Una conversación que no se tiene todos los días... Grupo n°4

Una conversación que no se tiene todos los días…

Grupo n°4

Integrantes: Asensio Lautaro, Cardenuto Bianca, Couso Franco, Gutiérrez Nahuel, Hirshfeld Lautaro, Peralta Fabricio.

Fecha de realización: 22/10/17

Curso: 5°1

Profesores: Broche Elías, Delgado Fernanda.

[pic 1][pic 2]

Como todos los días Pedro Rodríguez, se dirigía hacia la parada del colectivo de siempre donde una vez tomado lo dejaba justo a una cuadra de su trabajo. Pedro es un hombre de 35 años, vive solo para su amado trabajo, tiene su esposa esperando un hijo y él está bastante excedido de peso.

De repente mientras respondía desde su celular un mensaje de su esposa, le pide permiso para sentarse en el banco de la parada un hombre bastante mayor, llevaba un bastón, unos anteojos y tenía el pelo blanco.

Pedro muy respetuoso le cede el lugar al anciano y de inmediato le pide perdón por su distracción de no verlo. El hombre sonriendo le dice que no había problema alguno. Después de unos minutos el anciano de curioso le pregunta a Pedro su nombre y edad, sin problema Pedro le responde y lo mismo le pregunta al señor. El señor responde 85 e inevitablemente mientas ambos esperaban el transporte público ambos inician una conversación.

Luego de un intercambio de preguntas básicas que inician una conversación con un desconocido, el anciano comienza a contarle su pasado y lo distinto que era en varios aspectos la Argentina de su época comparada con la Argentina actual.

Pedro interesado en su historia le pregunta al anciano que sea más profundo en lo dicho anteriormente. El anciano sin problema comenzó a contar su experiencia de vida cuando era joven…

Comenzó diciendo que cuando tenía 21 años, ya trabajaba hace rato en una industria textil que había sido fundada no hace mucho por el presidente de todos los trabajadores: Juan Domingo Perón. El relata que venía de una familia trabajadora la cual siempre andaban peleando por subsistir y poder siempre tener un plato de comida digno en la mesa. Antes de Perón, el anciano relata que la variedad de alimentos que él podía comer junto a su familia no era mucho, se comía lo más accesible, como por ejemplo achuras, etc.

Pedro de repente confundido le interrumpe con respeto el relato del hombre, que las achuras, como la molleja, hoy por hoy son bastante caras. Pero anteriormente le interrumpe el anciano diciendo que era barato ya que se lo acostumbraba a desvalorizarlo por ser las sobras de la vaca.

Siguiendo su historia el hombre cuenta que una vez que asume Perón, la cosa comenzó a cambiar. El anciano cuenta que bajo la gestión del general, la alimentación de la clase obrera empezó a ampliarse con variedad de otros tipos de comidas. Si bien siguió consumiendo achuras, pudo empezar a acceder a agregar a su alimentación diversos tipos de verduras, sopas, otros cortes de carne vacuna, carnes blancas y pescado, pero no salmón.

...