Violencia en medios masivos de comunicación

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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Acatlán

Licenciatura en Sociología

Taller de investigación

Alumno: Adrián de Jesús González

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Violencia en medios masivos de comunicación: la televisión y sus repercusiones en la conducta de los telespectadores

1.-Planteamiento y delimitación del problema de investigación

En la actualidad se vive una ola de violencia, en los últimos años el alza en feminicidios, tiroteos en espacios públicos y otros actos de violencia  han representado un grave problema. Los estudios que hay acerca del disparo en la ola de violencia son muchos y nos refieren a muchas causas, psicológicas, de conducta, etc.

Las estadísticas revelan que en 2018 se registraron 35 mil 964 homicidios en México. Es decir, una razón de 29 homicidios por cada 100 mil habitantes a nivel nacional, tasa que es superior a la registrada en 2017, que fue de 26 homicidios por cada 100 mil habitantes (INEGI).

En México tenemos un grave problema con la criminalidad, pues algunos actos criminales se han justificado, o simplemente se ve como un mal necesario. Tal es el caso del narcotráfico. Pero de donde vienen estas justificaciones pues aunque en ciertos lugares el narcotráfico ha ayudado económicamente, en otros simplemente ha hecho sus negocios pero en los dos lados ha tenido  población a su favor.

Otro caso es el de los llamados “justicieros anónimos” personas que por sus  propias manos toman justicia en robos a transporte público. Mucho se habla de estos casos entre quienes viven robos en el transporte público, unos dando aprobación a sus actos y otros reprobando estos.

Podríamos resaltar un caso más, el de los jóvenes que se autolesionan, o se excluyen de grupos sociales, esto también representa un acto de violencia, aunque esta violencia se la ejerce el sujeto a si mismo, actualmente muchas personas se suicidan, se lastiman física o psicológicamente.

Según información del INEGI En 2016 ocurrieron 6 291 suicidios, lo que representa una tasa de 5.1 suicidios por cada 100 000 habitantes, Ocho de cada 10 suicidios ocurridos durante 2016 fueron cometidos por un hombre: esto es 5 116 de los 6 291 suicidios.

Todo lo anterior son estadísticas de la actual ola de violencia. Es pertinente el  momento para preguntarnos las causas de esta ola de violencia, aquí atribuimos como un factor causante; la violencia en los medios masivos de comunicación. Se propone que estos medios masivos de comunicación enseñan y moldean los comportamientos de sus consumidores así como su percepción de la realidad.

La realidad de los espectadores se podría ver modificada por estar expuestos a alto contenido violento, se enseñan valores como la lealtad  a grupos de criminales, se ponen a famosos capos o asesinos como héroes, se modifica la percepción a la hora de hacer una evaluación de quienes son y sus obras; dándoles aprobación.

Giovani Sartori  escribió en  escribió en 1997 “la sociedad teledirigida”. El profesor  murió en abril del 2017. Pero dejo una obra magistral. La tesis de Sartori es; la televisión es utilizada para manejar a la sociedad. Como si fuéramos un rebaño de ovejas la televisión hace de perro ovejero. De esta forma mueve a las masas a llevar acciones que de otra forma no haría.

Pero como es que esto ocurre, como logra la televisión manipular personas. Esto es lo que explica Sartori, descomponiendo el problema en partes, y analizando cada una. La tesis de fondo: la imagen está transformando al homo sapiens de la cultura escrita, al homo videns. La palabra se pierde por la imagen.

El acto continuo de ver imágenes transforma la naturaleza del ser humano. La imagen se vuelve más importante que las palabras.  Para pensar se requiere que los humanos desarrollen su capacidad simbólica la cual se despliega en el lenguaje: la capacidad de comunicar mediante palabras (articulación de sonidos y signos). El lenguaje que caracteriza al homo sapiens como animal simbólico el lenguaje hablado. El lenguaje no es solo un instrumento para comunicar sino también para pensar, el pensar preside del ver, los pensamientos son invisibles. Muchas cosas que se piensan no pueden ser representadas por imágenes.

En un estudio  realizado en el 2005 por Isabel Pérez-Olmos, Ángela María Pinzón, Rodrigo González-reyes y Juliana Sánchez-Molano se hizo lo siguiente:

En una escuela pública de Bogotá, 125 estudiantes de primaria respondieron una encuesta sobre la violencia de su vida diaria y su actitud ante ella. Con intervalos de quince días se les presentó la película 1; violenta, y la película 2; no violenta. Después de cada película, los niños realizaron la prueba del dibujo de familia, escribieron su opinión sobre la película, y respondieron  una encuesta. Sus resultados apuntan que:

(…) la encuesta inicial (con películas violentas), 23,6 % de los niños refirió respuestas violentas cuando son agredidos, 39,8 % reportó algún tipo de violencia intrafamiliar y el 19,5 % se identificó con figuras violentas. Después de la película violenta, un mayor porcentaje de niños se excluyó a si mismo en el dibujo de familia, comparado con los que lo hicieron después de la película no violenta. (ISABEL PÉREZ-OLMOS, ÁNGELA MARÍA PINZÓN, RODRIGO, 2005)

 Otro estudio similar hecho por la fundación universitaria Konrad Lorenz dice: “La evidencia demuestra que la televisión posee efectos importantes sobre la conducta agresiva los niños imitan a manera de juegos actos violentos como el asesinato de una persona, cometer delitos” (Escobar, 2006). No solo los niños imitan estas conductas, los jóvenes también imitan maneras de comportarse con sus padres, compañeros, autoridades y sociedad en general.  

A propósito de lo anterior en la investigación titulada “los efectos de la televisión sobre el comportamiento de las audiencias jóvenes desde la perspectiva de la convergencia y de las prácticas culturales” se extrae un párrafo que ayuda a explicar el problema de investigación:

Una gran parte de las investigaciones se han dirigido a probar la relación entre la televisión y la conducta agresiva, debido a que en algunos estudios cumbres sobre aprendizaje social realizados por Bandura, Ross y Ross (1963) se encontró que cuando los niños eran expuestos a modelos agresivos, imitaban esta clase de conductas en situaciones de juego posteriores, especialmente cuando se involucraban juguetes similares a los que se encontraban en las escenas televisadas (Escobar, 2006).

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