Visita de la ciudad, donde el alcohol y la falta de control

Este infierno está

encantador...

Recorrida por la ciudad, donde el alcohol y el descontrol te pasan

por al lado. Situaciones y testimonios de los que la viven, la disfrutan

o la padecen. La cultura joven impone sus rituales, acá algunos de ellos.

Los bares, boliches y la calle se llenan de gente, la mayoría tienen entre 15 y 25 años. Están sedientos de distracción y puro descontrol. Por eso muchos de ellos definen la diversión bajo el eslogan de "déjate llevar y viví el momento". Viernes y sábados se convierten en un deseo, que no es más que un simple juego, por alcanzar la cúspide del espíritu propio de la seducción que a la oscuridad envuelve.

"Hay algunos códigos y otros no", dice Mariano Conde, 17 años, "caminante" de la noche, al dar su impresión sobre lo que la ciudad refleja un fin de semana cuando desaparece el sol y abren los bares por la madrugada. Y sigue:

"tenes de todo, los pibes que andan en auto con música a todo lo que da y te lo tiran encima, o los pibes que salen a buscar “bardo”.

La pelea es algo frecuente en una recorrida nocturna y ya se torna hasta habitual. En Ruta Bacalao (boliche)dos grupos se "cagan a palos" y un chico que aparenta estar bien vestido (a saber: camisa, jean, y zapatillas de lona)

es golpeado en el suelo por tres "pibes piolas" (gorra, campera deportiva y "altas llantas" -zapatillas-) que "le dan si asco", segun los testigos del ataque, quienes coinciden: "estos flacos no tienen códigos".

¿Por que se pelean? Las razones son muchas o muy pocas dice Manuel Inchaurregui de 16 años: cruzadas de miradas desafiantes, "pechearse" en un bar o boliche, o quererse "comer a la mina de otro" son las excusas mas habituales a la hora de la elección, siempre potenciadas por el consumo de alcohol o drogas.

En los bares mayoritariamente se toma alcohol, la cerveza es la mas vendida y su precio allí corre de 8 a 10 pesos, mientras que en un kiosco, donde es mas difícil conseguir, por los controles y el miedo a las clausura y multas por parte de los comerciantes, se puede adquirir a 4 pesos promedio, depende de la marca. Las huellas que deja "copetearse mal" a veces se pueden ver en las veredas, como le ocurrió a un chico de 18 años, quien "quebró" en pleno centro y cuando se logro despertar estaba sin zapatillas y sin su camisa, pero

arrepentido. Ahora cuenta que nunca más tomará de esa forma y menos vodka.

La droga esta pero hay que buscarla, las plazas suelen ser los lugares elegidos para el consumo "cuando la cana no te jode", indica un joven mientras enciende un "faso" y se ahoga con el humo. La marihuana es la droga socialmente más aceptada por la noche platense, mientras que

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