Violencia Social A Los Desequilibrios Y La Pobreza En El Siglo Xxl
Enviado por richert95 • 22 de Agosto de 2013 • 5.839 Palabras (24 Páginas) • 474 Visitas
Violencia social a los desequilibrios y la pobreza en el siglo xxl
1. Los aportes de las Ciencias Sociales
La sociología, la economía, la antropología, la psicología social y, en términos generales, el conjunto de disciplinas que se agrupan bajo la denominación ciencias sociales, confrontan numerosas dificultades cuando encaran los problemas ligados a la desigualdad, la pobreza y la exclusión. Estos derivan de diferentes fuentes: lo lacerante de la propia realidad de quienes están afectados por la miseria y las carencias, las teorías desde las que se producen las aproximaciones a esos temas, las ideologías y valores de los investigadores y científicos que se ocupan de estudiar estos grupos sociales, son algunas de las causas que originan los obstáculos que encuentran las ciencias sociales al enfrentar los problemas señalados.
La desigualdad económica, la pobreza y la exclusión han sido temas de preocupación de los científicos sociales desde el siglo XIX, cuando estas disciplinas comienzan a conformarse con perfiles propios. En los últimos decenios su estudio recobra interés. Es tratada ampliamente por Amartya Sen en su libro La desigualdad económica,convertido en clásico desde 1972, fecha en la que aparece publicado por primera vez (Sen; 2002). También es considerada por William W. Murdoch en La pobreza de las naciones. La economía política del hambre y de la población (Murdoch; 1984). De acuerdo con Bernardo Kliksberg, uno de los especialistas latinoamericanos que más se ha detenido en su examen, la pobreza no solamente constituye un drama social, sino que además representa un factor que conspira contra las posibilidades de que una nación crezca de manera constante y se desarrolle integralmente (Kliksberg; 1994). La pobreza se erige en un lastre que impide a las economías latinoamericanas despegar hacia niveles más altos de evolución. Este punto de vista lo comparte el Banco Mundial. Sus estudios sobre la desigualdad muestran que la inequidad no se resuelve sólo con un elevado crecimiento del producto interno bruto (PIB). La disparidad entre ricos y pobres no se reduce al ámbito de la justicia social. También actúa como una poderosa causa del atraso económico de la región, pues determina que un gran número de personas queden relegadas de la actividad productiva, el proceso político e importantes actividades culturales y comunitarias. La pobreza y los desequilibrios tan acentuados entre los grupos sociales conduce a que la gente, el mayor recurso de una nación, sea subutilizada y sean pocos los que contribuyen de manera relevante en la creación de riqueza y desarrollo. De acuerdo con estudios recientes del Banco Mundial, dados a conocer a la opinión pública internacional a través de la doctora Pamela Cox, directora para América Latina, en la mayoría de las naciones de Latinoamérica el 10% más rico de la población recibe entre 40% y 47% del ingreso total; en tanto el 20% más pobre apenas sobrevive con entre 2% y 4% (El Universal, 2005:1-17). Cuando las cifras porcentuales se traducen en números absolutos se comprueba que por encima de 250 millones de personas en Latinoamérica viven en condiciones de pobreza.
El dramatismo de estas cifras conduce a que resulte tremendamente difícil para los científicos sociales examinar las consecuencias prácticas de este fenómeno, sin que aparezcan visiones que distorsionan los estudios que se efectúan o se caiga en el terreno de la pura adjetivación. Esta traba, sin embargo, no ha impedido que durante las dos últimas décadas se lleven adelante en América Latina y en Venezuela, así como en todas las regiones pobres del mundo, numerosas investigaciones serias dirigidas a diagnosticar y proponer soluciones factibles a los flagelos ligados a la desigualdad en la distribución del ingreso, la pobreza y la exclusión. Además de los trabajos de Sen, Murdoch, Kliksberg y el Banco Mundial ya mencionados, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), han promovido y financiado la realización de amplios estudios en los que participan sociólogos, economistas, educadores, médicos y profesionales de muchas otras disciplinas. En esa misma dirección han actuado los gobiernos nacionales y fundaciones públicas y privadas. Uno de los trabajos pioneros es Ajuste con rostro humano (FCE; 1986) financiado por la CEPAL a mediados de los años 80, que da lugar a un extenso conjunto de monografías, investigaciones, congresos y foros en los que el problema se analiza profusamente. Posteriormente aparece promovido y financiado por el Banco Mundial el Informe sobre el desarrollo mundial 1990. La pobreza. (1990); Transformación productiva con equidad. (La tarea prioritaria del desarrollo en América Latina y el Caribe en los años noventa) (CEPAL; 1990); Desarrollo sin pobreza (PNUD; 1990); Informe sobre la inequidad en América Latina (BID; 1998). La preocupación por el tema tiene uno de sus puntos culminantes en 1995 cuando se realiza la cumbre mundial contra la pobreza, en Copenhague, propuesta inicialmente por el entonces presidente chileno Patricio Alwing, y respaldada por los gobiernos de la mayoría de los países del mundo y por organismos multilaterales.
En Venezuela, el Proyecto Pobreza, que tiene su sede en la Universidad Católica Andrés Bello, y las investigaciones del grupo de estadísticos y demógrafos que trabajan en el Postgrado Integrado de Estadística de la Universidad Central de Venezuela, así como los profesionales de Fundacredesa, logran notables avances en la caracterización del fenómeno y en el diseño de medidas que permitirían superarlo, o al menos reducirlo de manera significativa.
Como resultado de esta extensa variedad de indagaciones, la radiografía que existe actualmente de la pobreza en el continente y en Venezuela es mucho más amplia y completa que en el pasado. Igualmente, se avanza en la construcción de métodos que hacen posible caracterizarla y conceptualizarla de forma precisa (De Venanzi; 1996). La pobreza dejó de ser un vocablo ambiguo. Gracias a la aplicación de métodos científicos de medición, se convierte en un concepto que designa la situación particular en que se hallan grupos sociales que presentan determinadas características y están sometidos a condiciones específicas. Los dos métodos reconocidos internacionalmente más importantes para su medición son el de las Líneas de Pobreza (LP) y el de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). El primero coteja dos variables: el ingreso familiar y el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA). La línea de la pobreza se coloca en el doble del precio de la CBA, pues se asume que las familias invierten en ella una cantidad equivalente a la que destinan a los demás bienes y servicios indispensables. La canasta conformada
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