Violencia
Enviado por mylyana • 18 de Marzo de 2013 • 6.060 Palabras (25 Páginas) • 252 Visitas
POLÍTICAS PÚBLICAS DE IGUALDAD DE GÉNERO: HACIA UNA IGUALDAD EFECTIVA A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN*
Rafael Enrique Aguilera Portales **
Rosa Enelda López Fuentes ***
RESUMEN
El trabajo analiza la implementación de políticas públicas ciudadanas en y para la igualdad, mediante la concientización de no discriminación y no violencia contra las mujeres, empleando elementos como la persuasión, sensibilidad y argumentación desde la perspectiva de género, que generen un cambio en los patrones culturales incluyentes de hombres y mujeres en un plano de sus relaciones, permitiendo una mayor participación equitativa de las mujeres en todas las áreas del espacio público.
PALABRAS CLAVE
Igualdad de género, políticas públicas, discriminación educación, perspectiva de género.
SUMARIO
1. El reto de la desigualdad en la nueva sociedad postindustrial 2. Contexto de la violencia de género a nivel global 3. La Igualdad como valor político-jurídico del Estado de Derecho. 4. Política pública educativa como medida de prevención en el tratamiento de la violencia contra las mujeres. 5. A modo de conclusión 6. Bibliografía.
Todos somos iguales, pero unos más que otros. George Orwell, Animal Farm
Libertad, igualdad: palabras-ilusión, sin duda, pero no obstante conmovieron a Francia y al mundo, y todavía los conmueven; palabras que dan sentido a la vida. Añadiría a ellas la fraternidad, que no es, al igual que la libertad y la igualdad, un principio frontispicio de la Declaración de derechos, sino un deber. Si la libertad no es nada sin la igualdad, si la libertad sin igualdad no es sino el privilegio de algunos. ¿Qué sería la igualdad sin fraternidad? SOBOUL, A., La revolución francesa.
1. El reto de la desigualdad en la nueva sociedad postindustrial
En la actualidad, vivimos en sociedades nacionales profundamente desiguales en todos los ámbitos de la vida social, cultural, económica, política y jurídica. Igualmente, asistimos a un mundo globalizado donde existen profundas y terribles desigualdades entre los distintos países. En los últimos tiempos, la economía internacional globalizada ha generado diariamente un gran número de excluidos, marginados, discriminados, los nuevos parias. Pero, el problema no radica sólo en la constatación de la existencia de diversas formas de desigualdad en nuestras sociedades, sino que con demasiada facilidad y frecuencia nos hemos acostumbrado a sus distintas modalidades, a tal nivel y grado que no nos inmutamos ante ellas, las vemos naturales y cotidianas, incluso nos hemos inmunizado ante su presencia. A veces, lo más evidente es cualquier cosa menos evidente, lo más obvio es todo menos obvio. La evidencia y obviedad de la desigualdad y la discriminación como hecho sociológico internacional se vuelve cotidiano y normal, sin duda, esto nos impide ver con claridad, distinción y nitidez nuestra propia realidad.
“El valor de igualdad, si bien puede considerarse como una exigencia constante de la vida colectiva, ha variado en lo referente a la intensidad de su reivindicación, así como en cuanto a su alcance y contenido a lo largo del proceso histórico. Así, se comprueba que en distintas épocas se ha dado preeminencia a diferentes aspectos de igualdad al conectarse este idea con exigencias religiosas, políticas, raciales o socioeconómicas.”
En mediados del pasado siglo la incorporación de las mujeres al mercado laboral generó nuevas formas de conflicto, coacción y violencia tanto física, psicológica como económica. La equiparación salarial se convirtió en una demanda importante de las mujeres al igual que la progresiva eliminación de las prácticas de acoso sexual en el trabajo. La dignidad y el desarrollo de la personalidad son el sustrato para el ejercicio del resto de derechos fundamentales. La consecución de la autonomía económica es el soporte para la satisfacción de las necesidades básicas de todo ser humano. En este sentido, el derecho a la igualdad y la prohibición de discriminación conforman un postulado básico y fundamental del actual Estado democrático y social de derecho.
Desgraciadamente, la realidad es bien diferente en nuestras sociedades donde siguen vigentes elementos como la discriminación, sexismo, acoso y la violencia cotidiana que se ejerce contra las mujeres , en diversas modalidades, como lo indican las cifras en América Latina que estiman que casi un 70% de los pobres y más del 65% de los analfabetos en América Latina son mujeres, aunado al hecho de que en materia de violencia intrafamiliar, la conducta abusiva, se dirige en contra de las mujeres y niñas dentro del seno familiar, los datos demuestran que alrededor del 70 % de los casos. Esto sin duda constituye un grave problema social y político. Por otro lado, la realidad nos demuestra que muchas mujeres difícilmente acceden a puestos laborales, en la mayoría de los casos, puestos precarios y peor remunerados que los hombres, igualmente el acceso a cargos, órganos o espacios de gobierno social, económico y político en la sociedad es minoritario a diferencia de los hombres.
La referencia que marca el análisis de resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares en función de la evolución de los tipos de violencia contra las mujeres casadas o unidas de 15 años y más en México, comparando los años 2003 y 2006, se observa una disminución de los índices de violencia emocional, económica, y sexual; sin embargo, resulta significativo el incremento de los índices de violencia física a que está sometida este sector de la sociedad a nivel nacional.
En este sentido, las cifras en México en particular oscilan en los siguientes porcentajes: de las 21.6 millones de mujeres casadas o unidas de 15 años y más, 35% reportó haber padecido algún tipo de violencia en el año previo al momento en que fueron entrevistadas, generándose una disminución porcentual del 44% a un 35% correspondientes en el año 2003 y 2006 respectivamente. Por lo que, respecto a este indicador de violencia, se generó la violencia emocional de un 35.4% a 26.6%, violencia económica de 27.3% a 20.1%, violencia sexual de 7.8% a 6%, evidenciando un descenso en estos rubros. Sin embargo, se indica el aumento de violencia física en 0.9 puntos porcentuales, ya que en 2003 se revela un rango de 9.3% incrementándose esta cifra en 2006 a 10.2% y en el pasado año 2007 se incrementó el 13.4%.
La IV Conferencia Mundial de las Mujeres celebrada en Beijing, China en el año de 1995, planteó la obligación internacional de todos los Estados soberanos de formular, planificar y poner en práctica en su agenda pública el diseño de políticas públicas con perspectiva
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