Un comentario sobre la sociedad colombiana desde Parsons
Enviado por stefaniasoto97 • 25 de Julio de 2020 • Ensayo • 1.534 Palabras (7 Páginas) • 282 Visitas
El sistema social.
Un comentario sobre la sociedad colombiana desde Parsons
Stefanía Mesa Soto
Resumen
El presente trabajo se propone realizar una breve exposición del pensamiento de Talcott Parsons, reconociendo la importancia que comporta su figura teórica para el estructural-funcionalismo, una de las mas importantes corrientes sociológicas, así como plantear una reflexión crítica a propósito de la sociedad colombiana. Para ello, metodológicamente, se apoya en dos de sus obras, “El sistema social” y “La sociedad”, a modo de presentación general, y se abordan las características mas generales del sistema social colombiano a partir del paradigma “AGIL”. Por último, se intenta apreciar, a modo de hipótesis, que las condiciones del sistema social colombiano, mas cercanas a una crisis social, son las que permiten el funcionamiento de dicho sistema.
Palabras clave: Sistema social, sociedad colombiana, paradigma AGIL.
Introducción
El estructural-funcionalismo es una de las mas importantes corrientes sociológicas, cuyos referentes mas destacados es Talcott Parsons, quien nos deja la sistematización de una teoría general sobre los sistemas sociales, razón por la cual sobra justificar su abordaje. La sociedad colombiana tiene unas características tan problemáticas que pudieran tratarse mas bien como asistémicas. Este trabajo considera necesario estudiar, por lo menos, a grandes rasgos la sociedad colombiana a la luz de los componentes estructurales, las funcionalidades y los ambientes de interacción de los sistemas sociales, mediante lo cual concluye que el mantenimiento de un sistema social puede ser tan extremo que requiere institucionalizar e interiorizar desviaciones del orden.
Análisis de El sistema social y La sociedad de Parsons
La posición teórica que construye Talcott Parsons escapa de la dicotomía entre la individualidad y la colectividad, superando las barreras propias de epistemologías basadas en el subjetivismo o el objetivismo. El logro es que, aun así, se sistematiza una teoría general de la sociedad sin descuidar el individuo y, en este sentido, se plantea un viraje respecto al enfoque de estudio sociológico, pues existen mas bien “homologías importantes entre la personalidad y el sistema social” (Parsons, 1976, p. 15) que trasladan el interés al mundo de las interacción de los actores sociales.
El análisis de la interacción atraviesa el contenido de “El sistema social” y “La sociedad. Perspectivas evolutivas y comparativas”, desde el andamiaje paradigmático de las funcionalidades sistémicas hasta las orientaciones realizadas para el abordaje de los sistemas de acción y los sistemas sociales. Para
Parsons (1974b), el sistema mas general de acción está compuesto por cuatro sistemas, cuyas diferencias reposan en sus características funcionales que se recogen en el paradigma AGIL, en el que cada función corresponde con un sistema específico: la adaptación con el organismo conductual, el logro de objetivos con el sistema de personalidad, la integración con el sistema social y el mantenimiento de patrones con el sistema cultural. Esto no significa, sin embargo, que no existan interrelaciones entre los sistemas pues hay procesos de intercambio que se generan en zonas de interpenetración, entre cuyos procesos se hallan “la interiorización de objetos sociales y normas culturales en la personalidad del individuo, (…) lo mismo que la institucionalización de componentes normativos de sistemas culturales como estructuras constitutivas de sistemas sociales” (Parsons, 1974a, p. 14).
La existencia de estos procesos de intercambio garantizan la autosuficiencia de la sociedad. Así como el esquema paradigmático de las funciones primarias (AGIL) explica la relación con los ambientes de interacción (o subsistemas del sistema social, en sentido amplio), también da cuenta de los comportamientos sistémicos y los componentes estructurales de cada subsistema. Así pues, los sistemas sociales tienen una estructura apoyada en las normas (comunidad societaria), los valores (fiduciario), las colectividades (constitución política) y los papeles (economía), cuyo comportamiento está regido por la integración, el mantenimiento de patrones, el alcance de metas y la adaptación, respectivamente. Estas funciones, además de permitir la interpenetración, generan la cohesión del propio subsistema: las obligaciones de lealtad de las colectividades hacia la comunidad societaria que, en un principio, se imponen mediante la institucionalización, para ingresar posteriormente al orden legítimo, jerarquizan el subsistema para conformar una escala de estratificación social, medida por el nivel de prestigio o la capacidad de influencia. En el subsistema fiduciario, por su parte, relacionado con el mantenimiento de patrones, posee unos compromisos de valor sobre los cuales se apoyan las bases de la legitimación cultural, mientras que en lo político es necesario un conjunto de normas cuyo incumplimiento obligatoriamente debe vincularse con una sanción. En el orden normativo, los papeles son más prácticos (leerse como pragmáticos), en los cuales el gobierno debe adoptar como principio la conveniencia de una administración eficiente de los recursos.
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