VENEZUELA (¿Cómo convertir a Venezuela en un país desarrollado?)

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación superior

Universidad Alejandro de Humboldt

Carrera: Comercio Internacional

Cátedra: Desarrollo económico

Sección: 901

VENEZUELA (¿Cómo convertir a Venezuela en un país desarrollado?)

Profesor: Luis Hueck                                                                                         Integrante:

Caracas, 14 de noviembre del 2014

Un país desarrollado, en general, es un país que posee tanto un alto nivel de vida (un alto desarrollo humano) como un gran desarrollo industrial y comercial. Uno de los indicadores más usados para considerar a un país como «desarrollado» es el índice de desarrollo humano. Dicho índice toma en cuenta la riqueza, la educación y la sanidad, otro indicador el cual predomina frente a la definición de países desarrollados es lo que el Fondo Monetario Internacional establece, como márgenes per cápita de países desarrollados, que van desde los 20.000US$ per cápita (nominal), y en el caso del per cápita PPA va desde 22.000US$ (Paridad Poder Adquisitivo) en adelante, con lo cual se denominaría como países con economías avanzadas según el FMI, y países de Ingresos altos según el Banco Mundial, y evidenciaría una economía desarrollada para cada país en particular generando como consecuencia un alto nivel de vida. No existe un consenso absoluto sobre todos los criterios usados para calificar el desarrollo. El criterio más fiable y aceptado es aquel extraído de los indicadores sociales sobre la calidad de vida. Aunque no existe total consenso sobre un indicador específico, se suele considerar que un país que tiene un IDH MUY ALTO según la ONU, que tiene el estatus de economía avanzada en base a los estatutos del FMI y además posee ingresos altos según el Banco Mundial, es efectivamente un país desarrollado.

Se considera que un desarrollo económico genera una alta calidad de vida. Si bien los países más industrializados, que han logrado una avanzada tecnología e innovación, alcanzan un elevado desarrollo humano como consecuencia, también hay muchos países que, por cuestiones diversas, han logrado un alto desarrollo humano, pero con medianos o bajos niveles tecnológicos e industriales, en la teoría un país altamente poblado necesariamente necesita generar una alta industrialización para generar consiguientemente una alta calidad de vida, mientras que uno pequeño solo necesita generar una baja industrialización.

Venezuela con la situación sociopolítica actual, evidencia que  definitivamente es y por los momentos seguirá siendo un país subdesarrollado, reflejado en la desigualdad social y deprimidos niveles de calidad de vida del pueblo. Los venezolanos lo buscamos, lo queremos y no  tenemos la intención de salir de esta triste situación. En la división de los países del mundo en desarrollados y subdesarrollados hace sesenta años, la Venezuela petrolera es incluida en la segunda categoría. Un país  con las mayores ventajas geopolíticas y geoeconómicas comparativas y competitivas del continente americano, con inmensos ingresos por la renta petrolera,  continúa reflejando muy bajos parámetros de desarrollo social. En un mundo altamente competitivo, inmerso en un avasallante avance tecnológico en la llamada “Aldea Global”, el crecimiento individual y colectivo de la sociedad de un país, depende de su desarrollo. El desarrollo, se traduce en la calidad productiva, la innovación tecnológica, las oportunidades de crecimiento individual y su entorno y la práctica de los valores humanos.

Es interesante apreciar que Venezuela en la década de los setenta, era considerado un país en “vías de desarrollo” por una sólida democracia, calidad de sus instituciones y las potencialidades con las mayores reservas petroleras del mundo. Después de más de medio siglo, retrocedimos en forma apreciable  al nivel subdesarrollo y países vecinos, con menores capacidades, han logrado positivos niveles de desarrollo social. La dialéctica política de nuestra historia psicosocial de un país rico, la llamada “petrodemocracia”, se ha debatido entre la destrucción y la construcción de paradigmas políticos fracasados en otras latitudes. El centralismo casi absoluto, el populismo, antagonismo político, han aumentado la exclusión y desigualdad social, factores determinantes del subdesarrollo. La economía estatista, ha deprimido la producción  nacional, pasando a una economía de puertos dependiente, originando una creciente emigración en busca de mejores oportunidades.

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