EN BUSCA DE LA MEJOR EDUCACIÓN

EN BUSCA DE LA MEJOR EDUCACIÓN

Alguna vez nos hemos preguntado, ¿cómo fue la educación en la edad media?, sería importante resaltar la metodología de aquella época. En el libro Confesiones de San Agustín, nos describe la educación que tuvo desde niño hasta llegar a la adolescencia.

San Agustín describe a un ser que desde el momento de su nacimiento se manifiesta a través de gritos y llantos, tratando de imponerse, y menciona “yo mismo he visto y observado de cerca un niño celoso; no habla todavía y ya, pálido y con torno mirar, tenía clavados sus ojos en su hermano de leche” . ¿A caso lo niños nacen predispuestos a ser rebeldes y celosos?

En cuanto les es posible externan esa rebeldía, cuando las personas que le rodean no se someten a sus deseos, el niño reacciona golpeándoles para cumplir sus caprichos. ¿Podríamos llamarle también inocencia a esa manera impulsiva con la que reacciona el infante para poder satisfacer sus deseos y necesidades? En mi opinión, los niños son aún muy pequeños para tener conciencia de lo que hacen y sólo actúan por impulsos y sin pensar en las consecuencias de ello.

Y sin darse cuenta va adquiriendo el lenguaje, que es uno de los procesos más importantes en el ser humano, es aquí donde comienza a hacer externos sus deseos. ¿Pero, nos hemos detenido a pensar cómo es que se adquiere el lenguaje? San Agustín cavila:

[…] Entonces grababa en la memoria: cuando ellos nombraban cualquier objeto y cuando, al nombrarlo, lo señalaban con algún movimiento del cuerpo, observaba y retenía que aquel objeto era designado por ellos con el nombre que pronunciaban cuando tenían intención de mostrarlo […]

El infante aún es muy pequeño para enseñarle el lenguaje a través de letras y con una metodología, entonces el párvulo, inteligentemente va grabando en su memoria las palabras y signos, poco a poco, las cuales escucha a diario de las personas que le rodean.

Al llegar a los siete años y ya adquirido el lenguaje es indispensable que el pequeño aprenda a leer y escribir. Desde un inicio la enseñanza era bilingüe, aprendían el latín y el griego. La educación de la edad medieval difiere un poco de la educación actual. Ya que el maestro era catalogado como una persona de inteligencia y se le mostraba mucho respeto. Por lo cual, tenían el derecho de golpear a sus alumnos, según ellos era la única manera en que se aprendía. Además esa manera ten severa de enseñar era aprobada por los padres de los infantes.

En la actualidad la imagen del profesor se ha devaluado en gran medida, ya no cuentan con la misma autoridad. Y el proceso de enseñanza-aprendizaje se adquiere de una manera menos rígida. Ahora es más común escuchar que el niño aprende a través del juego y claro, sin golpes. Se tendría que hacer un análisis para saber si realmente ha funcionado ésta nueva didáctica. ¿Ha ayudado o empeorado la educación? En mi criterio, lo que realmente nos llevará al éxito y fomentar en los pequeños una buena educación, es buscar el equilibrio entre el proceso de enseñanza actual y el de la edad media. No es necesario golpear constantemente al niño para que logre aprender, ni tampoco basar la adquisición del conocimiento en el juego; aunque claro está que el juego es necesario en el infante para que llegue a ser feliz y seguro de sí mismo. Lo realmente importante es saber en qué momento realizarlo.

San Agustín menciona, “Amaba en las competencias el orgullo de las victorias” las competencias son buenas, al sentir que el oponente puede llegar a tener un mayor rendimiento, nos hace sacar coraje y garra para llegar a la meta victorioso. Además de que es muy agradable el hecho de que te alaben el triunfo. Un aspecto muy importante en las competencias es saber con cuantas habilidades contamos y cuál de ellas desarrollamos de la mejor manera. Hoy en día se le ha dado mucho auge al aprendizaje por competencias, es decir, saber cuál es nuestra mayor habilidad y esa desarrollarla al máximo para lograr ser el mejor en nuestra área. Aunque bien sabemos, que para aprender cualquier conocimiento o habilidad, muchas veces es necesario que se nos obligue a adquirirlo, “porque no hubiese aprendido de no haber sido obligado” es claro que para la mayoría de los niños no es muy agradable asistir a la escuela, y sin importar la época,

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