Valores éticos y corrupción

Valores éticos y Corrupción.

En la actualidad, se ve con mucha preocupación la crisis de corrupción a nivel mundial que afecta a todos los países con intensidad y contenidos diferentes, extendiéndose de tal manera que se asemeja a una pandemia por su carácter invasor y contaminante, mostrando diferentes tipologías y contenidos según las áreas afectadas, entre las que se encuentran la política, la justicia, el sistema financiero, las empresas, el sistema educativos entre otros. La corrupción afecta criterios económicos pero también a valores éticos.

El nivel de deterioro generado en la sociedad por la corrupción ha traído como consecuencia una crisis sistémica y de valores éticos, ocasionando la degradación de la vida púbica, las desigualdades, una cierta identificación de la sociedad con comportamiento corrupto y lo más grave la dificultad para poder elegir, el conformismo y la indiferencia.

De igual manera algunos sistemas económicos implementados a nivel mundial han incumplido las leyes y normas con la aprobación de la sociedad y el ente político, conduciendo a una corrupción mundial y generando desmedidas desigualdades, pobreza y desaparición de los más fundamentales valores éticos.

Por otra parte, el fenómeno de la corrupción es a la par causa y efecto de la crisis actual de valores, sus consecuencias son substancialmente devastadoras por cuanto su misma presencia socaba la estructura ética de la sociedad, y lamentablemente se manifiesta por las distintas formas de corrupción desde la mentira hasta llegar a la traición, esto obliga a recuperar los valores éticos perdidos, para así confiar en las personas que se encuentran ejerciendo funciones públicas. Por ello, se podría indagar si la ética puede convertirse en un elemento útil en la lucha contra la corrupción que la niega.

La corrupción se fomenta por la codicia, avaricia, deseo de poder, posesión de privilegios y alejamiento de la ciudadanía por parte de los políticos. Los mecanismos de control de la corrupción derivan de la competencia, trasparencia, aplicación de los derechos humanos, el desarrollo del sector público y combatir la corrupción a nivel internacional.

Cada día cobra más vigencia para la administración pública las implicaciones de tipo social y el ejercicio de prácticas éticas implementadas en un Código de ética que sirva como referente formal e institucional de la conducta personal y profesional que deben cumplir todos los trabajadores, independientemente del cargo o función que ocupen.

Autor: MSc Yocelyn Moronta.

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