Una cultura que incluye en civilización es superior toda aquella que excluye

El texto inicia con la afirmación de que “una cultura que incluye en civilización es superior toda aquella que excluye”, según Fernando Savater., esto lo hace resaltando la importancia de principios del comportamiento humano ante la existencia de diversidades culturales, además, sugiriendo soluciones a varias problemáticas sociales causadas por el mestizaje cultural y la intolerancia (principalmente en la comunidad española, pues es su país de nacimiento), las cuales se pueden combatir con hospitalidad, comprendiendo la pluralidad humana y amparando los diversos modos de vida de los ciudadanos. Es por ello que a pesar de que todas las culturas comparten la esencia de la humanidad que es expresarse de mil modos (razón de ser del lema “somos diferentes y eso nos hace ser iguales”), evadiendo la uniformidad, la cultura más humana es aquella que amablemente presta mucha atención, recibe y acoge con agrado a personas que puedan enriquecerla, es decir, “la más hospitalaria”, señala Savater.

La hospitalidad es definida como un deber, tan esencial como otros deberes ciudadanos en cualquier ámbito (moral, social, individual, laboral, religioso, entre otros) que debe formar parte de la educación especialmente en niños para que pueda expandirse desde en núcleo familiar y obtener así ciudadanos más generosos, solidarios y tolerantes ante lo diferente. Esta idea nos lleva a la importancia de cultivar y mantener sanas convivencias mediante la apreciación y no mutilación de vínculos entre los diferentes ciudadanos.

La secuencia lógica de las ideas nos lleva a la importancia de cultivar y mantener una sana convivencia mediante la apreciación y no vinculación de vínculos entre los diferentes ciudadanos. Los argumentos presentados se suman a favor de que es necesario enseñarle a los niños de dónde vienen y a ir más allá, a no encerrarse en sus raíces culturales y a desarrollar lo que culturalmente los identifica con el propósito de aprender a explorar lo ancho del mundo sin olvidar por donde entró en él.

Finalmente, la proposición que se apoya con todos estos razonamientos y su principal argumento se resume al afirmar que aquella cultura que institucionaliza la hospitalidad como derecho y deber es más fuerte y garantiza la grandeza de una comodidad, debido a la riqueza de ideales y valores como consecuencia de un mestizaje cultural.

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