Triada de la Esfera pública: Sampedro y Sartori

Triada de Sampedro: Urnas, medios de comunicación y sondeos

Nelson Rendón Giraldo

Universidad de Antioquia – Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

Pregrado en Ciencia Política – Teorías y escenarios de la Esfera Pública

27 de septiembre de 2015

En qué consiste la santísima trinidad de la opinión pública que expone Víctor Sampedro (2000) y cómo ésta afecta a su vez la concepción de opinión pública de Giovanni Sartori (opinión del público y la opinión en el público)

Víctor Sampedro ha identificado una suerte de Santísima Trinidad que gesta las preferencias de los ciudadanos y que son: Urnas, medios de comunicación y sondeos. Estos recobran importancia para las democracias actuales pues afirman concentrar la opinión y las preconcepciones de los ciudadanos, que deberían ser tenidas en cuenta por aquellos que ejercen o pretenden ejercer el poder. En estos tres componentes, indivisibles, no solo se gesta sino que se condensa la opinión pública que se hace verificable. Por una parte, puede inferirse que los medios de manifestación de la opinión pública tienen dos actores: unos centrales de la esfera pública, que controla el cómo hablar, y una esfera pública indirecta en la cual la sociedad civil participa de mayor modo, muy cercano a aquello de la democracia deliberativa. Por otra parte, la promoción de estos espacios de autonomía de la construcción de opiniones, procura procesos de reformas a las instituciones, de modo tal que no se anulen la una a la otra sino que sean capaces de coexistir. Si bien la opinión pública es el cúmulo de opiniones con diversos matices, es claro que los modelos de comunicación actuales y los medios, reducen las fronteras de lo público, lo social y lo privado.

No es una sola la fuente de esta opinión, ni siquiera tres –como lo señala Sampedro- sino que son múltiples, casi infinitas. Se evidencia, entonces, una tensión histórica entre el querer ser y el deber ser de la opinión pública. Para Giovanni Sartori la opinión pública es un concepto político. Para éste, opinión pública es “un público, o multiplicidad de públicos, cuyos difusos estados mentales (de opinión) se interrelacionan con corrientes de información referentes al estado de la res pública” (Sartori, 1988, pág. 118). La opinión pública, en términos de Sartori no se configura por el ámbito en el que se desarrolla la opinión, es decir en lo público, sino que el mismo reconoce que la opinión ha de ser generada por el mismo público, de modo tal que “la opinión pública que funciona como arquitrabe de la democracia es una opinión «autónoma»” (Sartori, 1999).  La autonomía de la misma ha sido puesta a prueba por los avances de las comunicaciones, de los medios de comunicación, así, por ejemplo, los sondeos no resultan siendo un reflejo transparente de la opinión, sino que parecieran obedecer a otros intereses, diferentes incluso de aquellos que están en las preconcepciones de la sociedad.

Precisamente lo anterior resulta siendo el eje problematizador para buscar explicaciones de este tipo de fenómenos en los cuales la Trinidad pareciera des-encontrarse. La teoría de la opinión en cascada, que se puede resumir como un proceso descendente, en cuyos saltos se mezclan cada vez las opiniones, desde las élites hasta la población, es una de las respuestas que se proponen para comprender cómo la opinión del público no es siempre la verificable en el público. Sartori, añade al modelo clásico de Dutch, la opinión de los intelectuales en los múltiples saltos. Así, la información fluye y se mezcla hasta que el receptor final se enfrenta a una hibridación de concepciones y suposiciones las cuales realimentan lo que puede considerarse como opinión pública.

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