Transporte Urbano Sostenible

Reseña: Sustainable passenger transport: Back to Brundtland.

El propósito del siguiente texto es presentar al lector algunas consideraciones de política pública respecto al transporte sostenible de pasajeros. Con este objetivo en mente se hace una breve descripción del artículo presentado por Erling Holden, Kristin Linnerud y David Banister. Para así, en una segunda parte ampliar la valoración para el contexto de Bogotá. Finalmente se retoman tanto el artículo como las consideraciones introducidas, para recomendar algunos aspectos que debería tener en cuenta la ciudad en su toma de decisiones.

Los autores del artículo titulado Sustainable passenger transport: Back to Brundtland sostienen que “…no existe una definición clara del concepto transporte sostenible de pasajeros, que ayude a los políticos a resolver retos de nivel global o local…”  (Holden, Linnerud, & Banister, 2013, pág. 67)). Es por esto que a lo largo de su texto buscan construir una definición de transporte sostenible basada en umbrales, que permita la medición y el seguimiento de los mismos. De esta forma, los autores ahondan en el reporte Bruntland para extraer las cuatro dimensiones del desarrollo sostenible, después adaptan estas dimensiones de la sostenibilidad al transporte de pasajeros y finalmente presentan los retos que podrían enfrentar los países que decidiesen ceñirse a estos lineamientos.

 Las cuatro dimensiones presentadas en el informe Bruntland consisten en un conjunto de prioridades, que al acompañarse de ciertos indicadores que las respalden, permitirían alcanzar un desarrollo sostenible a nivel mundial. Las cuatro dimensiones son: salvaguardar la sostenibilidad ecológica a largo plazo, satisfacer las necesidades básicas de las personas, garantizar la equidad entre grupos sociales y finalmente garantizar la equidad entre diferentes generaciones. Lo siguiente es que los autores adaptan estos conceptos de sostenibilidad al transporte de pasajeros, identificando los indicadores adecuados y los umbrales a alcanzar. Se argumenta que dada la cantidad de información disponible respecto al consumo de energía y que, todas las formas de energía causan un gran un gran impacto medioambiental, el indicador que se debe utilizar para garantizar la sostenibilidad a largo plazo es el consumo de energía destinado a transporte. De forma similar, se afirma que “… Un PIB per cápita alto indica el potencial que tiene un país de proveer necesidades básicas-incluyendo necesidades de transporte-a sus habitantes” (Holden et al., 2013 pág.72).Por esto, escogen la distancia recorrida en transporte motorizado como el mejor indicador de que se satisfacen las necesidades básicas de las personas. Sin embargo, resaltan que estas necesidades de transporte pueden variar dependiendo de la ubicación geográfica. Respecto a la equidad entre grupos sociales los autores afirman que “Un sistema de transporte sostenible debe reflejar las necesidades de los más débiles más que los deseos de los más fuertes” (Holden et al., 2013 pág.72).De esta forma escogen la metodología de PTAL (Public Transport Accessibility Levels) como indicador de esta dimensión, subrayando que este no necesariamente es el mejor parámetro para áreas rurales debido a los propósitos con que se creó. Finalmente, se menciona que la equidad entre diferentes generaciones requiere que se satisfagan las necesidades de transporte de los que están por venir y que “…es improbable…que estas se puedan cumplir sin algún tipo de transporte motorizado, y por tanto de combustible”(Holden et al., 2013 pág.73). Por esto, escogen como indicador la proporción de energía renovable contra el total de energía utilizado para el transporte.

Finalmente se recalcan los retos de alcanzar el trasporte sostenible de pasajeros, dentro de los que se encuentran generar políticas públicas diferenciadas según la realidad de cada país. Además se exponen las limitaciones del modelo reduccionista, pues incluso los más optimistas escenarios de avance tecnológico requerirían un esfuerzo conjunto con las personas, para cambiar sus hábitos de transporte. El artículo concluye presentado la discusión de si estos cambios son 1) socialmente deseables y 2) alcanzables. Los autores afirman que suponiendo estos cambios sean socialmente deseables, se podría afirmar que es posible alcanzar los indicadores propuestos, primero, porque los umbrales son verificables y segundo, porque los estudios adelantados en diferentes países indican que ya se ha avanzado hacia esa meta.

...