Vicente Huidobro Y El Creacionismo

Vicente Huidobro (1893-1948) dio vida al movimiento poético llamado Creacionismo y también fue su máximo exponente. Este movimiento es uno de los tantos ismos surgidos a comienzos del siglo XX y su influencia recayó en la poesía hispanoamericana potenciando las posibilidades de su expresión.

En 1913, mostró su disconformidad con el lirismo de imitación apuntando: “Los señores clásicos, ellos sí tenían facultad para crear, pero ahora esa facultad no existe, en vista de lo cual imítenlos ustedes a ellos, sean ustedes espejos que devuelven las figuras, sean reflectores, hagan el papel de fonógrafos y de cacatúas y no creen nada, como lo hicieron ellos… O sea: hoy que tenemos las locomotoras, automóviles y aeroplanos, volvamos a la carreta… Muy dignos de respeto y admiración serán los señores clásicos, pero no por eso debemos imitarlos. Ahora estamos en otros tiempos, y el verdadero poeta es el que sabe vibrar con su época y adelantarse a ella, no volver hacia atrás”. Con esto, Vicente Huidobro quiere establecer un nuevo sistema de creación de poesía.

Un año después, en 1914, proclamó en una conferencia dictada en el Ateneo de Santiago: “Non serviam. No he de ser tu esclavo, madre Natura; seré tu amo. Te servirás de mí; está bien. No quiero y no puedo evitarlo; pero yo también me serviré de ti. Yo tendré mis árboles que no serán como los tuyos, tendré mis montañas, tendré mis ríos y mis mares, tendré mi cielo y mis estrellas”.

Estas palabras suscitaron respuestas como la de José Ingenieros, que le dijo a Huidobro que a pesar de haber expuesto sus ideas de modo claro, le parecía que este tipo de poesía inventada completamente por los poetas era irrealizable. Huidobro sigue defendiendo su idea: “Hemos aceptado, sin mayor reflexión, el hecho de que no puede haber otras realidades que las que nos rodean, y no hemos pensado que nosotros también podemos crear realidades en un mundo nuestro, en un mundo que espera su fauna y su flora propias. Flora y fauna que sólo el poeta puede crear, por ese don especial que le dio la misma Madre Naturaleza a él y únicamente a él”.

Observando esto podemos decir que Huidobro es un poeta distinto, tanto por la manera de concebir y crear la poesía como por escribir acerca de ese proceso de creación. De hecho pronto volverá a escribir sobre el hecho de crear poesía, esta vez un poema:

ARTE POÉTICA

Que el verso sea como una llave

Que abra mil puertas.

Una hoja cae; algo pasa volando;

Cuanto miren los ojos creado sea,

Y el alma del oyente que temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;

El adjetivo, cuando no da vida, mata.

Estamos en el ciclo de los nervios,

el músculo cuelga,

Como recuerdo, en los museos;

Mas no por eso tenemos menos fuerza:

El vigor verdadero

Reside en la cabeza.

Por qué cantáis a la rosa, ¡oh Poetas!

Hacédla florecer en el poema:

Sólo para nosotros

Viven todas las cosas bajo el Sol.

El poeta es un pequeño Dios.

(Espejo del Agua, 1916).

En este poema, el poeta chileno afirma que la misión principal del poeta es crear un mundo propio completamente aparte de la realidad que conocemos. Esta creación rechaza la mímesis, porque según la ideología creacionista la mimesis no crea nada que no exista previamente. El poeta debe convertirse en un “pequeño Dios” creador de algo nuevo.

Se trata de alejarse de la vida real para crear, pero de darle vida propia a esa creación, esto es, crear vida en el poema. El poema debe ser una realidad en sí, nueva, no una copia de la realidad exterior y debe estar regido por unas leyes propias, no por las leyes del mundo exterior.

Huidobro ama todo lo que es innovador, original; y para él, el gran poeta queda fuera de toda escuela porque “las escuelas pasan y mueren. Los grandes poeta no mueren nunca”.

¿En realidad es posible esta “poesía creada”? Muchos de los críticos del Creacionismo han estado de acuerdo en que no posible, ya que ya es difícil entender el concepto de “poesía creada”. El poeta crea con palabras que ya existen antes del poema, por eso no puede decir que esté creando algo totalmente nuevo y desde cero.

La crítica, frente al caso de Huidobro, está dividida en diferentes posturas, sobre todo en dos bandos, uno adulador, y otro detractor. Se ha señalado la importancia de Vicente Huidobro en tres aspectos: el primero es que se ha considerado que es el propulsor de las teorías de vanguardia que se gestan a comienzos del siglo en París; el segundo, es la importancia que se le da en relación a la aparición de la poesía vanguardista en España; y el tercer aspecto, es el papel importante que ha tenido el autor en el desarrollo de la poesía chilena del siglo XX, ya que, además de introducir y difundir su propio creacionismo, también introduce las posiciones más revolucionarias de la vanguardia europea.

Diferentes críticos han señalado tres etapas en Huidobro. La primera va desde sus inicios hasta Tout à coup, obra que representa el creacionismo en su estado puro. Para Huidobro el creacionismo suponía un sentido distinto de la poesía, incluso confiesa que puede que su nueva creación ya no sea poesía, sino algo diferente. En la segunda etapa, entre 1925 y 1931, es en la que acaba Altazor y Temblor de cielo. En la tercera etapa escribe libros que siguen el método creacionista aunque tienen más libertad expresiva.

Para entender mejor el Creacionismo de Vicente Huidobro podemos compararlo con otros “ismos”. Respecto al Futurismo, el poeta sentía verdadera aversión, porque para él lo novedoso no estaba, para nada, en el tema, sino en la manera de producirlo. Dijo sobre el Futurismo: “Futurismo, arte de futuro. Pero si nosotros hacemos el arte del futuro, ¿qué van a hacer los artistas de mañana? Ellos harán, tal vez, el arte de hoy. ¡La loca inversión de los roles! Otra de

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