UN MUNDO SIN ÉTICA PROFESIONAL Y SIN NORMAS FINANCIERAS
Enviado por Bucio Labra Sandra • 26 de Noviembre de 2020 • Tarea • 1.953 Palabras (8 Páginas) • 96 Visitas
ENSAYO: UN MUNDO SIN ÉTICA PROFESIONAL Y SIN NORMAS FINANCIERAS
Desde pequeños nos enseñan que las normas y reglas son necesarias en todos los ámbitos de nuestra
vida para asegurar el orden y en lo posible, la paz, y lógicamente el ámbito financiero es incluido. Sin
embargo, a pesar de aquello, jamás me había puesto a investigar o buscar realmente qué reglas rigen
aquel ámbito que apenas estoy empezando a no conocer, sino profundizar. Si bien sabía “oh,
seguramente hay reglas éticas para los que trabajan con dinero” nunca había escuchado ni leído
específicamente las “Normas de Información Financiera” ni el “Código de Ética de los Contadores”, de
lo cual me arrepiento en cierta medida, porque sé que si lo hubiera leído antes, ahora tendría una opinión
y punto de vista más desarrollado sobre lo que ocurre en mi entorno y a los que me rodean, pero bien
dicen que nunca es tarde para aprender, y por eso me dispuse a hacerlo, a aprender, a verdaderamente
saber qué son las NIF y el Código de Ética de los Contadores, sin delimitarme a lo superficial,
reflexionando y reconociendo la importancia de su existencia.
Recuerdo que había un gran cartel pegado en la pared de mi salón de primaria que decía en letras
grandes y rojas “NO INTERRUMPAS A TUS COMPAÑEROS CUANDO HABLAN” (y que por si no
bastaba la maestra nos hacía repetirlo sin falta todos los días) y ahora recordando eso, pienso “Si la
maestra no nos lo hubiera dicho, nosotros hubiéramos sido el tianguis 1°A y no el salón 1°A, y bueno,
jamás hubiéramos aprendido nada porque sólo estaríamos con el griterío” y por eso agradezco mucho
a mi maestra por imponer el orden -y paz- entre una multitud de criaturitas de seis años. Entonces, así
como existía la norma de no interrumpir en mi salón de clase, hay un montón de normas que existen en
cada profesión, por ejemplo, los cocineros no deben experimentar con la comida de sus clientes
poniendo en riesgo su salud, un doctor no debe mentirle a un paciente sobre su diagnóstico, un mesero
no debe escupir en la comida de un comensal, en fin, un montón. Nótese que he utilizado la expresión
“no debe” en lugar de “no puede”, porque de poder, pueden: El cocinero tiene la capacidad de
experimentar, el doctor también tiene la capacidad de mentir (pues vaya, todos los seres racionales la
tienen) y el mesero bien que puede escupir en la comida, todos pueden hacer aquello, pero no todos lo
hacen, y es porque tienen una vocecita en la cabeza que le dice que hacer aquello está mal, y no sólo
eso, sino que su profesión también tiene esa vocecita pero en forma de un Código de Ética que de no
existir, los cocineros, doctores y meseros serían los “cocineros, doctores y meseros del tianguis mundial”
y no los cocineros, doctores y meseros profesionales que existen hoy en día, que buscan brindar el
servicio más correcto y profesional posible (no todos lamentablemente, pero espero sí la mayoría).
Siendo así, la profesión de contaduría también posee sus propios códigos, sí, “s” de plural porque no
sólo existe una institución de contaduría en el mundo. Pero entonces, ¿Lo que está bien para un contador
que vive en México está mal para un contador que vive en China? Si analizamos al contador de México
y al de China exclusivamente como individuos que se han desarrollado en diferentes ámbitos culturales,
educativos, familiares, etc., sí, puede ser (ya que pueden tener diferentes percepciones de lo correcto y
lo incorrecto), pero si los vemos objetivamente como trabajadores que ejercen la contaduría como
profesión, entonces no, ambos están obligados a seguir el Código de Ética Profesional de la Federación
Internacional de Contadores, porque tanto China como México pertenecen a los 130 países y territorios
que conforman la institución y, por tanto, son regidos por sus acuerdos. Pero, ¿no que había más códigos
y por eso la “s” de plural? Pues sí, los hay, puede presentarse el caso de que un país publique su propio
código, obviamente para sus propios habitantes, como México, con su “Código de Ética Profesional”
publicado por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos, basado en el Código de Ética Profesional
de la IFAC, pero utilizando la terminología aceptada en México y con algunas modificaciones que lo
diferencian (por ejemplo, es más detallado, y por tanto más estricto).
Por obvias razones hablaré del Código de ética Profesional publicado por el IMCP.
Este, como ya he dicho, se basa en el código de la IFAC desde el 2012 (en enero publicado y en octubre
empleado) y su última modificación, la 12va., se llevó a cabo el 1ro de enero del 2020 para entrar en
vigor el 31 del mismo mes. Se divide en seis partes:
Bucio Labra Sandra 5°D
1. Cumplimiento del código, principios fundamentales y marco conceptual: Explica que
siempre se debe cumplir con el código a no ser que haya leyes o regulaciones que lo impidan, y
de ser así, priorizarlas. También expone los cinco principios fundamentales de ética para los
Contadores Públicos (integridad, objetividad, diligencia y competencia profesionales,
confidencialidad y comportamiento profesional) y brinda el marco conceptual del contador.
2. Contadores públicos en los sectores público y privado: Es aquí cuando después de decirte
“hay cinco principios que debes seguir” continúa con “y si te surge este problema, debes
aplicarlos así…”, en resumen habla de los conflictos de interés, de cómo preparar y presentar tu
información, de que no se debería actuar sin experiencia (cómo me decía mi mamá “si no sabes,
pregunta”), de los intereses financieros y de la aceptación de compensaciones e incentivos
(incluyendo los obsequios y las atenciones) vinculados a la información financiera.
3. Contadores públicos en la práctica independiente: Antes se habló de los contadores que
trabajan en empresas públicas y privadas, pero ¿qué hay sobre los que trabajan solos, de manera
independiente? he en esta sección su respuesta. De nuevo habla sobre los conflictos de interés
y los incentivos (siendo en este caso del contador independiente), pero, además, habla sobre en
qué condiciones se debería aceptar un nuevo cliente y trabajo, una segunda opinión (y quién,
porque también uno mismo podría darla), cómo los honorarios y otros tipos de remuneraciones
y la custodia de los
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