Una Consecuencia Contemporánea Del Saber Supuesto Al Sujeto

“Una consecuencia contemporánea del saber supuesto al sujeto”

Catalina Adriana Guerberoff

La experiencia inaugurada con Anna O. condujo a Breuer y a Freud al descubrimiento del acontecimiento patógeno; si este acontecimiento fue reconocido como causa del síntoma es porque su puesta en palabras determinaba su levantamiento. Desde los “Estudios sobre la Histeria” Freud partía de la premisa de que también sus pacientes sabían todo aquello que pudiera tener una significatividad patógena, y el primer papel del analista fue el de forzar al paciente a comunicar su saber sobre lo que no sabía, “o mejor, no quería saber.” Estudios sobre la histeria. En este camino se revela la transferencia, primero obstáculo y luego motor; Lacan la remite al sujeto supuesto saber. El acto analítico se presenta de entrada como “una incitación al saber”(Seminario XVI, clase del 4/6/69) que exige ubicar desde el comienzo la certidumbre de que hay saber.

1999. La literatura médica, psicológica, psicoanalítica, maestros y asistentes sociales, religiosos y jueces, así como innumerables páginas en Internet se ocupan del tema del abuso infantil- que se ha incrementado en las últimas décadas. Otras se dedican a su reverso: padres, médicos y educadores, consejeros sociales y abogados se esfuerzan para defender a las víctimas de lo que en síntesis se difunde con el nombre de “sindrome de falso recuerdo” (FMS o “False Memory Syndrome). Grupos, ligas e instituciones ofrecen ayuda a los padres para defenderse de las querellas iniciadas por sus hijos a partir de descubrir en sus tratamientos que habían sido abusados sexualmente en su infancia. Una definición del síndrome: (Dr. John F. Kihlstrom, profesor de psicología de Yale): “es una condición en la que la identidad de una persona y sus relaciones interpersonales están centradas alrededor del recuerdo de una experiencia traumática que es objetivamente falsa pero en la cual la persona cree fuertemente”; orientando enteramente su vida y dificultándola seriamente. El FMS no está clasificado en el DSM-IV, aunque las más importantes organizaciones profesionales lo toman seriamente, y el tema ha dividido como pocos a la comunidad terapéutica.

Diversas técnicas terapéuticas buscan recuperar recuerdos, por medio de hipnosis, drogas (como el amital sódico), interpretación de sueños, ensueño dirigido e interpretaciones en general, todas basadas en la influencia del terapeuta y su poder de sugestión. Subyace a estas terapéuticas una teoría del trauma cuyos puntos fundamentales son:

-es común reprimir los recuerdos traumáticos.

-los mismos permanecen relegados a una región del inconsciente donde se mantienen inalterables.

-aunque reprimidos, pueden ser rescatados por medio de la terapia, aún después de años o décadas.

-una vez descubiertos, son exactos.

-desentrañar los recuerdos traumáticos es esencial para la curación.

Los investigadores en neurociencias no encuentran apoyatura científica para estas creencias, a la vez que algunos clínicos las defienden.

Sin detenernos a cuestionar el tipo de terapia, su sustento teórico ni su eficacia, mi interrogación se dirige a los efectos de la divulgación de los conceptos del psicoanálisis en otros discursos. Al respecto Freud había escrito en “Múltiple interés del psicoanálisis”-1913- que “el descubrimiento de las actividades anímicas inconscientes ha de obligar muy especialmente a la filosofía a tomar su partido, y en caso de inclinarse del lado del psicoanálisis, a modificar sus hipótesis sobre la relación entre lo psíquico y lo físico, hasta que correspondan a los nuevos descubrimientos”

El ejemplo del FMS es lo suficientemente acotado como para comenzar por él. ¿Habría sido posible esta actualidad sin el psicoanálisis de por medio? Es obvio que este estado de cosas tiene relación con el descubrimiento freudiano, y la situación descripta es impensable sin las ideas, más o menos fundamentadas o ingenuas, que el psicoanálisis ha producido y divulgado. Aunque no se trate ya de psicoanálisis.

Ferenczi se había ocupado de revalorizar el factor traumático sexual (1933 sobre “Las pasiones de los adulto y su influencia

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