Una persona siempre busca salir adelante, busca la mejor manera de hacer algo y que se note, algo que quede para siempre.

Una persona siempre busca salir adelante, busca la mejor manera de hacer algo y que se note, algo que quede para siempre. El hombre siempre está en la busca de la mejoría diaria, no se conforma con lo que hay pues sabe que no es nada comparado con lo que puede llegar a hacer, y esa es su motivación, saber que hay mas en el mundo por crear.

Emprendimiento significa crear, innovar, iniciar. Es aquello que nos lleva a luchar por algo que queremos, a ser mejores en algo porque creemos en ello y buscamos la oportunidad de hacerlo de alguna forma y esto nos exige todo nuestro esfuerzo y trabajo para llevarlo a cabo. Cuando hablamos de emprendimiento, puede que la gente solo lo relacione con lo empresarial, pero hay muchos tipos más de emprendimiento, tales como el académico que lleva a la persona a desarrollarse profundamente en un ámbito en especial, el turístico que ayuda a que una ciudad sobresalga por sus mejores lugares e incita a que las personas los visiten, el tecnológico, el cual ha sido de gran importancia durante muchísimos años, el deportivo, el social, el ambiental y muchos otros más son maneras de emprender, lo que tienen todas en común es que siempre hay una persona con iniciativa.

Aquella persona que tiene la iniciativa de llevar a cabo un proyecto de real importancia para sí mismo, es un emprendedor, para ello se necesita de la actitud y la habilidad. La actitud la definimos como la manera de enfrentarse a una situación, es la postura que tomamos ante aquello que nos rodea, mientras que la habilidad es algo que poseemos para poder desarrollarnos en algún ámbito sea cual sea. Claro que no solo es algo con lo que nacemos, también podemos obtenerlo a lo largo de nuestra vida, si no somos buenos algo podemos mejorarlo esforzándonos en eso.

Ahora, la pregunta es ¿para qué emprender? O incluso, ¿cómo emprender? Cabe destacar que trae muchas más ventajas el emprender que el no hacerlo.

Se debe iniciar planteando la idea y sus posibles soluciones identificando si es factible o no y otros puntos importantes a considerar. A estas alturas debemos tener ya conocimiento de cómo desglosar nuestras ideas sin que se haga un total desastre. Para ello existen los diagramas, cuadros sinópticos, mapas conceptuales, mentales, etc. Son muy útiles para identificar los detalles principales, más importantes y clasificar información de manera sencilla. Los mapas mentales son más gráficos, pues expresan el conocimiento que el cerebro almacena en forma de distintos dibujos.

Hay que encontrar lo bueno, lo malo y lo interesante en nuestra idea emprendedora para poder sacarle más ventaja. Aquí es cuando determinamos los posibles problemas y soluciones pero hay que buscarlas no solo dentro de lo normal, sino también fuero de lo ordinario, hay que desarrollar el pensamiento divergente y buscar fuera de nuestra mente, integrar también ideas fuera de nosotros, aprender a trabajar en equipo. El punto será el mismo, pero la solución será más consistente ya que estará hecha por más de una sola voz, hay que alentarnos a profundizar en el tema para no cerrarnos alrededor de una sola cosa.

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