Universidad y sociedad en la España Moderna

Velasco Sánchez Gabriel

Optativa: Universidades Europeas

Reseña: Universidad y sociedad en la España Moderna

Fecha de entrega: 21 de mayo de 2018

Una de las características más significativas que tiene el capítulo “Incentivos para estudiar”, se menciona en un ejemplo el cual trata, de un padre que le aconseja a su hijo de lo que debería de estudiar en la universidad. El padre, le señala que la carrera de Leyes y Cánones, podrían ser las opciones más pertinentes ya que para el padre son profesiones nobles e ilustres.

El padre tenía una idea clara de que lo podía dejarle a su hijo, si estudiaba alguna de estas carreras, veía en ellas la oportunidad de viajar al Occidente o trabar en algún tribunal de España. Tener un cargo importante en alguna institución le daría una estabilidad económica y ayudaría a solventar los gastos que su hijo tuviera.

Este consejo no pudo ser realizado porque el padre murió y su hijo tomo la decisión de estudiar Teología, con esto podemos observar varias situaciones, la primera es que; el hijo no tenía la misma visión que su padre. Ya no se compartía la misma idea de aprender y trabajar lo que los familiares estudiaron en varias ocasiones.

Situaciones como esta se verá en mayor medida en los siglos XVI y XVII, esto nos deja también que las ideas de los hijos ya eran distintas, quizás querían seguir su propio camino y claro que este tipo de situaciones repercutieron en las universidades, en este caso de España.

Pasando a otro punto, sabemos de la importancia de la cultura y de la formación académica que vivieron un gran paso en la época de los reyes Católicos. Su llegado al torno de Castilla, significó, entre otras cosas, un considerable cambio en la costumbre de asimilar el estatuto de nobleza con la posibilidad exclusiva de apropiarse de altos cargos de gobierno, delegando su poder, cada vez más, en otro grupo social: los letrados.

La tendencia a sustituir la condición de nobleza por la competencia profesional, fundamentada en la formación intelectual, convirtió pronto a la universidad española en uno de los medios más seguros para obtener un oficio en la administración; un medio, pues, de ascensión social para los hijos de labradores, artesanos o comerciantes a los que hasta ese momento les había estado totalmente vetada esta posibilidad.

Esta oportunidad ayudo a poner en un lugar privilegiado a los letrados ya que no solo tuvieron impacto en el gobierno, sino que también en la Inquisición y la iglesia, se distinguían claramente de los demás ya que cargos en estas instituciones eran ya exclusivas para la gente letrada. Como ejemplo, el abogado era casi un letrado. Como el propio letrado había sido formado en derecho en la universidad. Como él, tenía como mínimo un bachillerato en leyes o en cánones. El abogado era un técnico, un técnico de alto nivel, pero un técnico. Asesoraba las partes en los pleitos emitiendo dictámenes en derecho, alegaciones a favor de tal o cual, que sometía al jue. Como tal dependía de clientes, vendía sus servicios, lo que le restaba estimación social; cosa que en el letrado no estaba presente.

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