

Creador de una clase media que podía ahora subsistir en un país que era producto de aquellos indicios de libertad generado por los ideales criollos, consolidado por las letras  del mestizo Juárez y  ordenado por instrucciones de tata Díaz, “Esa clase media, en suma, era hija de Juárez y Díaz” (Krauze, 2002, p. 176).

...