¿Vivimos en democracia?

¿VIVIMOS EN DEMOCRACIA?

En la novela “1984” de George Orwell, un gobierno elimina palabras para controlarnos. Imaginate que eliminas del diccionario palabras como: Guerra, violencia, asesinar… Pero dejas, Paz. Entonces si en un país no hubiera Paz (y no existiera la palabra Guerra), ¿qué dirías?... no se puede decir que guerra, porque no existiría esa palabra, diríamos que hay menos paz. O sea, llamaríamos al problema con el nombre de la solución. Nos está pasando algo parecido.

Si le preguntamos a cualquier persona, ¿cuál es nuestra forma de gobierno?, diría que “vivimos en democracia”, y vivimos en democracia porque hay elecciones, que es algo que costó mucho conseguir, las elecciones son una conquista del pueblo. En las elecciones  elegimos a los políticos más preparados. El poder está en los ciudadanos, se contradice con el hecho que es una locura darle todo el poder al pueblo. Para eso están los partidos políticos, por esta razón es importante leer el programa electoral, aunque nadie confía en él. Todos desconfían de los políticos. La democracia viene de Grecia. Esa sería una respuesta que mas allá de ser bastante amplia es lo que piensa casi todo el mundo.

El poder se puede representar de forma piramidal, arriba están los que mandan y abajo los que obedecen, así nos manejábamos hace 200 años. El rey estaba en la cima de la pirámide, ser rey se hereda y solo podían ser reyes sus hijos. El resto de la gente estaba abajo. Luego para no parecer que tenían todo el poder de vez en cuando se formaban asambleas donde los reyes consultaban a los nobles, la iglesia y del resto de la gente se llamaba a los que tenían profesiones prestigiosas (burgueses). Rousseau (Polímata, escritor, 1712-1778) escribió “el Contrato Social” que les voló la cabeza a los burgueses. Rousseau decía que todos debíamos participar en hacer las leyes, sino no eran leyes. Una de las maneras de participar en hacer las leyes, es que elijamos a nuestros representantes, no vamos a hacer las leyes, pero nos consultarían. Si los de abajo dicen que si, entonces es una ley. Para ese entonces Francia y Estados Unidos por ejemplo ya habían optado por esta vía y se llamaron “Repúblicas de Gobierno Representativo”. Los que elegían a los representantes eran hombres libres mayores de 25 años que fueran independientes económicamente. De esta manera eliminamos uno de los puntos de la respuesta que obtuvimos al principio. La elección no es una conquista del pueblo sino una conquista de un grupo, de una elite. Ni siquiera es una conquista ya que ya existía desde la época de los reyes cuando hacían las asambleas para consultar. Así que se podría decir que mantienen la elite.

Tocqueville (Pensador, político, 1805-1859), uno de los primeros en estudiar la joven república norteamericana dijo, “la gente votará lo que se le diga, porque de todas las opciones que haya, el que tenga más dinero hará tan visibles las suyas que las convertirá en las únicas”.

La gente empezó a exigir que pudiera votar todo el mundo, así que hubo más gente que podía acceder a esta posibilidad, el famoso Sufragio Universal. Pero tan centrados en obtener el voto, la gente se había olvidado de lo que había dicho Rousseau, éste había advertido que para que una ley sea ley, todos  debíamos participar en hacerlas. Si no las hacemos todos y estamos eligiendo representantes para que las hagan, necesitamos mecanismos para que nos hagan caso, por ejemplo, parar una ley que no nos guste. Sin los mecanismos, no tiene poder el pueblo y no elige representantes sino jefes. Así que acá tenemos otro punto en contra de la respuesta natural del principio. El poder no está en los ciudadanos sino en los representantes. Entonces pueden hacer lo que quieran, no importa cuánto desconfiemos, porque una vez elegidos, les dimos toda la confianza y ahí se cae otro punto más.

Cuando votaba menos gente, los representantes eran conocidos, pero a medida que mas y mas gente comenzó a votar, era difícil que se conociera personalmente al representante. En este momento aparecen los partidos, que clasificaban a la gente por ideologías. No importa quién era, sino sus ideas. También nacen los programas electorales y las promesas de los partidos. Pero recordemos que no hay mecanismos para que el representante que hemos elegido nos haga caso. El único mecanismo es votar a otro, aunque no nos da ninguna garantía. Entonces vemos que el programa electoral no es importante como pensamos.

Dentro de los partidos, si querés llegar a ser un representante, vas a tener que escalar dentro de la pirámide de poder de este partido. Se logra diciendo q “sí” a todo, luego haciendo alianzas, alianzas que luego podes romper. Cuando ya seas alguien podés empezar a prometer, que los vas a acomodar y te vas a acordar de ellos cuando estés arriba. Pero… ¿Quién llega a la cima?, los grises, esa gente que está de acuerdo con todo el mundo. Entonces resumiendo, los partidos son una maquina de generar mediocres. Supongamos que llegan 3 a la cima del mismo partido, ¿a quién se elige? ¿Al mejor para gobernar? NO, porque uno quizás sea demasiado viejo u otro se ponga más nervioso a la hora de debatir, se elige al que es mejor para ganar las elecciones. Aunque sea más inútil que los otros dos. Así que tiramos otro punto abajo viendo que los políticos no son gente preparada para gobernar.

Hay un lugar donde se reúnen los representantes, el parlamento. Esto se diseñó para ser un lugar donde se deliberaba y ante opiniones diferentes se trataba de convencer a los demás y se estaba más abierto a ser convencido para llegar a un acuerdo. Pero con la llegada de los partidos, el parlamento solo se convierte en un medidor de poder. Cuantos más de tu partido haya en el parlamento, mas fácil resulta imponer tus ideas.

Hoy en día los militantes partidarios son la minoría, o sea que la mayoría de la sociedad no es de ningún partido. Para los partidos atraer a esta mayoría es la clave. Así que lo que hacen es estudiar a esta mayoría y cambian el comportamiento del partido para atraer “votantes nuevos” e incluso fabricando candidatos que parezcan ser de esa mayoría. Los partidos no solo tienen que atraer votantes sino evitar que te acerques a otros partidos, así que lo que hacen es ensuciar o hablar mal de los otros partidos. Entonces hacen que solo puedas estar en uno de los dos extremos, la famosa grieta. A esto se lo llama Polarizar, dividir a la sociedad en polos opuestos.

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