Y Nuestra Sociedad, ¿Qué Necesita?

Los problemas de una sociedad son y serán infinitos hasta que se ataquen las raíces, es así de fácil en la teoría pero en la práctica por qué no lo es así. Los gobernantes se han olvidado de cuál era su misión como representantes, ya no velan por el bienestar de la población (claro está que nunca lo hicieron), ellos ven por su “Yo”, ven a los ciudadanos como herramientas de su monopolio. Esto no es algo que nos sorprenda pues ya todos los sabemos, pero aquí en dónde hay cabida a una pregunta fundamental, sí es que todos sabemos de este problema… ¿Por qué lo seguimos permitiendo? Qué es aquello que nos tiene sometidos y no nos permite saber la magnitud del problema, este factor que nos está impidiendo ver la realidad se llama: Medios de comunicación.

Es más fácil y más “útil” ganarse el favor de los poderosos que el de los ciudadanos comunes, por eso razón estos medios quieren quedar bien con aquellos que tienen el poder (gobernantes, empresarios) y así los mismos poderosos económicamente los premian y los elogian. Estos medios tienen como fin cubrir todos aquellos problemas que tenemos en la sociedad a fin de hacer creer que todo está bien, que no hay pobreza, ni hambre, ni desempleo, que todo está bien gracias a nuestros gobernantes y empresarios.

Hay quienes tienen una misión o una tarea de desmantelar esto, ellos son los intelectuales, son quienes tienen la misión de desmantelar esta cortina para llegar a ver la verdad de nuestra sociedad, aunque tenemos la realidad a nuestra vista, al límite de poder apreciarla a través de los sentidos, tendemos a creer más en los medios que en nuestra propia percepción.

El intelectual cumple muchas funciones de las cuales todas tienen el mismo fin; defender su independencia del criterio, esto es a partir de la perspectiva en la cual fue torneado el intelectual, si bien el intelectual tiene la tarea de universalizar los conocimientos, es algo que en esta época contemporánea se ve difícil, los contextos son muy diversos, ya como sabemos en los problemas sociales a diferencia de los problemas de las ciencias exactas, no todas los problemas del mismo tipo de pueden solucionar con la misma fórmula. Es por eso que he decidido reducir a estos intelectuales contemporáneos, como única excepción, a un nivel local. Muchos comentan que esto de universalizar los conocimientos es algo que ya no se da por este sentimiento de egoísmo, mas yo creo que es algo que en este momento global es muy difícil de articular. Las situaciones locales de cada intelectual lo obligan a no solo querer sino deber contribuir a la solución de los problemas de su localidad. No estamos hablando que en ellos surgirá un sentimiento de nacionalismo, hablamos de que si queremos ayudar al mundo con conocimientos universales, debemos empezar ayudando a nuestros ciudadanos con acciones locales, si nuestro primer entorno no está bien, como pretendemos solucionar problemas a niveles globales.

Incluso los intelectuales van en contra de aquellas instituciones que la gran mayoría creemos muy confiables tal como fue el caso de la iglesia católica. Y es más, vamos a plantear una hipótesis, el prestigio que tanto llega a influir, un ejemplo se nos presenta con la UNAM, debido a sus antecedentes todos sabemos que sus investigaciones así como opiniones gozan de gran prestigio y pocos se atreven a cuestionarla, pero que acaso ¿todo lo que nos dictan es verídico? Recordemos el caso de PEMEX, ellos al igual que muchos otros estudios, recalcaron que había un yacimiento de gas debajo de aquella torre, dudando la gran mayoría de que esto fuera cierto y algunos hasta declarar que fue un accidente provocado. Es aquí donde entra el conflicto entre la verdad y el servicio al poder.

Este grupo de los llamados intelectuales es muy reducido y si es muy chico cómo se pretende guiar a la ciudadanía a la lucha por una mejor administración. Para llegar a este punto, primero tenemos que atravesar un punto muy crucial y muy polémico ¿Qué tipo de intelectual necesitamos? Se hablan de Orgánicos y Tradicionales, de Profesionistas y de Amateurs… Pero todos ellos si se hacen llamar intelectuales deben tener las mismas bases y los mismos fines, entonces tenemos la conclusión que todos trabajan para lo mismo pero con diferentes métodos, si es que alguno declina por el dinero, es sencillo, no se puede hacer llama intelectual y si se tiene aquella idea que los orgánicos ven clientes, solo cambiar esa visión de cambiar a los clientes por ciudadanos, y satisfacer sus necesidades. Aprovechar cada situación a su favor para sus nuevos “clientes”, todo en pro de un bienestar, eso es lo que hace un intelectual.

Si se logró mantener unidas a tantas personas por medio de mensajes de consumo, se puede hacer esto para un fin en común. Por qué ponemos como principio el consumo, porque es la forma más fácil de mover a las masas, Organizar aquellas pasiones colectivas para lograr un fin, esto no implica que el procedimiento será igual al del consumismo, hablo de un sentimiento en común para lograr un fin. Todos estando conscientes de lo que se está haciendo y para qué se está haciendo.

Estamos hablando que en el contexto actual hay muchas personas que quieren ocupar el papel de intelectual pero el problema es que cuando plasman una crítica o una idea, hasta cierto punto, se imaginan una tierra ajena al problema, a veces con soluciones que no aplican a determinado entorno. Y creo que aquí nace otra cuestión más grande aún, de dónde sacan aquella verdad los intelectuales. Quién les dijo a ellos que esa verdad que defienden es la correcta. Esto es un tema que nos genera muchas dudas a los que seguimos a dicho intelectual.

Estás dudas son apaciguadas por la siguiente razón cuando alguien sigue el mensaje del llamado intelectual es porque se identifica con éste, recordemos que el intelectual es el vocero de la masa, es quien puede articular el mensaje, quien defiende con valentía esos principios en los que creen, con una personalidad muy definida. Los verdaderos intelectuales están en peligro de morir en la hoguera.

El mensaje que se transmite como verdad no es más que “En lo que yo creo” del autor, nadie puede decir que es una verdad absoluta porque no es más que un conocimiento subjetivo, que varía de persona a personas, pero para una situación que afecta a un gran número de personas puede decirse

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